“Hacer mandados”, antiguo oficio con auge en pandemia
“Hacer mandados”, antiguo oficio con auge en pandemia

Texto: Magalli Delgadillo

Llevan y traen. Algunos van en bicicleta y otros caminan. Cargan. Van a la tienda, al mercado, a la carnicería y hasta con la vecina… Hacen mandados. Antiguamente era común encontrar en los tianguis a personas y a niños que se ofrecían a cargar víveres o bultos para ganar algunos pesos.

“Todo México sabe que existe en los mercados una multitud de jóvenes que viven de ayudar a las amas de casa a transportar lo que adquieren”, relata el reportero Antonio Mena Brito, en el texto “La primera mesa redonda de la juventud revolucionaria”, publicado en EL UNIVERSAL el 4 de octubre de 1945.

En México cuando decimos “ hacer mandados ” nos puede remitir a una tarea encomendada por las abuelitas, mamás, tíos o cualquier persona que implica conseguir algún artículo solicitado. En esta etapa de pandemia no cualquiera puede salir a la calle a realizar actividades cotidianas.

Hoy, con sólo enviar un mensaje desde el teléfono celular es posible solicitar que la comida o diferentes artículos lleguen hasta la puerta de la casa, pero si las personas no cuentan con esa posibilidad en la Ciudad de México hay grupos de personas que realizan servicios de bicimensajería o automensajería. Incluso algunos negocios que habitualmente no lo hacían han implementado las entregas a domicilio para ofrecer sus productos.

Un oficio de propinas

A principios del siglo XIX esta actividad no sólo se trataba de “ favores ”, sino que era parte de una lista de 500 ocupaciones realizadas por hombres en la capital mexicana . Entre los 2 mil 102 ciudadanos registrados, mayores de 15 años, se encontraban mozos, lacayos, criados, cocineros, pajes y hasta mandaderos , de acuerdo con el documento Desarrollo del movimiento de Independencia (1810-1821) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

“Hacer mandados”, antiguo oficio con auge en pandemia
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El comercio en la calle de Zarco, colonia Guerrero, a finales del siglo XIX. Los mercados y tianguis eran frecuentados por mandaderos. Foto: W. H. Jackson, Library of Congress.

Los mandaderos no cobraban una cantidad fija, sólo se mantenían de las propinas . El reportero Antonio Mena Brito mencionaba en 1945 que uno de los ponentes, en una mesa de análisis sobre la juventud, proponía mejorar las condiciones de quienes se dedican a este oficio.

Sugería que se cobrara una cuota pequeña a los locatarios para otorgar desayuno gratuito a los niños y jóvenes. Y si hubiera excedentes económicos, se podría ahorrar para la construcción de una casa donde se les enseñara algún otro oficio a quienes vivían sólo de propinas.

“Hacer mandados”, antiguo oficio con auge en pandemia
“Hacer mandados”, antiguo oficio con auge en pandemia

9 de octubre de 1919. Un dibujo de Duhart sobre tipos populares: "El Mandado". Foto: EL UNIVERSAL ILUSTRADO.

Los mandaderos conocían y observaban los cambios de la ciudad. “He atravesado la ciudad hasta llegar a las calles de Jesús María. Es este el rumbo de los comerciantes de mediana importancia. La plaza de La Merced abastece al resto de los mercados capitalinos. Advertí en mi largo tránsito que la ciudad se encuentra envejecida como las ciudades que no reciben diariamente el aseo de sus calles (…) Los edificios coloniales, de rojizos se han vuelto negros; las banquetas a trechos tienen hoyancos y el pavimento baches”, describía Antonio Mena Brito.

Según un texto publicado en este diario el 9 de enero de 1941, antes de ser cargador y luego mandadero dedicado, Andrés Robles fue combatiente y sobreviviente de la rebelión maderista del 18 de noviembre de 1910, en Puebla. Cada año lo invitaban a ceremonias y le daban una medalla, pero eso no le garantizaba la comida del día.

“Hacer mandados”, antiguo oficio con auge en pandemia
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Publicación de EL UNIVERSAL del 9 de enero de 1941.

