Cuando los habitantes del planeta estuvimos amenazados de muerte con la pandemia del COVID-19, nos dimos cuenta que aquello que nos alimentaba el alma, que nos asombraba, que nos deleitaba y nos daba un propósito estaba en el arte. Hazañas de lo humano en una búsqueda estética que pregunta, propone, construye donde no hay nada un algo que se vuelve una experiencia de otros. ¿Qué haríamos sin la música, sin las artes plásticas, sin los trazos coreográficos de la danza en cuerpos ductiles, sin el teatro donde se encarnan pasiones, sin los libros que son todo eso?

Para cerrar el año, les comparto algunas de las lecturas que me asombraron en el 2025.

Tu sueño imperios han sido de Álvaro Enrigue. Magistral y naturalmente documentada, asistimos al día en que Moctezuma y Cortés y sus huestes se reunirán en el palacio donde ya son huéspedes del emperador y donde los caballos permanecen en un sitio alejado, para preocupación de los hispanos y para el deleite de Moctezuma. En ese día clave, Enrigue rebela la elegante magnificencia de los mexicas, la irresponsabilidad aderezada de hongos del emperador y a través de un personaje ficticio la llaneza de los europeos, su asombro y bestialidad. Una joya de la que poco se ha hablado.

La noche de las reinas de Vicente Alfonso. Esta novela breve e intensa nos lleva el momento casi carnavalesco donde se citan dos escenarios: el concurso de belleza Miss Universo (por cierto muy en boga estos días) en Mazatlán 1978, y la trastienda política donde un gobernador todo poderoso “El tiburón de Escuinapa” hará lo posible por tener a Miss Sudáfrica, la más controversial de las participantes que representa al país del apartheid, mientras intenta sofocar las revueltas estudiantiles que están empañando la visibilidad mundial de Ramón Higareda. Un periodista es el testigo que intentará librar los obstáculos para obtener la verdad. Un retrato de época y del dispendio del poder con una lúcida y vertiginosa prosa trenzada desde distintos puntos de vista.

Autobiografía de la piel de Ana Clavel es una novela-ensayo que propone la indagación de lo que la piel del personaje ha atestiguado, el tatuaje invisible del tiempo, el paso de los otros sobre ella, el sentido de esa geografía órgano único que nos envuelve y nos contiene y que es personaje también. Habla la piel y a veces es un yo y a veces es un nosotros desde la conciencia dentro de la piel. Uno no puede evitar el deseo de fabular sobre el propio registro epidérmico, su presente y su memoria. Llena de frases subrayarles, la autora expone las razones de la escritura de sus otras novelas.

La Roca de Tanios del reciente Premio FIL en Lenguas Romances, el libanés Amin Maalouf, donde la leyenda que pesa sobre aquella peña es el motivo para asistir al recuento de lo que aconteció en Kfaryabda a mediados del siglo XIX cuando otomanos y egipcios se debatían el poder de la región a través del destino del hijo bastardo de un jeque respetado a pesar de su tiranía. Intensa, no sólo es un retrato de la vida cotidiana y costumbres de un pueblo y de las maneras y fisuras del poder que sigue arrastrando el país, sino una profunda mirada a las relaciones filiales, a la sumisión y a la traición y a la búsqueda de libertad.

Es mi deseo llenar el año venidero de asombros. Seguir arropando el día a día de belleza más allá de los afanes cotidianos y de la barbarie que parece no tener fin. Les deseo asombros, bienestar, afectos y el gozo de los pequeños momentos. ¡Salud!

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