En el marco del Día del Amor y la Amistad, en esta entrega de recordaremos algunos ejemplos de cintas mexicanas cuya trama o historia principal es acerca del romance de pareja; con este fin entrevistamos a la historiadora Daniela Muñoz, quien entre otros estudios se ha especializado en investigación Teoría, critica y análisis cinematográfico del Cine mexicano, así como de contenidos digitales y medios audiovisuales.

Daniela considera que en la historia cinematográfica mexicana, un motivo que se repite instintivamente es el amor, y aunque toma diversas formas a través de los centenares historias en que ha servido como línea argumental de un relato, siempre se concibe de forma distinta por cada realizador que le tome como leit motif de su creación.

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Dice que las historias de amor escritas para el cine se basan en pasajes literarios o en multipremiados textos y que contienen el argumento predilecto no solo para tramas melodramáticas en el cine mexicano, sino para muchas otras de diversos géneros.

Cartel de la cinta El Inocente, otro ejemplo de cinta de romance y comedia, en donde participaron Silvia Pinal y Pedro Infante. La trama ocurre en la capital, en la Carretera México-Acapulco y en el propio Puerto de Guerrero. Muestra cómo en el amor no hay clases sociales. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Cartel de la cinta El Inocente, otro ejemplo de cinta de romance y comedia, en donde participaron Silvia Pinal y Pedro Infante. La trama ocurre en la capital, en la Carretera México-Acapulco y en el propio Puerto de Guerrero. Muestra cómo en el amor no hay clases sociales. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

“Amor, la pulsión de vida a la que nadie debería ser indiferente”

Para ella, la filia para desarrollar trabajos cinematográficos que revelan al amor se refleja de diversas formas:

En el coraje para trascender, en el motor para evitar claudicar en situaciones complejas, en episodios donde es necesario conquistarse a sí mismo. En una palabra: “Es el amor la pulsión de vida a la que nadie debería ser indiferente”.

Cierto es que nuestra idiosincrasia, tan dada a la exageración y a la sublimación de sentimientos con cariz de emoción trágica, pues entre más trágica, mejor, y revela que la historia de nuestra cinematografía, al menos en la primera mitad del siglo XX , fue de esta forma.

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Foto de la cinta Amor y sexo, donde actuaron María Félix y Julio Alemán. La cinta fue polémica por las escenas de pasión en 1964 y porque trata el tema del amor irresistible entre una pareja de distintas edades. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Foto de la cinta Amor y sexo, donde actuaron María Félix y Julio Alemán. La cinta fue polémica por las escenas de pasión en 1964 y porque trata el tema del amor irresistible entre una pareja de distintas edades. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Nuestra entrevistada explica que los primeros escarceos de un cine que, en realidad no era más que teatro fotografiado, fue con la llegada del primer cine sonoro que permitiría otras licencias a los realizadores, los ejercicios experimentales que trajeron consigo el expresionismo alemán, y finalmente, “volteando ya a nuestra propia historia nacional, comenzaríamos a ver las primeras etapas de nuestra cinematografía, plagarse de personajes-tipo.

En el cine mexicano se veían también a rumberas y pecadoras pobres, pero dueñas de su sexualidad, de mujeres fatales que, con sus encantos casi diabólicos, llevaban a los hombres a la ruina, o ya del lado opuesto, de parejitas tipo Romeo y Julieta e, incluso, destacaría en muchos relatos la historia de La Cenicienta y/o la de La Bella y la Bestia.

Esta cinta del año 2000 narra varias historias de amor, cada una con su propia problemática y cómo lo viven las generaciones del nuevo siglo. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Esta cinta del año 2000 narra varias historias de amor, cada una con su propia problemática y cómo lo viven las generaciones del nuevo siglo. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

La historiadora afirma que en cualquier caso, parece que como mexicanos, nuestros contactos y escarceos amorosos, producto de nuestro visionado histórico del cine nacional (y quizá mundial) naturalmente han delineado nuestra idea del amor bajo el innegable signo de lo trágico.

Sin embargo, aunque la tragedia es evidente en la historia de nuestro cine, encontramos muchas otras historias cuya línea argumental no se apoya ex profeso en el género, aunque sí se ve aderezada de él.

