Si bien las autoridades sanitarias de nuestro país no tienen una fecha exacta para el cambio de fase (de la 2 a la 3) en esta pandemia de coronavirus que ha paralizado al mundo, las recomendaciones no cambian por el momento. Es cierto que las medidas se pueden endurecer, pero en estos momentos lo más importante sigue y seguirá siendo mantener conciencia social ante esta emergencia que ha cobrado la vida de miles de personas en el planeta.

Por eso es que el llamado es el de quedarse en casa y seguir la información oficial. Claro que se entiende que hay personas a las que les es imposible mantenerse en sus hogares por la necesidad que tienen de trabajar y lo que ahora esperamos también, es tener mayor certeza de lo que sucederá con esa gente si es que se determina que, ahora sí, ya no deben abandonar sus casas.

Esa es la pregunta que se hacen muchas personas mientras intentan mantener “sana distancia” y llevar esta situación de la mejor manera posible, a pesar de que la cuestión económica ya comienza a ser otro problema a resolver.

Ayudar a los que menos tienen, tener cubiertas sus necesidades de esos sectores que han sufrido históricamente ante el posible encierro total y mantener la armonía social aún cuando se entiende, pueden venir días en que la desesperación nos haga padecer. Esas son el tipo de cosas que en estos tiempos de pandemia forman parte de “una nueva canasta básica”.

No soy mucho de redes sociales, pero me ha tocado ver como, por ejemplo el Twitter, se ha convertido en una especie de “Santa Inquisición”, en la que no estar de acuerdo con una idea u otra hace que te caigan decenas o cientos de comentarios que no ayudan en nada.

Por otra parte, también me ha tocado leer publicaciones en las que personajes (de cualquier extracto social o profesión) han sumado esfuerzos para comenzar a recabar ayuda para aquellas personas que al extenderse esta contingencia y ante la posibilidad de un encierro total, necesitarán de ese apoyo para solventar sus principales necesidades. No quiero nombrar a estas personas porque me puede faltar alguno y no sería justo ante la labor que están realizando. Lo importante en todo caso, es que han tomado conciencia de que otra vez, México necesita que toda su gente esté unida, los que pueden ayudar con donaciones de esa manera, los que pueden no salir de su casa porque su situación se los permite así, y los que tengan que salir (hasta que se nos diga otra cosa) cuidándose lo mejor posible para que al regresar a casa estén tranquilos junto a los suyos.

Esa conciencia es el principal producto de esta “nueva canasta básica” para México y los mexicanos, en la que además, debe haber otros productos como la paciencia, la empatía y el gusto por ayudar a quien lo necesita. He visto muchas veces levantarse a nuestro país de situaciones en las que realmente no se veía un futuro halagador y estoy seguro de que con la unión de todos, esta no será la excepción.



Profesor

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