Alejandro Tullio

En su conferencia "La política como profesión", presentada en Munich en 1918 y publicada póstumamente en 1919, Max Weber explica la naturaleza de la política y los desafíos que enfrentan los liderazgos políticos. Weber argumenta que la política es una profesión que requiere habilidades especializadas y dedicación constante. Quienes la desempeñan deben mantener su compromiso con la ética incluso cuando esto va en contra de la conveniencia política.

En la actualidad, el profesionalismo de la política ha sido atacado en forma furibunda, sin embargo, bien entendido debería ser un límite a la arbitrariedad y no una forma de aprovechar privilegios. Según Weber, las y los políticos deben actuar de acuerdo con los valores y las creencias que defienden, pero también, están dispuestos a comprometerse y negociar con otros actores políticos para lograr un bien común.

En este contexto, la irrupción de la desinformación y las fake news en las campañas políticas es un fenómeno preocupante que representa una amenaza para la democracia. La desinformación y las fake news tienen como objetivo influir indebidamente en la toma de decisiones de los votantes y distorsionar la realidad política. No representan el contraste de ideas contrapuestas, sino la difusión de noticias falsas o enmascaradas con el objetivo de manipular la opinión individual en que se basan las decisiones de voto.

Si bien las redes sociales han democratizado el acceso a la información, también han permitido la difusión masiva de información falsa y engañosa. Las campañas políticas utilizan estas plataformas para difundir su mensaje, pero también pueden ser víctimas de la desinformación y las fake news. La manipulación busca socavar la confianza del público en la integridad del proceso electoral y en la capacidad de los órganos electorales para llevar a cabo elecciones justas y transparentes.

La propaganda negativa es una de las formas de manipulación mediante la cual se difunden rumores maliciosos, acusaciones falsas o información engañosa diseñada para socavar la confianza en el proceso electoral. Los ataques de hacking son otra táctica utilizada para acceder a información confidencial y comprometer la integridad del proceso electoral, incluyendo el robo de información de las bases de datos y la interrupción de sistemas informáticos de información desde el lugar de votación hasta los resultados de las elecciones.

Para protegerse contra los ataques a su reputación y a la operación electoral, los órganos electorales pueden tomar medidas como la monitorización activa de los medios de comunicación y las redes sociales, la colaboración con expertos en seguridad en línea y la implementación de medidas de seguridad sólidas para proteger la integridad de los sistemas electorales.

Asimismo, la verificación de hechos por organizaciones independientes y la implementación de políticas por parte de las plataformas de redes sociales son algunas de las acciones más efectivas para prevenir la difusión de noticias falsas. Además, es importante desarrollar tecnología que pueda detectar deepfakes y fomentar la alfabetización mediática entre el público para que las personas puedan identificar y evaluar la información errónea durante las elecciones.

Sin embargo, las y los políticos, así como personas candidatas también tienen una gran responsabilidad en la lucha contra la desinformación y las fake news durante las campañas políticas. Deben verificar los hechos antes de compartir información en sus plataformas y discursos públicos, y mostrar honestidad sobre sus políticas y posiciones. Además, deben denunciar públicamente la desinformación y las fake news y trabajar con los medios de comunicación y las autoridades para combatir la desinformación.

Todo lo dicho para las campañas electorales se incrementa cuando un político o política detenta una posición pública. A mayor poder, mayor debe la responsabilidad y el compromiso con la veracidad.

Es importante recordar que la ética de la responsabilidad obliga a realizar acciones en beneficio general, aunque perjudiquen los intereses de partido. El combate a la desinformación debe ser un requisito de actuación para asegurar los derechos de todos los ciudadanos y ciudadanas y garantizar una competencia justa durante las campañas electorales.

Abogado, Profesor de la Universidad de Buenos Aires, investigador del Observatorio de Reformas Políticas en América Latina.


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