El deporte mexicano ha recibido un duro golpe con la noticia del fallecimiento de Enriqueta Basilio. Con ella se ha ido una parte importante de la historia deportiva de nuestro país. Un abrazo solidario a su familia, a sus seres queridos y a todos aquellos a los que la vida les dio el regalo de cruzarse con ella.

Una mujer extraordinaria, una gran corredora y sobre todo una mexicana orgullosa de sus raíces. Fue la primera mujer en encender el fuego en unos Juegos Olímpicos. Aquella imagen de Enriqueta subiendo la escalinata hasta el pebetero en el estadio de Ciudad Universitaria ha quedado registrada en la memoria colectiva de todo el mundo del deporte.

"Encendí el corazón de las mujeres, la lucha por la justicia, por la equidad; la lucha por la igualdad", dijo en alguna entrevista, en la que recordó ese momento tan especial.

Anécdotas muchas, desde que se hizo la escalera a la medida de su zancada, que no podía pasar por toda la gente que había y unos scouts le hicieron vaya, el uniforme que tuvo utilizó y que había algunos políticos que no estaban conformes con qué fuera una mujer la que hiciera el encendido o que debido a su gran belleza querían explotar su imagen por ese lado y no por ser la representante del sexo femenino en una época en la que era fuerte la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. Al final, la joven Queta se convirtió en un símbolo, no solo para el deporte, sino para la humanidad y eso hará que la recordemos por siempre.

Con problemas de salud desde hace tiempo, todavía estuvo presente hace un año en el aniversario 50 de los Juegos en México. Fue otro momento memorable en su vida y como siempre, una de sus principales preocupaciones era que se siguiera desarrollando el deporte en nuestro país y que no se olvidará que cualquier actividad (atletismo, natación, clavados, etc.) es una de las mejores maneras de hacer que los jóvenes vayan por buen camino.

Descanse en paz, Enriqueta Basilio.


Profesor

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