Necesitaba trabajar y empezó a cargar bultos con su mecapal (correa que se colocaba en la frente y se ataba a algún bulto o equipaje para poder cargarlo en la espalda). El trabajo de Andrés le permitía transitar por la ciudad, pero sus pies y su fuerza ya no eran los mismos, no podía llevar tanto peso.

“A últimas fechas, y como su resistencia física a portar bultos pesados había disminuido considerablemente, era lo que se llama un ‘ mandadero ’, aunque usaba el ‘mecapal’ por ser distintivo del oficio”, explica la nota.

Los mandaderos, testigos que van a pie o sobre ruedas, sabían lo que sucedía en la ciudad y lo que acontecía en su comunidad, como se relata en el texto "Trabajo", publicado en esta casa editorial en 1942.

“Hacer mandados”, antiguo oficio con auge en pandemia
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Barrio de la Merced alrededor de 1960. Calle de Manzanares, vista hacia el oriente desde el cruce con Roldán. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.

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El barrio de la Merced en 1974. Foto: Archivo EL UNIVERSAL. 

Tostadas y quesos sobre ruedas

A las siete de la mañana, Juan Antonio Toledo abre los locales 19 y 20 dentro del Mercado Churubusco . Tiene un negocio de abarrotes y salchichonería, diario checa los pedidos de sus clientes hechos desde el día anterior. A las ocho de la mañana sus dos empleados repartidores comienzan a preparar sus bicis para salir a las calles y llevar tostadas, salchichas o quesos.

Esta idea de enviar sus productos en bicicleta inició en marzo de 2020 cuando se registraron los primeros casos de la Covid-19 . Muchos de sus clientes, que son adultos mayores y población en riesgo ante la pandemia, empezaron a pedir productos hasta la puerta de su casa.

El promedio de distancia que recorren los repartidores es de ocho a diez cuadras a la redonda que abarca las colonias San Andrés, Country Club, Campestres- Churubusco, San Lucas, San Mateo Churubusco, Bosque Real y La Herradura; aunque Juan Antonio ha llegado a ir dos veces por semana a Santa Fe para repartir lácteos de productores de los estados de Morelos, Hidalgo y Puebla.

“Hacer mandados”, antiguo oficio con auge en pandemia
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Un joven repartidor expone el físico al circular por las calles de la ciudad a mediados de los años 60. Foto: Colección Carlos Villasana.

“El servicio a casa no tiene costo. Cuando las personas necesitan algo que no vendo, lo consigo y llevo sin pago extra (más que el del artículo)”. Menciona que las propinas son para sus empleados y un extra a su sueldo.

“Hay veces que los trabajadores sacan hasta 200 pesos en un día. Hay personas que les dan 40 o 50 pesos de propina, pero también hay quienes no dan propina , aún así damos el servicio sin ningún problema”, dice Juan Antonio.

Comenta que las primeras semanas de resguardo recibía muchos encargos de entre mil 200 o mil 500 pesos. Sin embargo, la situación ha cambiado debido a la economía y el semáforo epidemiológico: ahora tiene pedidos de entre 180 y 200 pesos.

Nuevos encargos

Otro grupo de bicicleteros es Hago Mandados MX que lleva a domicilio comida, medicinas. Incluso saca citas médicas. Todo a cambio de una aportación voluntaria o un “gracias”.

Cuando alguien envía un mensaje se organizan para ver quién puede atender la solicitud. Se pregunta el domicilio a donde deben acudir. Pedalean lo más rápido que pueden. Llegan al destino y tocan el timbre o la puerta. En caso de que la persona no pueda salir, les dejan los papeles, dinero para hacer el mandado correspondiente, según sean las instrucciones que ya tienen en su teléfono.

Una mujer hermosa que cuida a la distancia de su mami se comunicó con nosotros para ir por el medicamento y con gusto #HicimosElMandado. Muchas gracias por la confianza

Publicado por Hago Mandados MX en Lunes, 25 de mayo de 2020

Este grupo de 15 personas se conocieron en su labor diaria al repartir comida para distintas plataformas. En 2017 se unieron para combinar el andar en bicicleta y donar tiempo para transportar víveres en algunas zonas de Xochimilco donde los autos no podían llegar.