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Las cinco pelis más representativas de este género

Daniela eligió una lista de 5 películas mexicanas de amor en pareja que a su consideración revisten ideas más complejas y mejor delineadas que las típicas tramas planas que son la base para pedestres intentonas de comedia romántica.

Nos explica que las películas seleccionadas no responden a otra temática que no sea, meramente, el amor y sus diversas formas de expresión argumental y visual. Esta selección trató de recuperar obras maestras del cine nacional o bien cintas poco conocidas.

  • Una familia de tantas (Director: Alejandro Galindo, 1948)

Daniela cita al historiador Francisco Peredo, quien a su vez afirma que Alejandro Galindo fue un alma rebelde en el cine mexicano. Prueba de ello no es sólo esta cinta, sino otros filmes inspiradores y al mismo tiempo críticos de nuestras múltiples caras como sociedad, como puede comprobarse en Doña Perfecta.

Espaldas mojadas, Campeón sin corona o ¡Esquina, bajan! son metrajes en los cuales el realizador regiomontano hizo franco acopio de algún personaje que destacaba por su frescura, por su vigor y valentía. En una palabra, ahonda la especialista, incluía personajes disruptivos en sentido positivo, que encarnaban los signos más evidentes de la modernidad y la apertura, propia del México urbano de los años 50.

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Galindo descubrió a la joven Martha Roth (en la foto se le ve con un vestido Blanco a la derecha de Fernando Soler) en un concurso de quinceañeras donde fue declarada la reina del colegio; en ella encontró a su Maru, personaje que, de ser una víctima de enfermizas represiones familiares cuasiporfirianas, va creciendo en espíritu y en temperamento merced el amor que infunde en ella Roberto Del Hierro, el actor David Silva, logrando conquistarse a sí misma y a sus temores infantiles. IMDb
Galindo descubrió a la joven Martha Roth (en la foto se le ve con un vestido Blanco a la derecha de Fernando Soler) en un concurso de quinceañeras donde fue declarada la reina del colegio; en ella encontró a su Maru, personaje que, de ser una víctima de enfermizas represiones familiares cuasiporfirianas, va creciendo en espíritu y en temperamento merced el amor que infunde en ella Roberto Del Hierro, el actor David Silva, logrando conquistarse a sí misma y a sus temores infantiles. IMDb

Una Familia de Tantas narra la vida de Maru, quien es capaz de elevarse por encima de las convenciones asfixiantes que impone sobre ella y su familia su padre Rodrigo Cataño (Fernando Soler), y logra salir del hogar familiar para casarse con quien ama. Soler personifica al patriarca opresor; es la estampa de la defensa irreflexiva de los más rancios ‘valores familiares’ de la primer década del siglo XX, en medio de una Ciudad de México boyante, moderna y urbanizada.

Aún con todos los pronósticos en contra, Maru es capaz de hacerle frente a su propio padre para defender el amor que tocó a su puerta en forma de un optimista y progresista vendedor de aspiradoras, quien se las ingenia luchar al lado de la valiente Maru para lograr estar juntos.

Una de las mejores escenas de "Una familia de tantas", con un inmejorable guion. Fuente: YouTube.

La manera casi abrupta en que la cinta finaliza, con el diálogo entre la madre de Maru, doña Gracia (interpretada por Eugenia La negra Galindo) y el propio Fernando Soler, donde la mamá afirma que a sus demás hijos no se les prohibirá nada, frase que fue muy criticada por muchos en aquella época, pues decían que se arremetía contra los valores morales de la familia Mexicana. En la imagen el cartel de esta cinta de 1948. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
La manera casi abrupta en que la cinta finaliza, con el diálogo entre la madre de Maru, doña Gracia (interpretada por Eugenia La negra Galindo) y el propio Fernando Soler, donde la mamá afirma que a sus demás hijos no se les prohibirá nada, frase que fue muy criticada por muchos en aquella época, pues decían que se arremetía contra los valores morales de la familia Mexicana. En la imagen el cartel de esta cinta de 1948. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
  • Del brazo y por la calle (Director: Juan Bustillo Oro, 1956)

Basada en la obra teatral homónima del chileno Armando Mook, Del brazo y por la calle fue poco menos que un logro cinematográfico para Bustillo Oro, quien atestiguó casi veinte años antes la puesta en escena presentada por la compañía de María Teresa Montoya, interpretando ella misma el papel de María y acompañada de Fernando Soler en el rol de Alberto. La versión cinematográfica la protagonizaron Marga López y Manolo Fábregas.

