Estamos a unos días de que inicie el año olímpico y los japoneses, como un pueblo honesto, trabajador, ordenado, seguramente que dará un gran espectáculo en los Juegos de este 2020 sin poner en riesgo la economía del país.

Siempre he estado en contra de las naciones que no tienen los recursos para organizar este tipo de eventos, y que a pesar de eso los llevan a cabo más por fines políticos sin tomar en cuenta los riesgos de esta responsabilidad tan grande. Y no importa si se trata de Centroamericanos, Panamericanos, Campeonatos Mundiales u Olímpicos... La realidad es que si no hay una planeación adecuada y si no está perfectamente bien establecida la recuperación económica es muy peligroso para los países, y más para los que ya de por sí sufren con su economía.

Eso ha pasado con cantidad de Juegos a lo largo de la historia. Por ejemplo, después de Atenas 2004, casi desaparece Grecia por las deudas tan grandes que tuvieron para realizar esta competencia, que seguramente fue tomada y solicitada por cuestiones varias menos las deportivas. Y así pasó también con Río 2016, otro evento que se llevó a cabo de manera desorganizada y tirando a la calle el dinero que no tenían los brasileños, más aún cuando habían organizado el Mundial de futbol en ese mismo periodo y tenían tantos problemas sociales, que incluso detonaron fuertes manifestaciones sociales.

Claro que como Japón, están los casos de los Olímpicos en países solventes, como Estados Unidos, en donde el 100 por ciento de la inversión se lo dejan a la iniciativa privada, y por su mercadotecnia y forma de organizarse siempre suman ganancias o al menos, no tiran el presupuesto público.

Es curioso y aunque parezca increíble, este no fue el caso de Londres 2012 a pesar de que Inglaterra es una nación solvente en su economía, más que nada por la infraestructura que tuvieron que levantar que fue tremenda; sin embargo, todo ese gasto no se convirtió en elefantes muertos y poco a poco se recuperan al aprovechar estas instalaciones de buena manera.

En Beinjing 2008 tampoco les fue bien en el tema del retorno de inversión, fue otro fracaso en cuestión económica, aunque para ser sincero, a los chinos lo que menos les importaba era esa, ya que querían mostrar al mundo que podían ser dominadores en el deporte, lo que lograron en sus Juegos.

Se viene Japón, estoy seguro de que será una organización con filigrana, con una calidad insuperable; lo único malo, es que para mucha gente que gusta de asistir a los olímpicos es un lugar poco accesible en cuanto a los costos. Desde la misma transportación, hospedaje, hasta los costos de las entradas. Por ejemplo, para estar presente en todas las pruebas de natación, deporte que es mi pasión, me costaría cerca de 2 millones de pesos. Los precios son impresionantes y no cualquiera podrá pagarlos.

Ante esto, los japoneses se han propuesto que su pueblo esté en la mayoría de las justas deportivas, por eso es que les darán prioridad y seguramente veremos gradas llenas sin que esto signifique pérdida para el Comité Organizador. En lo deportivo, Japón peleará el tercer o cuarto lugar en el medallero, se han preparado en todos los sentidos, se olvidaron de la grilla y la política deportiva, y se dedican a darle seguimiento a sus deportistas en busca del éxito.

Por donde se le vea, seguramente estos olímpicos nos dejarán cosas extraordinarias para los japoneses, que buscarán dejar maravillado al mundo a través de la máxima justa deportiva.


Profesor

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