El grupo se volvió a unir para hacer mandados en esta situación de contingencia sanitaria . Desde el inicio de la pandemia, y hasta ahora, han realizado más de 3 mil envíos en las alcaldías Cuauhtémoc, Benito Juárez, Coyoacán y Miguel Hidalgo.

Desde entonces comenzaron a donar tiempo para atender a quienes les escriban y estuvieran dentro de su zona de operación. Karen Pérez y Amellalli González, fundadoras de Hago Mandados MX , platican en entrevista que el año pasado al inicio de la pandemia, Mario, uno de los integrantes, le comentó a Amellalli:

­­ — ¡Sabes qué! Voy a poner en una cartulina “Hago mandados” y mi número (y la voy a colgar) en mi bicicleta.

Así surgió el nombre que ahora los identifica en redes sociales con el que algunas personas ya los conocen. El objetivo es facilitar pagos, compras y hasta sacar citas médicas para quienes deben quedarse en su casa por las jornadas laborales, pertenecer a un grupo vulnerable o enfermos de la Covid 19.

Ahora los repartidores o mensajeros se ayudan de bicicletas o autos para llevar despensas, productos de higiene o de otros emprendedores que han surgido durante esta pandemia.

Adriana Estrada, junto con su novio, pedalean entre 70 y 120 kilómetros. Antes de dedicarse tiempo completo a recoger y llevar paquetes era actriz de teatro. Hace cuatro años comenzó a explorar la ciudad con su bici y luego trabajó en dos empresas para repartir paquetes.

En la imagen antigua, un joven repartidor en bicicleta, en el fondo se aprecia el Palacio de Correos; en la actual Adriana Estrada transita por la CDMX. Fotos: Colección Carlos Villasana y cortesía. Diseño web: Rodrigo Romano. 

En mayo de 2020, ella y su novio idearon una manera de obtener ingresos entregando paquetes, pagar servicios básicos y comprar despensas por encargo. En agosto comenzaron la planeación y el diseño de logos, así surgió Meteora bicimensajería .

Ahora tienen cerca de tres meses transportando productos. A través de redes sociales ofrecen distintas cotizaciones de sus servicios. Las solicitudes deben hacerse un día antes indicando lugar de origen y destino de los productos, así como las dimensiones de los paquetes (medidas de largo, ancho, alto y peso). El cobro es por kilómetro.

“El costo es de 8 a 12 pesos, dependiendo de las características de la ruta: si hay muchas subidas, peso del paquete. No es lo mismo llevar medio kilo a 5 kilos”, menciona Adriana.

“Hacer mandados”, antiguo oficio con auge en pandemia
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En diciembre Adriana repartió desde regalos navideños hasta cenas para personas de la tercera edad. Foto: Cortesía.

“Hacer mandados”, antiguo oficio con auge en pandemia
“Hacer mandados”, antiguo oficio con auge en pandemia

Adriana Estrada y su novio Roberto López, quienes comenzaron a finales del 2020 a formar un negocio de bici-mensajería. Cortesía.

El peregrinar de las despensas

Por su parte, Alejandro Miguel recorre las avenidas y calles de la Ciudad de México . Cada viaje es de cerca de 70 kilómetros, a veces más, otras menos. Entra a los supermercados o tiendas para conseguir los artículos que sus vecinos o familiares le encargaron.

De la zona oriente va al metro Guelatao, luego a Constitución de 1917 y de ahí al Bordo de Xochiaca; luego a Ciudad Azteca, acelera a Bosque de Aragón, metro Ermita, Coyoacán y de nuevo a la zona oriente.

Además de ser ingeniero textil y actual supervisor en el área de diseño de una empresa de trajes y camisas, Alejandro realiza mandados. Cobra cerca de 10 pesos por kilómetro y aprovecha para vender cubrebocas caseros que reparte los sábados junto con las despensas.

La historia de Jorge Anaya es diferente. Él hace pedidos de despensas en auto. La empresa para la que trabaja la forman 12 personas que en automóvil llevan a otras de compras o lo hacen ellos.

