Carmen Villa Chávez

Los observatorios locales de seguridad nos hemos dado a la tarea de analizar y dar seguimiento a la incidencia delictiva y otros fenómenos de seguridad en los contextos locales. Nuestro trabajo, en muchos casos, como el caso del Observatorio de Chiapas , nos vuelve voceros de información confiable para prensa, sociedad civil, empresariado y muchas veces autoridades en materia de seguridad.

En nuestras localidades algunos observatorios se han convertido en responsables de medir no solo la incidencia delictiva, si no la efectividad de las políticas y acciones de las instituciones para abordar y resolver los problemas que mes con mes señalamos. Este papel que muchas veces nos es otorgado a nivel local, nos obliga a empujar y poner sobre la mesa temáticas que muchas veces son non gratas para instituciones, sociedad civil y otros actores, como la violencia y la seguridad.

Analizar y discutir temas de seguridad, violencia, incidencia delictiva y paz en un contexto como el que atraviesa a nuestro país hoy en día no es sencillo. Presentamos cada periodo estos datos de incidencia delictiva y buscamos que tengan relevancia e impacto en una agenda pública.

Esperamos que esta agenda obligue a las autoridades a voltear a ver a las problemáticas concretas que afectan a cada una de nuestras comunidades, y sin embargo; es difícil mantener el sentido de urgencia, la atención de medios, cuando otras latitudes del país enfrentan episodios inusitados de violencia extrema y crimen organizado que hace un tiempo, solo podíamos imaginar muy lejanos y ajenos a nuestra realidad.

No es un trabajo sencillo, sin embargo, este análisis que mes a mes presentamos nos permite vislumbrar un panorama, en algunos casos de avance, pero en otros, de importantes urgencias para la atención de la seguridad en nuestras ciudades y entidades. Y que al final del día, es la realidad inmediata de la ciudadanía, el empresariado y las autoridades de nuestra localidad.

Al mismo tiempo, observamos como a nivel nacional, las prioridades en materia de seguridad se delinean a partir de estos fenómenos de violencia exorbitantes y/o demandas internacionales, por mencionar algunos.

Nadie en su sano juicio se atrevería a cuestionar la urgencia de atender situaciones como la que vivimos recientemente en Culiacán, o se atrevería a negar la necesidad de proveer seguridad alrededor de la realidad migratoria de nuestras fronteras; pero estas acciones terminan siendo, muchas veces, prioridades nacionales que no alcanzan nuestros territorios.

El reto de los observatorios y al mismo tiempo de autoridades locales y sociedad civil organizada en los distintos territorios que quedan “marginados” de las prioridades estratégicas en materia de seguridad de las instituciones federales es cómo respondemos a los retos de seguridad y de aumento de la violencia desde nuestros territorios, cómo vamos a garantizar la seguridad de la ciudadanía y su patrimonio en nuestro contexto inmediato, cómo generamos estrategias y acciones de seguridad y políticas públicas que estén inscritas en un plan nacional, pero que al mismo tiempo respondan con efectividad a las demandas locales.

Cómo generamos datos en materia de seguridad desde lo local que nos permitan entender y medir los fenómenos delictivos en el contexto de nuestras localidades. Cómo, desde ahí, generamos la evidencia para tomar decisiones en materia de seguridad pública.

El reto de construir desde lo local una política pública que responda con efectividad a las problemáticas de seguridad es complejo. En estados como Chiapas, donde la histórica centralización por parte de la federación, tanto de recursos como también política, ha heredado una cultura de pasividad en la generación de soluciones a los problemas locales, en el peor de los casos, y de réplica automática y acrítica de políticas nacionales en lo local en el mejor de los casos, la situación se complejiza más.

A esto sumamos una sociedad civil organizada que se ha abocado a atender otras prioridades en el estado con el índice de desarrollo humano más bajo a nivel nacional (De acuerdo con el Informe de desarrollo humano municipal 2010-2015 Transformando México desde lo local de PNUD, 2019). Chiapas cuenta con pocas organizaciones que basen su trabajo en temáticas vinculadas a la incidencia en políticas públicas, cuanto menos, en temáticas afines a la seguridad.

Queda mucho trabajo por hacer, tanto de sociedad civil organizada como de las autoridades locales para atender con efectividad los retos de seguridad territoriales. Voluntad política para asumir nuestra responsabilidad. No solo gobierno, sino todos los actores sociales. Capacidad técnica para construir políticas públicas basadas en evidencia.

Datos generados en lo local, confiables y relevantes para la toma de decisiones. Si creemos en un combate a la violencia desde la prevención, y desde la reconstrucción del tejido social de nuestro país, el trabajo que cada uno de los municipios, regiones y territorios hagamos desde lo local es tan fundamental e indispensable como el mayor despliegue estratégico a nivel nacional en el combate a la violencia e inseguridad.

Directora del Observatorio Ciudadano- Chiapas
@ObservatorioCCH

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