Lucía Carmina Jasso López

Todo comenzó con una nota del periódico EL UNIVERSAL en la que se difundía que el martes 25 de febrero “todos los habitantes del Estado de México” podrían entrar al Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo y Calidad (C5), “donde se monitorean las cámaras de videovigilancia, para dar recomendaciones a los operadores sobre cómo podrían mejorar el funcionamiento”.

De inmediato me entusiasmé y preparé la travesía hasta Toluca para poder atestiguar esta convocatoria. Pensé en la investigación que estoy desarrollando en la UNAM y, desde luego, también en mi trayectoria de vida como mexiquense durante más de 28 años, sumando a estas casi tres décadas, otros años más en los que asiduamente he recorrido esas tierras.

Llegó el gran día, y me dirigí hacía Boulevard Miguel Alemán Valdés Número 175, San Pedro Totoltepec, Toluca, donde está el C5 del Estado de México que recientemente fue inaugurado el 3 de junio de 2016. Llegué poco antes de la hora de la cita, y como decían las indicaciones me registré en la entrada del edificio y mientras esperaba vi como otras personas también fueron llegando.

Nos recibieron y registraron en otra lista y unos minutos antes nos dieron acceso a la sala de crisis del C5 para iniciar la audiencia. Se trata de una sala grande con vistas al Video Wall que tiene muchas pantallas en las que se proyectan las imágenes captadas por algunas de las 10 mil cámaras que están instaladas en el Estado de México, así como imágenes de noticieros, redes sociales, y otros insumos útiles para el trabajo que desarrollan en tiempo real los cientos de operadores de este centro.

En total nos reunimos unas 15 personas que representaban organizaciones empresariales, educativas y ciudadanas, además del titular y personal del C5 y los representantes de la Comisión para la Acreditación de Agencias de Seguridad Pública (CALEA, por sus siglas en inglés).

Supongo que no hay mucho que contar, porque una vez que estábamos ahí nos pidieron permiso para transmitir la audiencia en vivo a través de las redes sociales del C5, así que cualquiera podrá ver la reunión completa. De cualquier modo, me resulta interesante compartir unas reflexiones al respecto.

En principio, la importancia de la participación social en estos procesos. Si bien, se ha difundido el Número Nacional de Emergencias 911 a nivel nacional a través de distintos medios de comunicación y cada vez es más la gente que lo utiliza, también hay muchos sectores de la población que probablemente no saben cómo funciona y otros tantos más que desconfían de este servicio.

Miles de personas hacen llamadas improcedentes a estos centros, algunas de broma y otras solicitando información que no es una emergencia que pueda ser atendida por el C5. En una nota de EL UNIVERSAL del 2 de enero de 2020 se difundió que durante 2019 “de 85% de las llamadas al 911 que recibió la central de emergencias C5 del Estado de México fueron falsas o no eran una emergencia; sólo 13% eran para pedir ayuda”.

Aún y con este alto porcentaje de llamadas improcedentes, durante 2019 se recibieron 892 mil 256 llamadas que fueron procedentes: 60,150 por riñas callejeras, 55,106 por robos, 54,195 por robo de vehículo, 48,451 por accidentes de tránsito y 39,57 por violencia contra la mujer.

Sin embargo, más allá de la numeralia es evidente que falta mucho por hacer para atender a los millones de personas que habitan en el Estado de México y que eventualmente pueden requerir del servicio de este centro.

Como lo manifestaron los asistentes a la audiencia pública, en el Estado de México hay una gran diversidad de problemáticas. Aquí pude escuchar la voz de empresarios, restauranteros, organizaciones vecinales, instituciones educativas, etc. que, a través del C5 han podido resolver parte de sus problemas de inseguridad, pero aún tienen temas pendientes.

Así, estos procesos de audiencia pública son parte fundamental de los mecanismos de contraloría social y horizontalidad de las políticas públicas de seguridad. Se trata como lo ha explicado el Dr. Arteaga, de “un principio democrático para vigilar a los que vigilan”.

Espero que esta experiencia y ejercicio de audiencia pública –en la cual participé– pueda ser replicado en este y otros centros para escuchar las diferentes voces ciudadanas organizadas o a título personal que permitan optimizar el funcionamiento de estas instituciones en el corto plazo.

Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM
@CarminaJasso

Google News

TEMAS RELACIONADOS