Por Erika Estrada Ruiz

El próximo 7 de mayo más de 7.6 millones de personas en la Ciudad de México tendremos el derecho a opinar en las consultas de presupuesto participativo 2023 y 2024 desde una perspectiva democrática participativa y deliberativa, cuya relevancia radica en determinar el mejoramiento de nuestras colonias y barrios en el corto y el mediano plazo en temas como el desarrollo urbano, el fortalecimiento del tejido social y el acercamiento activo con las autoridades gubernamentales a través de la ejecución de proyectos con recursos públicos.

Aunque el presupuesto participativo tiene más de 10 años en operación en la Ciudad de México, resulta de especial relevancia que la ciudadanía pueda comprenderlo desde sus implicaciones económicas pues con esta perspectiva es posible dimensionar su potencial: en principio, debemos conocer que el gasto neto total estimado del sector público local para el ejercicio fiscal 2023 contenido en el Presupuesto de Egresos de la Ciudad de México es de $248,415,083,383.00 pesos, de este monto el 18.3% se encuentra destinado a las 16 alcaldías ($45,658,692,324 pesos) y de esta proporción el 4% ($1,826 millones de pesos) corresponde al presupuesto participativo.

Este recurso se aplicará durante el ejercicio fiscal 2023 en las 1,787 unidades territoriales y 50 pueblos originarios en que se divide la ciudad y su distribución se realizará de forma equitativa de acuerdo a criterios establecidos en la Ley de Participación Ciudadana en donde se señala que el 50% deberá determinarse de manera igualitaria y el otro 50% atendiendo a factores particulares de cada comunidad como el índice de pobreza multidimensional, la incidencia delictiva, la condición de pueblo originario y rural y la cantidad de población fija y flotante.

Este ejercicio político resulta todavía más importante si se considera que la ciudadanía podrá elegir el destino de un presupuesto participativo en la Ciudad de México que es incluso superior al presupuesto ordinario anual de alcaldías como Milpa Alta (1,600 millones) y La Magdalena Contreras (1,800 millones) y que equivale al 7.4% de los montos que el gobierno de la ciudad destinará a seguridad ciudadana, al 11.6% en salud y al 16.9%  en obras y servicios.

Por otro lado, es importante que la ciudadanía conozca el esfuerzo institucional  que el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), realiza para que la consulta para el presupuesto participativo pueda materializarse de forma incluyente, eficiente, cómoda e íntegra pues, para ello, será necesaria la instalación de 2,438 mesas receptoras de votación y opinión, cada una de las cuales estará a cargo de dos personas funcionarias, lo que equivale a que el IECM haya tenido que invertir tiempo y recursos en la capacitación de 4,876 personas y en el diseño, producción e impresión de materiales y documentos electorales que en suma constituyen 4.2 millones de boletas, 52 mil actas y 101 mil documentos auxiliares que serán utilizados durante la jornada y los cómputos posteriores.

El presupuesto participativo canaliza una suma importante de nuestros impuestos en propuestas que nacen de las personas que habitamos la ciudad y que conocemos de primera mano las necesidades que se tienen en cada espacio urbano. De ahí, la importancia de participar y vigilar activamente el destino de los recursos que se elegirán el próximo domingo.

Instituto Electoral de la Ciudad de México

Investigadora del Observatorio de Reformas Políticas en América Latina

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