He estado analizando lo sucedido en los últimos meses y probablemente desde mucho más tiempo atrás, con el incremento de asesinatos de empresarios (de todos los niveles), por parte de gente que o los priva de su libertad o los quiere extorsionar.

Se trata de crímenes sin piedad, de gente que hace un enorme daño a la sociedad y a la familia de estas personas que desafortunadamente se convierten en sus víctimas.

Cada vez son más los criminales que impunemente persiguen recursos económicos a través de estas acciones. En lugar de bajar los índices de delincuencia, suben y lo peor es que ahora ni siquiera se conforman con lograr su objetivo al cobrar un rescate, sino que matan a sus víctimas.

Se trata de gente sin piedad, sin misericordia. Independientemente de que logran obtener dinero al extorsionar o de los familiares de la gente que tienen retenida a la fuerza, han dejado de ser humanos. Por todos lados encontramos víctimas de este tipo de crímenes. Hace poco fue un comerciante francés muy prestigiado en la Ciudad de México, pero también ha pasado en el interior de la República. Y por más que quiero entender qué pasa, por qué no han sido capaces de detener a estos delincuentes, no encuentro razón. Es triste, y también es inexplicable que no parezca haber solución.

Por más que trato de hacerme a la idea de que se pueda terminar esta situación, no puedo hacerlo ya que recuerdo mucho lo que pasó con mi pequeña. En su caso sé que por la falta de capacidad de una seudoenfermera, una inyección fatal acabó con la vida de mi niña, pero lo que veo ahora en estas bandas de criminales es algo que no entiendo, no me cabe en la cabeza la facilidad con la que terminan con la vida de una persona.

¿Hasta dónde hemos llegado? Es verdaderamente triste lo que pasa en nuestra sociedad… Triste porque no resuelven nada, y día a día hay más asesinatos de personas que son privadas de su libertad o que no pagan una extorsión. Claro que los casos más mediáticos son de los que nos enteramos y que en algunos casos las autoridades dan más seguimiento, pero imagínense a cuánta gente matan estos delincuentes por cantidades mínimas que piden por rescates.

Secuestro o extorsión, lo que haya sido, si lograron el objetivo de despojarlo de sus bienes, qué más ganan con asesinarlos, bastante trabajo tiene la procuración de justicia de este país para salir de estas malas costumbres de gente sin escrúpulos.

Profesor.

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