Con lujos que ni se imaginan, el sábado pasado se llevó a cabo el Congreso Técnico de la Federación Mexicana de Natación , que de técnico no tuvo absolutamente nada. La razón, un día antes, este Consejo —compuesto por un grupo de presidentes— planchó todo lo que iba a pasar ahí.

En esta reunión, se tocaron temas como las sedes de los diferentes eventos de la siguiente temporada, empezando por el Campeonato Nacional de Curso Corto o Largo (ya no se sabe), que será en diciembre y que se llevará a cabo en Veracruz (la cual, ya se ha demostrado, no es una plaza a la altura y solamente representa un gasto y pérdida de dinero), y todo lo programado por la pasada Comisión que dejó una estructura clara, lo que afortunadamente se respeta.

Fue un poco frustrante darnos cuenta de que, más allá de tratar de mejorar en ciertos aspectos que se presentaron en las diferentes disciplinas y eventos (sobre todo en los Panamericanos Lima 2019), no se cansaron de vanagloriarse de los resultados obtenidos, cuando no fueron los mejores Juegos, como dijeron.

Hay que recordar que, en lo que respecta a clavados, quedaron lejos del mayor éxito que se ha tenido, en Guadalajara 2011 , con 12 oros, y tampoco igualaron lo hecho en Toronto 2015, con ocho preseas áureas. Esto quiere decir que hubo baja de resultados en Lima, con sólo cuatro oros. De natación artística, aguas abiertas y polo acuático, poco qué decir.

En lo que se refiere a la natación, se logró algo extraordinario con relación a los Panamericanos pasados (Toronto), en los que no se ganó algo. Lo que llama la atención es que el señor Kiril Todorov, antes de la justa, anunció que era una locura pensar en ganar medallas y se consiguieron seis, que pudieron haber sido nueve, pero desgraciadamente no se hizo el trabajo adecuado.

Ese Congreso no duró más de hora y media, y tuve la oportunidad de entrar, ya que aunque digan lo contrario, no estoy suspendido; pedí explicar cuál es el problema que surge en la Federación a partir de que desconoció a la pasada Comisión Técnica. Me dijeron que lo tomarían en cuenta, pero ya estaba todo planchado. No hubo oportunidad de hablar, lo único que quería era hacer ver cuál es el problema que hay en la FMN , repartí un USB a los asistentes con la información al respecto, pero qué pena estar en esta situación.

Este Congreso es un gran simulacro y lo peor es que, aunque les hacen firmar una supuesta minuta al final de la reunión, no reparten la copia correspondiente a cada Asociación, lo cual hace pensar mal.

Estamos realmente encarcelados, el presidente de la Federación tiene el control total. Esperemos que este suplicio termine con la elección de 2020, pero

—como veo las cosas— si no hay unión de los entrenadores en beneficio de sus nadadores, será muy difícil.

deportes@eluniversal.com.mx

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