La característica más destacable de esta historia es que solo cuenta con dos personajes, María y Alberto, una joven pareja que ha contraído matrimonio cerca de dos años antes de que se nos presente la trama. Alberto es un pintor mediocre con mala suerte, quien maldecía crónicamente su mala suerte. Es incapaz de dar golpe para cambiar su destino, o para, al menos, conseguir un empleo que resuelva la penosa situación de la pareja, pues viven en un cuartucho de azotea miserable, mudo testigo de todas sus penurias.

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Es la vida de casados lo que refleja esta cinta. La pobreza, la frustración de ambos, la poca habilidad para gestionar su unión de mejor manera dada su juventud e inexperiencia, hacen que las peleas sean cosa de todos los días. María le recrimina a Alberto la triste situación, la desdicha en que vive y a los pretendientes que rechazó por casarse con él.

La cinta está basada en una obra teatral del mismo nombre que no hubiera sido posible llevar a la pantalla grande sin el trabajo de estos dos grandes actores, Marga López y Manolo Fábregas. IMDb.
La cinta está basada en una obra teatral del mismo nombre que no hubiera sido posible llevar a la pantalla grande sin el trabajo de estos dos grandes actores, Marga López y Manolo Fábregas. IMDb.

Es en este tenor podemos atestiguar -como deseaba Bustillo Oro-, cómo la ciudad se convierte en un tercer personaje, pues brinda los elementos visuales y sobre todo, sonoros, que permiten materializar el desaliento y el hartazgo del que María es víctima: el silbido a la salida y llegada de los trenes en Nonoalco; la sierra del vecino carpintero que no para de trabajar hasta entrada la noche; la molesta gotera en el grifo de la pileta, que de ser un sonido casi insignificante, se magnifica conforme lo hacen las frustraciones de la protagonista.

El clímax llegará cuando una vecina, fingiendo condolerse de la situación de la joven, la invita a una reunión en su apartamento, que es en realidad una casa de citas clandestina, hecho que María ignora. Una vez ahí, al calor de la música y de la diversión, la joven se embriaga y pierde el juicio, despertando horas después sobre una cama, con el vestido desagarrado y con un puñado de billetes sobre el buró.

Llorando y maldiciendo su suerte sale del lugar para intentar suicidarse poniéndose frente a un tren, pero no lo logra y regresa a casa y cuenta a Alberto lo que le pasó, él se siente deshonrado, ella le pide que la mate pero él al sentir que otro hombre la ha poseído tiene el deseo de tener relaciones con ella como nunca antes.

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A la mañana siguiente, él toma un arma que ha tenido guardada por años y dice a María que, dado que ambos han trocado su amor en algo indigno, lo conducente es ejecutar un suicidio conjunto. Ella accede. Sin embargo, recuerdan el día en que se conocieron, dialogando ambos y recordando con cariño qué fue lo que los unió y deciden conservar su relación.

Bustillo Oro relató alguna vez en su libro Vida cinematográfica que en el preestreno de la cinta, en un abarrotado cine Alameda, la concurrencia le brindó una reprobatoria rechifla al llegar la escena en que Alberto cede a esa ‘pasión innoble’ (palabras del director), en que tras saber que María ha sido ultrajada, se entrega a la pasión con ella en forma irrefrenable, lo que antes ingnoró, como si de recuperar un preciado objeto se tratase. Al respecto, el director comenta: ‘La reacción de los espectadores me agarró por sorpresa. Se indignaron. No en contra de la realización, sino en sentido moral. Los ofendió el ‘consentimiento’ de Alberto. Vocearon su censura de machos dignos lanzando burlas, ridiculizando la desvergüenza del amante ofendido.’ Imagen tomada de Youtube.
Bustillo Oro relató alguna vez en su libro Vida cinematográfica que en el preestreno de la cinta, en un abarrotado cine Alameda, la concurrencia le brindó una reprobatoria rechifla al llegar la escena en que Alberto cede a esa ‘pasión innoble’ (palabras del director), en que tras saber que María ha sido ultrajada, se entrega a la pasión con ella en forma irrefrenable, lo que antes ingnoró, como si de recuperar un preciado objeto se tratase. Al respecto, el director comenta: ‘La reacción de los espectadores me agarró por sorpresa. Se indignaron. No en contra de la realización, sino en sentido moral. Los ofendió el ‘consentimiento’ de Alberto. Vocearon su censura de machos dignos lanzando burlas, ridiculizando la desvergüenza del amante ofendido.’ Imagen tomada de Youtube.
  • Pueblerina (Director: Emilio Fernández, 1948)

