Por: Arturo Peláez Gálvez y Jessica Apolinar

El homicidio es un tema de permanente preocupación en México y también lo es para la capital del país, donde hay buenas y malas noticias al respecto.

La buena noticia es que en el año 2020 se registró una disminución cercana al 20% en el número de carpetas iniciadas por este delito y mejor todavía, si comparamos los primeros cuatro meses de 2021 con idéntico periodo del año anterior, la disminución es del 26%.

Las malas noticias empiezan por el hecho de que, de acuerdo con la información de la fiscalía capitalina, entre enero y abril de 2021 se iniciaron 318 carpetas por este delito en CDMX.

De acuerdo con estos datos, podría pensarse que al cierre del año, Ciudad de México tendría una tasa cercana a los 12 homicidios por cada 100 mil habitantes, ciertamente inferior a los 13.8 casos por cada 100 mil habitantes que se registró en el año 2020, pero ubicada todavía muy lejos de los niveles que tenía la capital del país hace 15 años cuando registró una tasa de 7 homicidios por cada 100 mil habitantes, y más lejos todavía de ciudades como Santiago de Chile que presume una tasa de 4 o Toronto, con menos de 2 homicidios por cada 100 mil habitantes.

La Ciudad ha dado pasos importantes para mejorar la investigación del homicidio doloso a través de la creación de las Unidades Criminalísticas de Proximidad, lo que es un signo de innovación institucional que debe reconocerse. Y en ese sentido, la fiscalía de CDMX ha informado que en los primeros cuatro meses de 2021 se logró vincular a proceso a 143 personas por el delito de homicidio doloso y en todos esos casos se logró la prisión preventiva para las personas inculpadas.

Esto es alentador, pero hay otros pasos adicionales que deben afianzarse, sobre todo, en la litigación de los casos porque hay indicios de que está disminuyendo la tasa de éxito judicial de los ministerios públicos (MP) capitalinos.

Las cifras obtenidas en el portal de transparencia del Tribunal Superior de Justicia de CDMX muestran que entre 2011 y 2017 la norma común era que del total de casos que llegaban a juicio por el delito de homicidio doloso el MP lograba una sentencia condenatoria en el 90 o 95% de los casos. Pero esta regularidad cambió a partir de 2018, pues desde entonces la tasa de éxito del MP no ha logrado, ni siquiera, alcanzar el 80% de éxito.

Concretamente, durante los primeros ocho meses del año 2020 se resolvieron 55 casos en primera instancia por homicidio doloso en CDMX, en 41 de los cuales se dictó sentencia condenatoria, pero en 17 casos, la sentencia fue absolutoria. Cabe añadir que, del total de sentencias absolutorias, 88% de ellas se obtuvieron en un juicio oral previsto en el modelo acusatorio. En contraste, de los 19 casos que se juzgaron con el sistema tradicional, en 90% de las veces la sentencia fue condenatoria.

¿Qué significa esto? Que al menos en lo que concierne al homicidio doloso en CDMX, cuando se juzga mediante un juicio oral, el 72% de los casos produce una sentencia condenatoria, mientras que los casos juzgados con el modelo tradicional lograron sentencias condenatorias en el 90% de las veces.

Las cifras expuestas indican que algo pasó en el sistema del modelo de justicia penal acusatorio ya que está cumpliendo su papel para restablecer la pulcritud del procedimiento penal, pero claramente el MP debe estar a la altura de semejante cambio y ofrecer mejores pruebas de su pericia para litigar los casos y acreditar buenas razones para obtener una mayor proporción de sentencias condenatorias y naturalmente, con apego a las exigencias procesales que impone una justicia acusatoria moderna, equilibrada y eficaz para abatir la impunidad.

Investigador del Observatorio Nacional Ciudadano

@PelaezGalvez

Investigadora invitada

@JessicaMtz3105

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