La primera victoria presidencial de un partido opositor al PRI, luego de siete décadas, ocurrió hace , cuando el candidato panista obtuvo el 42% de los votos en los comicios federales del 2 de julio del 2000.

La votación de comienzos del siglo XXI fue un parteaguas para la política mexicana, pues se respetó de manera íntegra la decisión de los votantes y terminó el cuestionable dominio priista.

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Vicente Fox apareció en las televisiones mexicanas con mucho adorno y publicidad, como si fuera la solución para acabar con la inconformidad de la población luego de décadas de gobiernos tricolores. Su campaña fue contundente y él tuvo la suerte de estar en el lugar correcto, en el tiempo correcto.

Con publicidad muy efectiva, Vicente Fox se “vendió” como el candidato del cambio. Su espontánea personalidad y la constante promesa de transformar al país cautivaron a los votantes, sin olvidar el bien planeado bombardeo publicitario. Foto: Héctor Martínez/EL UNIVERSAL.
Con publicidad muy efectiva, Vicente Fox se “vendió” como el candidato del cambio. Su espontánea personalidad y la constante promesa de transformar al país cautivaron a los votantes, sin olvidar el bien planeado bombardeo publicitario. Foto: Héctor Martínez/EL UNIVERSAL.

La campaña ideal para el “candidato del cambio”

Fox, un chilango que se enamoró de Guanajuato, llegó a la presidencia con una carrera política corta. Fue miembro del Gabinete Alternativo de Manuel J. Clouthier en la rama agropecuaria, después ejerció como diputado federal y gobernador guanajuatense por el Partido Acción Nacional (PAN). Antes de eso, se dedicó a la administración del campo y de empresas, donde aprendió a ofrecer y convencer.

A mediados de 1997, cuando todavía era gobernador de Guanajuato, Fox destapó su interés por la “carrera grande”, sin importar que faltaran casi tres años para la elección presidencial. Su partido permaneció sin comentarios y él se dedicó a esparcir su proselitismo.

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Amigos de Fox fue una organización ajena al PAN que promocionó al “candidato del cambio”. De acuerdo con una investigación de Roberto Tejeda, esta asociación operó desde 1998 y mostró a Fox como un funcionario público ejemplar, aderezado con gorras, tazas y camisetas para sus seguidores.

Con su actitud contestataria, Fox ganó la simpatía de un pueblo que estaba harto del modelo priista. El famoso “Hoy, hoy, hoy”, dicho en una reunión con Cuauhtémoc Cárdenas y Francisco Labastida para programar el segundo debate presidencial, mostró su terquedad e intransigencia, algo que le atrajo votantes, pero también alejó a indecisos. Foto: AP/José Luis Magaña.
Con su actitud contestataria, Fox ganó la simpatía de un pueblo que estaba harto del modelo priista. El famoso “Hoy, hoy, hoy”, dicho en una reunión con Cuauhtémoc Cárdenas y Francisco Labastida para programar el segundo debate presidencial, mostró su terquedad e intransigencia, algo que le atrajo votantes, pero también alejó a indecisos. Foto: AP/José Luis Magaña.

En 1999, el gobernador con licencia recibió la aprobación panista para comandar su Alianza por el Cambio. Sus spots eran mordaces y entretenidos; también recurrió a símbolos llamativos, como el saludo de “amor y paz” o la incesante mención de la palabra “cambio” para impactar a los votantes.

Fox y Francisco Labastida, candidato por el PRI, mantuvieron números muy reñidos, dejando en un lejano tercer lugar a del PRD. Aunque la publicidad del panista fue determinante para ganar la presidencia, también influyó la insólita autonomía del entonces Instituto Federal Electoral (IFE).

Uno de los spots para la campaña presidencial de Vicente Fox. "A mí tal vez se me quite lo majadero, pero a ustedes, lo mañosos, lo malos para gobernar, lo corruptos, no se les va a quitar nunca", decía el entonces candidato panista. Fuente: YouTube.

“El cambio que a ti te conviene” y “Ya ganamos” fueron lemas de la campaña de Vicente Fox, en la Alianza por el Cambio por el PAN y Partido Verde. Otra de sus insignias fue “Ya”, para enmarcar el hartazgo colectivo contra el partido en el poder. Foto: Jorge González/EL UNIVERSAL.
“El cambio que a ti te conviene” y “Ya ganamos” fueron lemas de la campaña de Vicente Fox, en la Alianza por el Cambio por el PAN y Partido Verde. Otra de sus insignias fue “Ya”, para enmarcar el hartazgo colectivo contra el partido en el poder. Foto: Jorge González/EL UNIVERSAL.

Transición tranquila y efectiva, después de 71 años en el poder

La jornada electoral del domingo 2 de julio del 2000 comenzó a las 8 de la mañana, con la disputa de mil 457 cargos públicos, según mencionó la primera plana de este diario. En las boletas para la elección presidencial aparecieron los siguientes candidatos:

  • Manuel Camacho por Partido de Centro Democrático (PCD);
  • Cuauhtémoc Cárdenas por Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido del Trabajo (PT), Partido Alianza Social (PAS), Partido de la Sociedad Nacionalista (PSN) y Convergencia por la Democracia;
  • Vicente Fox por Partido Acción Nacional (PAN) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM);
  • Francisco Labastida por Partido Revolucionario Institucional (PRI);
  • Gilberto Rincón por Democracia Social;
  • Porfirio Muñoz Ledo por Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), pero renunció a su candidatura para respaldar a Vicente Fox.