Daniela Muñoz, quien también se desempeña como promotora de la cultura mexicana en el extranjero, afirma el cine nacional ha padecido diversas crisis y que los años 40 no fue la excepción.

De esta suerte, narra Muñoz, ocurrió que, cuando a Emilio Fernández le se le comunicó que para su próximo proyecto fílmico iba a ser imposible contar con sus estrellas habituales como Dolores Del Río, Pedro Armendáriz o María Félix, por una evidente carencia de recursos de producción en el primer circuito cinematográfico, el siempre recursivo Indio tuvo que echar mano de actores que evidenciaron no solo una poderosa fuerza histriónica en pantalla, sino memorables interpretaciones que hicieron de Pueblerina la obra más acabada en la factura cinematográfica de la triada Fernández-Magdaleno-Figueroa.

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Luego de que el Indio peleara a capa y espada la inclusión de Roberto Cañedo como el protagonista masculino de la cinta, el Aurelio interpretado por Cañedo se volvió el arquetipo del hombre valiente, amoroso, responsable y fiel; del ranchero honesto y despojado de todo machismo, que es acusado injustamente y recluido en la cárcel seis años tras herir al hombre que ultrajó a su amada, Paloma (Columba Domínguez).

Así se publicitó esta cinta de fines de los años 40. En una de las escenas, tal vez una de las más intensas, la pareja embriagada de tristeza y dolor, cantan juntos  Tú, solo tú, pieza hasta entonces inédita que se convirtió en un éxito tras haber sido dada a conocer en este filme. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Así se publicitó esta cinta de fines de los años 40. En una de las escenas, tal vez una de las más intensas, la pareja embriagada de tristeza y dolor, cantan juntos Tú, solo tú, pieza hasta entonces inédita que se convirtió en un éxito tras haber sido dada a conocer en este filme. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Al salir de prisión, Aurelio vuelve a su pueblo con la única aspiración de trabajar en paz la tierra y de reencontrarse con su antiguo amor. Sin embargo, al llegar, sus desventuras se acrecentan, pues tras encontrarse con la funesta noticia de que su madre ha muerto, se topa además con su antigua propiedad derruida.

Además, los hermanos hacendados que han deshonrado a Paloma, al saber que Aurelio ha vuelto, notifican al pueblo entero que nadie ha de comprarle su cosecha, ni ayudarle en sus proyectos, ni fungir como su amigo, so pena de imponer sobre quien lo haga una inmediata muerte social, con lo que el protagonista se vuelve de inmediato un marginado, así como todo aquel que se acerque a él.

Paloma, quien vive en una choza alejada de toda la gente del pueblo por vergüenza y castigo autoimpuestos por la presión social de la época, cuida a su pequeño hijo Felipe (Ismael Pérez Poncianito), engendrado por la violación de que fue objeto.

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Paloma elude a Aurelio también por vergüenza; pero él no solo es capaz de soportar desplantes y perdonar injurias, sino que, en el punto más alto de su solidez como personaje, no tiene empacho alguno en volver a buscar a Paloma y aceptar cuidar y proteger a un hijo que no es suyo, hecho que resulta poco menos que insólito en el cine costumbrista, afirma Daniela.

En opinión de Daniela, la escena más poderosa de esta cinta es la secuencia de la fiesta de bodas frustrada. En esa larga escena, los protagonistas bailan El palomo y la paloma, en un templete tan bien adornado para la fiesta, como tristemente desierto, puesto que nadie acudió a celebrar con ellos. El desvanecimiento de Paloma en medio del baile con su esposo, entre sollozos, resulta más que elocuente para ilustrar los efectos del escarnio y la condena social de que la pareja es objeto. Así, mientras Paloma llora, Aurelio se embriaga. Escena tomada de Youtube.
En opinión de Daniela, la escena más poderosa de esta cinta es la secuencia de la fiesta de bodas frustrada. En esa larga escena, los protagonistas bailan El palomo y la paloma, en un templete tan bien adornado para la fiesta, como tristemente desierto, puesto que nadie acudió a celebrar con ellos. El desvanecimiento de Paloma en medio del baile con su esposo, entre sollozos, resulta más que elocuente para ilustrar los efectos del escarnio y la condena social de que la pareja es objeto. Así, mientras Paloma llora, Aurelio se embriaga. Escena tomada de Youtube.

