Por Eugenia Aguirre Raftacco
Costa Rica se presentó a las urnas el pasado 4 de febrero para elegir a sus 6,212 autoridades locales en 84 territorios del país. A medio periodo del mandato presidencial de Rodrigo Chaves, electo en 2022, la jornada electoral garantizó la renovación de las alcaldías y de las personas integrantes de los concejos municipales de todo el territorio nacional, para gobernar por los próximos cuatro años.
El país experimentó los comicios más complejos en su historia electoral, por cambios en las reglas del juego, la gran cantidad de puestos a elegir y una multiplicidad de partidos en búsqueda del poder; participaron un total de 77 agrupaciones.
La introducción de límites a la reelección de las autoridades locales dejó a 44 alcaldes y alcaldesas sin posibilidad de renovarse en el cargo. La obligatoriedad de paridad de género completa en todos los puestos de elección desde el momento de la inscripción, se tradujo en la sanción de no inscripción de candidaturas a alcaldías para los partidos que no la cumplieran, entre ellos los afines al Presidente de la República. La tercera innovación, presentada por el Tribunal Supremo de Elecciones, fue un plan piloto de voto electrónico en 499 juntas electorales.
La profundización del multipartidismo quedó manifestada en la llegada de 10 nuevas agrupaciones al poder local, en las alcaldías, y la consolidación de las organizaciones políticas que debutaron en las últimas elecciones de 2020. Entre 22 partidos se repartió el poder de las 84 alcaldías del país.
El bipartidismo tradicional compuesto por Liberación Nacional (PLN) y la Unidad Social Cristiana PUSC), controlará el 58% de las alcaldías. Empero, hubo cambios en la relación de fuerzas, el PLN perdió 14 alcaldías, es el perdedor más importante de la contienda; el PUSC aumentó en cinco alcaldías su conteo total.
Entre los nuevos actores, cuatro partidos cantonales se dejaron el liderazgo de sus gobiernos locales. Destaca Juntos San José, que rompió con 20 años de hegemonía de Liberación Nacional en la capital, bajo la figura de Johnny Araya. Con una ventaja del 4%, Diego Miranda venció al vicealcalde de Araya, quien compitió bajo la bandera del PLN en la elección. Una segunda pérdida significativa para el PLN, es la de San Ramón, cantón en donde fue fundada la agrupación política, donde fue derrotada por la aspirante del PUSC.
Otra sorpresa, fue el aumento de alcaldías que tuvo el partido Unidos Podemos, fundado en 2018 por la actual ministra de la Presidencia. La agrupación pasó de contar con una alcaldía electa en 2020 a sumar nueve, pese a no lograr representación legislativa en las elecciones de 2022.
Los partidos en el Congreso, más allá del bipartidismo, tuvieron victorias pírricas. El Frente Amplio, partido de izquierda, obtuvo una alcaldía; la derecha liberal, del Partido Liberal Progresista obtuvo tres alcaldías y Nueva República, partido conservador religioso, ganó dos alcaldías. Previo a la elección, no contaban con representación en las alcaldías municipales.
Con un aumento en el abstencionismo global, que pasó de un 63,7% a un 68%, la jornada electoral transcurrió sin incidentes. El voto electrónico fue ampliamente aceptado por quienes tuvieron la oportunidad de votar por esta vía. El proceso también deja un resultado esperanzador, ya que 22 mujeres ganaron sus respectivas alcaldías, la cifra más alta en la historia nacional, probando una vez más, que las acciones afirmativas en razón de género producen cambios en los balances de poder.
Universidad de Costa Rica
Red de Politólogas - #NoSinMujeres