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59 millones de mexicanos estaban inscritos en el padrón electoral para ejercer su voto y 36 mil colaboradores acreditados vigilaron más de 100 mil casillas alrededor del país. Foto: Luis Manuel Acevedo/EL UNIVERSAL.
59 millones de mexicanos estaban inscritos en el padrón electoral para ejercer su voto y 36 mil colaboradores acreditados vigilaron más de 100 mil casillas alrededor del país. Foto: Luis Manuel Acevedo/EL UNIVERSAL.

Tras el cierre de las casillas comenzó el conteo y todo el país observó; 860 visitantes extranjeros atestiguaron la certificación de los comicios. A pesar del innegable ambiente democrático hubo 22 millones de abstencionistas –36% del padrón electoral– y más de 700 mil votos nulos.

Para las 23 horas, Alianza por el Cambio acumuló casi 16 millones de votos –42% de los votantes– contra los 13 millones de Francisco Labastida y 6 para Cuauhtémoc Cárdenas. El entonces presidente del IFE, José Woldenberg, confirmó los números, pero hubo una declaración más importante.

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A las 11:10 de la noche, el todavía presidente Ernesto Zedillo felicitó a Vicente Fox por su victoria, en un discurso en cadena nacional. El mandatario prometió una “entrega transparente, pulcra y eficaz de la administración federal”, siendo un cierre dramático para una histórica jornada electoral.

Edición EXTRA de EL UNIVERSAL, con los resultados electorales. Para muchos, Fox era la mejor opción de gobierno, pero para otros, sólo fue la oportunidad más viable para terminar con la dictadura política. No todos votaron para darle la victoria a los opositores, sino para ver la derrota del PRI. Foto: Pablo Campos/EL UNIVERSAL.
Edición EXTRA de EL UNIVERSAL, con los resultados electorales. Para muchos, Fox era la mejor opción de gobierno, pero para otros, sólo fue la oportunidad más viable para terminar con la dictadura política. No todos votaron para darle la victoria a los opositores, sino para ver la derrota del PRI. Foto: Pablo Campos/EL UNIVERSAL.

Crónica de la noche del 2 de julio del 2000, con la victoria de Vicente Fox en la elección presidencial. Zedillo confirmó los resultados de los comicios, en un gesto histórico y democrático. Fuente: YouTube.

“Los candidatos no ofrecían una verdad absoluta”

En su edición del 2 de julio del 2000, EL UNIVERSAL publicó un sondeo sobre la elección; algunos ciudadanos expresaron su emoción por emitir su voto y otros fueron indiferentes. El comentario generalizado fue que los candidatos no ofrecían una verdad absoluta o una gran opción de cambio.

Carolina Cisneros, entonces estudiante de 22 años, comentó “no siento ninguna emoción, creo que para lo único que sirven los políticos es para robar”. Rubén Sánchez, de 32 años y gerente, dijo “para mí, el proceso me es indiferente, pero creo que va a ser la primera elección realmente transparente”.

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La autonomía del IFE fue mérito del periodo zedillista. La Reforma Electoral de 1996 eliminó a la influencia del poder Ejecutivo dentro del organismo para garantizar su vigilancia y “actividad imparcial” en los comicios, como lo menciona Salvador Nava en su texto sobre Justicia Electoral.

Una de las posturas más comunes para explicar la democratización en el IFE se enfocó en la tensa relación entre Zedillo y su antecesor, Carlos Salinas de Gortari, lo que pudo generar una “traición” contra la cúpula de poder del PRI, pero tenemos otra posibilidad menos vengativa.

Vicente Fox y Ernesto Zedillo en la Residencia Oficial de Los Pinos, el 3 de junio del 2000. Según el artículo "Making history in Mexico" en The Economist, Zedillo fue el responsable de “la creación de una autoridad electoral independiente que organizó los comicios más limpios en la historia de México”. Foto: Lucía Godínez/EL UNIVERSAL.
Vicente Fox y Ernesto Zedillo en la Residencia Oficial de Los Pinos, el 3 de junio del 2000. Según el artículo "Making history in Mexico" en The Economist, Zedillo fue el responsable de “la creación de una autoridad electoral independiente que organizó los comicios más limpios en la historia de México”. Foto: Lucía Godínez/EL UNIVERSAL.

Con el creciente modelo de la globalización y libre comercio, los acuerdos internacionales incluían requerimientos ecológicos, de equidad social y democráticos para asegurar un mercado saludable, sobre todo para comercializar con potencias como Estados Unidos.

México debía comprometerse con la democracia, según los estándares occidentales, para no perder oportunidades económicas; tuvo que liberar –de verdad– los mecanismos electorales para demostrar su confiabilidad en mercados internacionales. No sólo fue vengarse del PRI.

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Años después de la contienda electoral del 2000, pareciera que el único mérito de la Alianza por el Cambio fue ganar la transición política. Ese 2 de julio parecía, para muchos mexicanos, una nueva esperanza, pero sólo fue un cambio de poder y un despertar parecido a los anteriores.

Vicente Fox festejando en el Ángel de la Independencia durante la madrugada del 3 de julio del 2000. “Debemos congratularnos todos los mexicanos. Estamos sacando adelante la transición sin turbulencias”, dijo el entonces presidente electo. Foto: Fabián Márquez/EL UNIVERSAL.
Vicente Fox festejando en el Ángel de la Independencia durante la madrugada del 3 de julio del 2000. “Debemos congratularnos todos los mexicanos. Estamos sacando adelante la transición sin turbulencias”, dijo el entonces presidente electo. Foto: Fabián Márquez/EL UNIVERSAL.

Uno de los primeros spots tras la victoria de Vicente Fox; su presidencia comenzó con altos niveles de popularidad. Fuente: YouTube.


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