Es así como una trama revestida de sencillez logra sorprender y al mismo tiempo cautivar, a partir de que los amantes vuelven a encontrarse y poco a poco reaprenden a convivir ante las nuevas circunstancias, que enfrentan juntos con la mayor dignidad de que son capaces, a pesar de la deliberada mala fe que les prodigan a cada momento los habitantes del pueblo, instigados por los villanos que ultrajaron a Paloma.

En opinión de Daniela, Pueblerina es la obra maestra de Emilio Fernández. “Contra todo pronóstico, el Indio logró lo que muchos creían que no podría hacer sin un gran presupuesto y sin el cobijo del star system mexicano, al que había estado tan acostumbrado", mencionó.

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Además, a todo anterior se sumaban ciertas voces detractoras que lo acusaban de haber perdido la mística, pues en múltiples ocasiones, no había sido capaz de recuperar en taquilla la inversión hecha por las productoras. Pueblerina debe ser posiblemente una de las cintas nacionales que posean menos diálogos que imágenes.

Intrépida escena de "Pueblerina", una de las mejores cintas del cine mexicano, dirigida por Emilio 'El Indio' Fernández. Fuente: YouTube.

  • Cilantro y perejil (Director: Rafael Montero, 1996)

El amor en tiempos de crisis, para nuestra entrevistada este concepto que se ha hecho frecuente en cuestiones político-económicas en países como el nuestro ha migrado hacia la vida personal, las relaciones amorosas, la vida de pareja, hacia la vida familiar toda.

También ha servido de pretexto perfecto para que aquellos que se autodenominan “incapaces emocionales con miedo al compromiso” la utilicen para sortear su cobardía, su nula capacidad de responsabilizarse de sus acciones o inacciones.

Crisis ha sido, afirma Daniela, y sigue siendo, uno de los términos para definir los problemas que se antojan irresolutos en una relación de pareja. Este es justamente el argumento de Cilantro y perejil, comedia ligera llevada a la pantalla por Rafael Montero en el hoy lejano 1996.

Los protagonistas de esta historia no logran comunicar con claridad sus necesidades, sentimientos, quejas y dudas, uno al otro.

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Carlos (Demián Bichir) es un joven arquitecto en pleno triunfo, estrella del despacho donde trabaja. Es la crisis económica (otra vez), lo que lo mantiene trabajando más de 8 horas diarias, entre bosquejos, juntas, planos, obras y cenas para cerrar contratos. La imperiosa necesidad de sustentar el tren de vida al que ha acostumbrado a su esposa y a sus dos hijos pequeños, lo lleva a sobrellevar una gastritis crónica, a ser esclavo del celular y a descuidar a su familia por el trabajo.

Esta cinta de 1996, del director Rafael Montero, narra la falta de comunicación entre la pareja, lo cual los lleva al distanciamiento y malos entendidos. Al final se reencuentran al descubrir que aún tienen mucho en común. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Esta cinta de 1996, del director Rafael Montero, narra la falta de comunicación entre la pareja, lo cual los lleva al distanciamiento y malos entendidos. Al final se reencuentran al descubrir que aún tienen mucho en común. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Su esposa, con quien casi siempre pelea, se emplea como una especie de auxiliar de biblioteca, y en todo caso, se nos sugiere visualmente que su trabajo no tiene el mismo nivel de exigencia que el de Carlos, que es quien carga con la responsabilidad de mantener a la familia entera.

Sin embargo, la trama nos va mostrando progresivamente que los problemas entre ellos a este respecto son añejos, y que no han logrado negociar ni gestionar una solución factible. Susana pide el divorcio y echa de la casa a Carlos, quien renta un departamento en el cual se evidencia su crónica impericia y patente inutilidad para vivir solo, para hacerse cargo de sí mismo y resolver sus más elementales necesidades (confunde el cilantro con el perejil), entre otras situaciones.

