No entendimos y ahora hay que volver a pagar las consecuencias. Y cuando hablo de las consecuencias no solamente me refiero al hecho de regresar a semáforo rojo, no salir de casa más que para lo esencial y volver a tener grandes pérdidas económicas. Me refiero principalmente a que se ha incrementado otra vez el número de muertos, de contagios y de gente hospitalizada a causa del Covid-19. Esas son las grandes pérdidas.

Y también es lo más grave del asunto, que como sociedad no pudimos ser parte de la solución o de tener mayor control, y ahora lo pagaremos lamentablemente. Será una triste Navidad, alejados de nuestros familiares y amigos; para algunos, en una cama de hospital o afuera de los mismos (aunque tampoco se permite) en espera de noticias de algún ser querido internado.

Aquí los responsables somos todos y los que perdemos somos todos. Este 2020 fue un año terrible y ni así fuimos capaces de hacer las cosas de la manera correcta. Apenas nos aflojaron las medidas y nos dejamos ir pensando que lo peor había pasado, cuando en otros países veíamos los rebrotes. Y no es solamente cuestión de las autoridades, es de todos.

Tres estados de la República han pasado a rojo y otros seis están en vías de volver a ese color. Nos hemos fallado a nosotros mismos, a nuestra gente. Ahora vienen días muy difíciles, ya que el entorno de la Navidad nos llenará de nostalgia por los que se han ido, los que luchan por vivir, los que luchan por la vida de otros y por los que no podemos ir a visitar. Pero ojalá nos sirva para reflexionar y entender que nos falta mucho en esta batalla.

El anuncio de las vacunas ha dado esperanza, pero hay que entender que también será un proceso largo y que en ese proceso debemos seguir con los cuidados, porque si no aprendemos de este segundo golpe y encierro por la pandemia, seguirán las pérdidas a todos los niveles.

Profesor