Desafortunadamente estamos llegando al punto que, estoy seguro, ninguno de nosotros queríamos. Y no solamente me refiero al aumento de casos positivos y muertes por esta pandemia, sino al grado de confrontación al que se está llegando debido a la ignorancia, por una parte, y al dolor de perder a un ser querido. El caso del Hospital de Las Américas en Ecatepec es el ejemplo de lo que no debe pasar en México. Sobre todo ahora que se esperan los días más críticos en esta contingencia por coronavirus.

Claro que es entendible que ante la muerte de un familiar y más con los protocolos que se siguen a la distancia, haya quien entre en desesperación. Sobre todo para quienes siguieron las recomendaciones que hicieron las autoridades de salud y que desafortunadamente están pasando por esta situación, sin saber cómo fue que se contagió esa persona cercana.

A todos ellos, esa incertidumbre es lo que causa el dolor más fuerte en medio de la pérdida y la necesidad de seguir cuidándose, porque esto no ha terminado.

Lo desafortunado en todo esto, es escuchar a gente que está totalmente convencida de que el Covid-19 no existe, que es un invento, que no les pasará nada. En un momento como el que vive, no solamente México sino el mundo entero, hay un concepto que debimos aplicar de manera inmediata: Responsabilidad compartida.

Todos debimos y aún debemos ser responsables de cuidarnos ante esta pandemia. Así debemos seguir, sin importar que a veces nos llegue diferente información al mismo tiempo y que algunos términos o proyecciones nos sean difíciles de entender. Lo más claro nos lo dijeron hace tiempo: “quédense en casa”. Y muchos no lo han hecho por irresponsabilidad e ignorancia. Por supuesto que aquellos que tienen que salir a trabajar para tener con qué vivir se arriesgan y deben tomar sus precauciones, pero... ¿y los que no salen a lo indispensable? ¿los que han salido a fiestas pensando que no les va a pasar nada?

Esas personas salieron por decisión propia, nadie del gobierno los obligó cuando podían estar resguardados y ayudar a bajar los riesgos de propagación. Por supuesto que no todos los casos de la gente que lamentablemente ha muerto son de este tipo, pero esas imágenes que hemos visto en Ecatepec nos deben hacer reflexionar para evitar que más hospitales colapsen y que haya más enfrentamientos de este tipo. Es difícil pedir paciencia cuando no se sabe qué pasa con su familiar, pero descargar la furia que emana de la desesperación sobre doctores y personal médico no sirve de nada.

Vienen días complicados y se necesita que entendamos que quien no tenga nada a qué salir, se quede en casa, que quien salga lo haga con mucho cuidado, pero sobre todo, no pensar que “eso no me va a pasar”, o que “el coronavirus no existe, es un invento”, porque la ignorancia o la cerrazón, es la otra pandemia que puede poner en riesgo a muchos mexicanos más.



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