Intervención importante es la de un psicoterapeuta de pareja quien interpela directamente al espectador sin mediación alguna, adereza la historia.

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¿Tiene sentido enamorarse? ¿Existe la pareja ideal? Son las interrogantes que parecen estar presentes en las correrías amorosas del reparto coral de la cinta y a las que el propio terapeuta intenta dar respuesta.

Una importante intervención en Cilantro y Perejil es la de un psicoterapeuta que habla directo con el espectador para reflexionar acerca de si tiene sentido enamorarse, si existe la pareja ideal, interrogantes a las cuales intenta dar una respuesta. IMDb.
Una importante intervención en Cilantro y Perejil es la de un psicoterapeuta que habla directo con el espectador para reflexionar acerca de si tiene sentido enamorarse, si existe la pareja ideal, interrogantes a las cuales intenta dar una respuesta. IMDb.

Sucede que Carlos le pide ayuda a Susana, más bien a manera de súplica, explica Daniela, para preparar una cena para unos inversionistas franceses. Ella lo auxilia a regañadientes pero la cena resulta un éxito, con lo cual los separados liman asperezas momentáneamente.

Al mismo tiempo, una amiga incluye a Carlos en la lista de un club de solteros para que, como ella, también pueda encontrar una potencial pareja; la nueva modalidad es que ‘la computadora’ (el sistema que en nuestra época actual, sería sinónimo del algoritmo) es también predictivo, y por ende, capaz de empatar a aquellas personas que podrían ser las mejores parejas, dados sus gustos y afinidades.

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Así, Carlos y Susana son emparejados bajo seudónimos y resultan ganadores de una cena romántica en un buen restaurante. Ambos se sorprenden de ver al otro ahí, y de inmediato niegan casi al unísono, que ‘una amiga los metió al club para conocer personas’. Al compás de la pieza Un día de abril que resultó posteriormente a la cinta un éxito musical, la pareja decide volver y darse una segunda oportunidad.

Avance de "Cilantro y Perejil", cinta dirigida por Rafael Montero. Fuente: YouTube.

  • La mujer de Benjamín (Director: Carlos Carrera, 1991)

Daniela nos comparte que La Mujer de Benjamín fue la opera prima del joven cineasta Carlos Carrera, obra multipremiada que descarta la concepción de la provincia mexicana como un sitio plagado de clichés y estereotipos para proponer una serie de personajes bien delineados y sólidos.

Con guion del mismo Carlos Carrera y de Ignacio Ortiz, La mujer de Benjamín es un filme que aborda los recovecos de un género tan privilegiado -cuando es genuino y bien abordado- como es la comedia.

De hecho, la comedia y la sátira son géneros con los cuales los mexicanos encontramos enorme filiación desde las más tempranas épocas de nuestra memoria fílmica.

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Daniela dice que se trata de una puesta al día de la historia de La Bella y la Bestia, como en su momento comentó su realizador, la cinta tiene éxito en la medida en que la audiencia logra empatizar con los personajes e identificarse con lo que los motiva, les aqueja o se les resiste. La acción se desarrolla en cualquier pueblo de la provincia mexicana, donde nunca ocurre nada interesante y se vive en medio de un aparente solaz y de monotonía.

Arcelia Ramírez en una de sus primeras presentaciones en cine, aquí en la cinta La mujer de Benjamín, donde interpreta a una joven de 17 años que busca salir de su casa y de su pueblo para vivir sin exageradas reprimendas por parte de su madre. Imagen tomada de Youtube.
Arcelia Ramírez en una de sus primeras presentaciones en cine, aquí en la cinta La mujer de Benjamín, donde interpreta a una joven de 17 años que busca salir de su casa y de su pueblo para vivir sin exageradas reprimendas por parte de su madre. Imagen tomada de Youtube.

Benjamín, que es Eduardo López Rojas, encarna a un otrora púgil, cuyas glorias amateurs es evidente que pasaron de noche y no convocaron jamás acaso a más de una veintena de espectadores locales. Pegándole ya al medio siglo de edad, Benjamín juega a apedrearse, al mismo nivel, con los niños del pueblo, al tiempo que ve la vida pasar jugando damas con sus amigos, casi ancianos, con quienes comparte cervezas casi todos los días.