“Hacer mandados”, antiguo oficio con auge en pandemia
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Jorge Anaya transportaba a personas en su automóvil, pero ahora, debido a la contingencia sanitaria, recibe pedidos para comprar despensas o transporta documentos. Foto: Cortesía.

El servicio es de 24 horas y pueden desplazarse a entidades cercanas. Si se requiere un viaje al momento, el horario es de siete a diez de la noche.

Jorge menciona que desde que comenzó la contingencia sanitaria han disminuido el transporte de personas y ha incrementado el de documentos o artículos del hogar. La tarifa es por tiempo, entre 150 y 200 pesos la hora que se tarden en realizar las compras. No hay otro pago extra.

“Los súper son lo que nos hizo bastante fuerte y empezaron a hacer despensas de mil dos mil, tres mil pesos, pero hemos tenido de 10, 12 o 60 mil pesos”.

Platica que a principios de 2020 se sorprendió al tomar un pedido de 60 mil pesos de compras en supermercado. “Se compró durante una semana. Yo pensé que era una despensa para una gran familia y para un largo tiempo. La sorpresa fue que era para una familia de cuatro personas y al mes y medio volvieron a pedir una despensa igual”.

“Hacer mandados”, antiguo oficio con auge en pandemia
“Hacer mandados”, antiguo oficio con auge en pandemia

El señor Jorge Anaya ha entregado despensas por encargo de hasta de 60 mil pesos. Foto: Cortesía.

Jorge y sus compañeros trabajan con mayor frecuencia en Coyoacán, Benito Juárez y Miguel Hidalgo, donde está el mayor número de su clientela. Hacen 20 servicios al día y recorren entre 10 y 12 mil kilómetros mensuales. Conoce gran parte de la ciudad como la palma de su mano.

Un servicio diferente al de grandes compañías

Los integrantes de Hago Mandados MX platican que se dieron cuenta de que las personas en casa necesitan ayuda, lo mismo que los restaurantes para transportar sus productos, no sólo el famoso delivery, “porque las Apps cobran una comisión demasiado alta”, explica Karen.

Apenas el 22 de enero distintas plataformas como Uber Eats, Didi Food y Rappi anunciaron la reducción de sus porcentajes en comisiones , en los próximos tres meses, pero esos porcentajes son aún altos en comparación con lo que ofrece Hago Mandados MX, pues de acuerdo con las fundadoras, para ellos el pago no es tan importante, pues comentan que no tienen una tarifa establecida para quienes solicitan sus servicios y la cooperación es voluntaria.

Por ejemplo, de acuerdo con la página de Help Uber Eats, por cada pedido se paga el costo de los artículos, tarifa de entrega (la cual depende de la distancia entre el establecimiento y el comensal, además de la demanda en la zona) y cualquier impuesto aplicable.

El equipo de Hago Mandados MX no tiene una tarifa estipulada, recibe las propinas que pueden ir desde 30 o 40 pesos hasta un “gracias”.

Aseguran que el hecho de que las personas le ponen precio a sus servicios no significa que no den un buen servicio.

Karen comenta: “desde que nos mandan el primer mensaje, preguntamos el domicilio y a veces si es muy lejos, no podemos: conocemos nuestras limitaciones porque sólo tenemos bicicleta”.

En el caso de que la solicitud pueda llevarse a cabo, “se avisa si ya se depositó el producto en la puerta. Si son compras, se manda el mensaje con la foto del producto, costo para que una vez autorizado por la persona, se adquiera”.

“Si el punto es ayudar a la ciudadanía , nosotros estamos abiertos a todas las posibilidades, obviamente, mientras nuestra situación y condiciones lo apremien”, comenta Karen.

Agrega que para ella ha sido una emotiva experiencia. “Nos hemos llevado muchas lecciones de vida, humanidad y poder ayudar a la parte económica que está más cercana a nosotros, no tiene precio”.

Por su parte, Amellalli González comenta: “como sociedad estábamos muy viciados. Que la gente confiara en desconocidos nos costó un poco de trabajo, pero la pandemia ha sacado lo mejor de nosotros y lo que hemos hecho es sumar, sumar, sumar, sumar, ya lo demostramos el 19 de septiembre y se salió adelante…”.

La fotografía principal es de la colección Carlos Villasana.

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