Es muy triste lo que ocurrió en Torreón. Es muy triste, porque se trataba de un pequeño de 11 años. Es muy triste porque involucra a muchos otros niños y familias que hoy quedan en sufrimiento. Es muy triste, porque los padres de familia no entendemos que el principal problema que existe en el desarrollo de los hijos, es el cuidado que pongamos desde su primer minuto de vida, además del seguimiento que se les dé en su preparación hacia el futuro. Es muy triste, porque en esta terrible historia existen antecedentes que son realmente alarmantes.

Me preocupa mucho que los videojuegos se conviertan en el pretexto y que los padres se excusen en que los niños se idiotizan en estos, cuando la pregunta es ¿por qué pasa eso? La respuesta tiene que ver con el tiempo y la atención que le ponemos a los pequeños, cuando pareciera que como padres preferimos que los “eduque” la televisión o internet sin darnos cuenta de nuestra responsabilidad y no les damos actividades físicas, recreativas, además de un verdadero seguimiento a sus sentimientos y lo que pasan día a día.

Este pequeño vivía con sus abuelos, sin su madre y con un padre ausente. Para las personas mayores, quedar con una tarea como la crianza de un niño suele ser muy complicado y vienen los descuidos. Aquí en este punto, lo preocupante es cómo llegaron las armas a sus manos; que eran propiedad de los abuelos es delicado, pero seguramente ni siquiera se dieron cuenta de que las tomaba. Luego está el tema de que los padres de familia de este colegio se opusieron a la revisión de las mochilas, algo que seguramente se volverá a poner en acción en todo el país. En fin, por donde se le vea es un gran descuido a un niño que reportan tenía buenas calificaciones, pero que probablemente se sentía olvidado.

Por eso es que debemos hacer una gran reflexión: Si no estamos pendientes desde temprana edad de nuestros hijos, tendremos graves consecuencias. Y por el contrario, si somos capaces de guiarlos desde temprana edad, con amor, disciplina y de estar al pendiente de todo lo que suceda en sus vidas, será más complicado que estas cosas sucedan. Por eso siempre promoveré las actividades deportivas. Lo he aprendido a lo largo de los años, el deporte ayuda a desarrollar mentes sanas y jóvenes que aspiren a ser los mejores, a ser competitivos. Hay que motivarlos a que adquieran un deporte o alguna actividad cultural, cualquiera que sea.

Hay muchos casos en los que los padres se desentienden cuando es tan hermoso ver que esos niños crecen con un desarrollo sano. Sé que se puede lograr, pero es responsabilidad de todos nosotros como padres, no es de las escuelas, de los maestros, ni de nadie más. No es posible que en muchos casos, los chamacos llevan la agenda en la casa. Me da vergüenza el gritoneo que a veces viene de los hijos hacia los padres, la falta de respeto y que los adultos asuman que la modernidad está por encima de la disciplina, la cual es fundamental.

Lo más sagrado en la vida son los hijos, y lo más hermoso es vivir su desarrollo físico y mental siempre estando a su lado, motivándolos. No hay más alegría de un niño que ver a sus padres a su lado y eso lo deberíamos entender todos.

Desafortunadamente lo ocurrido en Torreón es otra de esas dolorosísimas lecciones para nuestra sociedad, que ojalá, ahora sí, entienda la necesidad de no descuidar a nuestros niños.


Profesor

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