Es considerado el idiota del pueblo; atolondrado y flojonazo, atenido y mantenido por su castrante hermana Micaela (una magistral Malena Doria), es Benjamín el irredento enamorado de Natividad (Arcelia Ramírez), una joven de diecisiete años duramente reprimida por su madre.

Los octogenarios del pueblo, quienes azuzan a Benjamín aconsejándole que se robe a la muchacha, se convierten en los autores intelectuales de un rapto a todas luces inverosímil, pero que es el vehículo anecdótico fundamental para que la historia comience a dar giros que llevarán a los personajes a una espiral de sugestivas experiencias.

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Por su parte, Natividad no es tampoco ningún alma pura y noble. De espíritu combativo y con el fortísimo deseo a flor de piel de trascender, coquetea en misa con varios hombres a la hora de la comunión -entre ellos, Benjamín-, o escapa por las noches por el balcón para encontrarse con el vulgar camionero Leandro (el ya fallecido Eduardo Palomo).

El momento climático para Benjamín llega cuando se pelea a golpes con Leandro, quien espera que Natividad se fugue con él. El otrora boxeador le propina tremenda golpiza, y lo envía al suelo terregoso que hace las veces de lona, restituyendo así su hombría agraviada. Y como por arte de magia, Benjamín abre los ojos a una nueva realidad; una donde se reafirma como varón con todas las de la ley. Y así como para ella alguna vez el confinamiento con Benjamín significó la libertad, también para él, aunque haya sido a través de la brutalidad de la violencia. Escena tomada de Youtube.
El momento climático para Benjamín llega cuando se pelea a golpes con Leandro, quien espera que Natividad se fugue con él. El otrora boxeador le propina tremenda golpiza, y lo envía al suelo terregoso que hace las veces de lona, restituyendo así su hombría agraviada. Y como por arte de magia, Benjamín abre los ojos a una nueva realidad; una donde se reafirma como varón con todas las de la ley. Y así como para ella alguna vez el confinamiento con Benjamín significó la libertad, también para él, aunque haya sido a través de la brutalidad de la violencia. Escena tomada de Youtube.

Daniela narra que con este último, la estrategia es clara: sus encuentros obedecen no al amor, sino a que Leandro es su vehículo de escape de tan triste realidad. Natividad buscará por todos los medios y conseguirá, a la postre, encontrar la liberación final del yugo materno no en el camión de Leandro, sino paradójicamente, en el rapto del que será objeto a manos de Benjamín, orquestado por sus decrépitos amigos y ancianos del pueblo.

Una vez que se ha concretado el rapto, advertimos al patético Benjamín, ‘caballero rural de la triste figura redonda’ (Jorge Ayala Blanco), sin la más pálida idea de cómo actuar una vez que la muchacha ha entrado en su casa.

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Daniela finaliza la conversación relatando un poco más de la cinta: hosca e ingobernable en un principio, pero sabiendo que esta situación puede llevarla a la consecución de su cometido libertario, Natividad decide comenzar a manejar la situación a su antojo, seduciendo a Benjamín para después entregarse a él, hecho que le garantizará apoderarse no solo de la voluntad del sujeto, sino del negocio familiar, una tienda de abarrotes de la cual roba el dinero para luego huir de aquel pueblo.

Es así que termina este recorrido de films mexicanos de amor de distintas épocas, que sin duda te recomendamos ver como parte de tus actividades en este día tan especial.

Escena de "La mujer de Benjamín", de Carlos Carrera. Fuente: YouTube.

  • Fuentes:
  • Entrevista con Daniela Muñoz, Es graduada de la Licenciatura en Historia por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Es Maestra en Ciencias Antropológicas y actualmente Doctorante en Ciencias Antropológicas por la propia ENAH, siendo sus líneas de investigación Teoría, critica y análisis cinematográfico del Cine mexicano, así como contenidos digitales y medios audiovisuals. Actualmente colabora en diversos proyectos de gestión, promoción y difusión del Cine Mexicano en sus diversas épocas y géneros, impulsados por el STPC y Estudios Churubusco.
  • Hemeroteca y Archivo EL UNIVERSAL.
  • IMDb - Internet Movie Database
  • Youtube


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