El mismo Andy Ruiz reconoció, unos minutos después de perder los títulos mundiales del peso pesado de la OMB, AMB y FIB, que no se preparó de la manera en que debía si tomamos en cuenta que era el campeón defensor y que una buena parte de los mexicanos (aficionados al boxeo o no) esperaban.

Esta declaración confirmó lo que desde hace días se manejaba en torno a este peleador que en junio pasado sorprendió al mundo entero al vencer a Anthony Joshua en Nueva York. Ruiz se distrajo en todo lo que el mundo del boxeo trae para los ganadores más allá del ring. Fama, dinero, entrevistas, distracciones muchas que de no ser manejadas de la mejor manera pueden terminar con quien sea tan rápido como la manera en que ese quien sea puede llegar al éxito.

Esa es la principal reflexión de lo que ha sucedido con este boxeador de aspecto bonachón que se convirtió en el ejemplo a seguir de muchos, que lo vieron como la imagen del "sí se puede", sin importar las condiciones.

Porque llegar al éxito puede ser relativamente rápido, por un golpe de suerte, trabajo arduo o por aquello de estar en el momento justo en el lugar preciso. Pero lo importante es lo que se debe hacer después de obtener ese gran primer resultado. Y eso es lo más difícil, tanto en el deporte como en el boxeo, porque este tipo de cosas no solamente suceden en el boxeo, futbol, natación, etc. Esto puede suceder también en la iniciativa privada, política, ciencias, etc.

Y ese es el otro mensaje que debemos tomar de Ruiz. El arrepentimiento de no haber tomado está segunda pelea con Joshua con la seriedad debida cuando debía defender lo que con humildad había conseguido. Y podrán decir que ya no le importa porque ha ganado millones de dólares, el dinero suficiente para tener resuelta su vida y la de su familia, pero esa forma de pensar, ese conformismo es lo que no nos podemos permitir.

Estoy convencido de que los mexicanos tenemos grandes capacidades para destacar en diferentes los ámbitos de la vida, pero es también importante que entendamos que la constancia y el mantenerse en la cima requiere todavía más esfuerzo y disciplina de la que puede costar llegar, y esa es la mayor reflexión que nos puede dejar lo ocurrido con este hombre, quien se dio cuenta muy tarde de su error, ahora sin sus títulos y solamente será cuestión de él, de su mentalidad, levantarse de este golpe y no quedarse como aquel que tuvo un "golpe de suerte", millonario y lo que sea, pero que no fue constante. Ojalá se levante de está derrota, cómo muchos otros mexicanos luchan para levantarse día a día.


Profesor

Google News

TEMAS RELACIONADOS