Las siete grandes compañías tecnológicas son Apple (primer fabricante de Ipads y de celulares del mundo) Microsoft (con Windows y Microsoft 365 es el principal productor de software), Nvidia (creador de la nueva línea de chips GPU Blackwell para computación en la nube y supercomputadoras), Amazon (líder global en el comercio electrónico), Alphabet-Google (con servicios como , el buscador, YouTube, y Google Earth) Meta (antes Facebook; incluye Instagram Messenger, WhatsApp y Threads), y Tesla Inc. (de Elon Musk, el ex amigo de Donald Trump, fabricante de autos eléctricos, propietario de SpaceX, dueño de X, antes Tweeter, una empresa de energía solar llamada SolarCity, y pronto robots. Es la persona más rica del mundo).

OpenAI, creadora de ChatGPT, no está en esta lista porque originalmente fue creada en 2015 como una nonprofit dedicada a la investigación de modelos de IA. Pero el éxito de ChatGPT la transformó. En 2019 creó una subsidiaria llamada OpenAI Global LLC que le permite obtener ganancias y reunir un capital de 60 mmd. Por otra parte, todavía no es tan grande en su infraestructura, productos y el valor de sus acciones. Esto va a cambiar en el futuro inmediato, debido al éxito de sus productos y a sus planes de expansión.

Las siete compañías tecnológicas mencionadas representan el 36% del valor de las 500 compañías más grandes del mundo registradas en la Bolsa de Valores de los Estados Unidos y además han duplicado los precios de sus acciones en los dos años recientes (triplicado en el caso de Nvidia). Estos incrementos, sumados a las gigantescas inversiones anunciadas en infraestructura de cómputo para inteligencia artificial (que enlisté en mi artículo de El Universal del 1 de octubre pasado) ha despertado nerviosismo sobre si se trata de una burbuja económica, como las que llevaron a crisis económicas en el pasado.

Ciertamente, las inversiones en centros de datos y en infraestructura para IA incentivan la construcción y otras actividades industriales, especialmente la generación de la nueva energía que requerirán los centros de datos, al grado de que analistas económicos han dicho que la industria de IA está impulsando un sorprendente 40% del crecimiento del PIB de EE. UU.

Esta elevada proporción se explica porque el resto de la economía norteamericana no está creciendo mucho: su crecimiento general en 2025 será sólo del 2%, lo que se puede atribuir a la incertidumbre que han causado las absurdas medidas comerciales de Trump, que quiere imponer aranceles a todos los países, ya sean socios comerciales, aliados obligados o países rivales, sumada a sus descabelladas políticas migratorias. Expulsar migrantes ilegales o con permisos transitorios afecta directamente a ramas como la agricultura, la producción de alimentos y la construcción.

Regreso al tema de la burbuja. Conviene destacar que un estudio del banco de inversión multinacional Goldman Sachs comparó el auge de inversiones en IA con la crisis llamada dotcom de finales de los años noventa. Sin embargo, al final el estudio dio un veredicto favorable a la IA, argumentando que los precios de las acciones estaban basados en expectativas sólidas de ganancias.

En general, una burbuja ocurre cuando el precio de un activo, como acciones, propiedades o mercancías valiosas se incrementa más allá de su valor real. Inicialmente, los inversionistas compran esos activos esperando que los precios o las acciones sigan subiendo, hasta que un factor externo, como una elevación de las tasas de interés o un accidente, provoca ventas masivas y una crisis. La situación se complica cuando esas compras se hacen tomando préstamos que luego no podrán ser pagados. Un ejemplo es la burbuja inmobiliaria que ocurrió en 2008-2009 en los EE. UU. vinculada al mercado de viviendas y a instrumentos financieros llamados derivados, que generó créditos impagables y edificios vacíos, afectando la economía mundial.

Por cierto los elevados precios del oro a nivel mundial indican que muchos inversionistas se están cubriendo ante una posible recesión que podrían causar las políticas del Sr. Trump, que ya han provocado una reducción en el valor del dólar, o por el riesgo de que los elevados precios de las acciones tecnológicas no fueran sostenibles.

Según algunos analistas financieros, se podrá compensar por dos razones. La primera es que la mayor parte de las inversiones en centros de datos no provienen de crédito, sino de las ganancias de las mismas empresas tecnológicas, que han sido tan elevadas que cada cierto tiempo adquieren otras empresas para ampliar su oferta de servicios, o bien para eliminar a sus competidores. Estas compras alimentan la relevancia de las empresas y su condición de cuasi monopolios a nivel internacional.

El segundo elemento que juega en favor de la seguridad en las inversiones en IA es el elevado crecimiento de la demanda de sus productos y la esperanza de que siga creciendo. Esto se confirma por el dato de que ChatGPT ha llegado en 2025 a los 800 millones de usuarios y procesa dos mil millones de consultas diarias en todo el mundo. Conviene recordar que apenas en agosto de 2025 tenía solamente 200 millones de usuarios. Además, la demanda no está sólo en los EE. UU. y Europa, sino en todo el mundo. Por ejemplo, como las otras tecnológicas, Open AI y Google se están expandiendo a la India, el país más poblado del mundo con una población de mil cuatrocientos millones, por lo que podría incluso llegar a ser su principal mercado.

¿Qué otros elementos de riesgo podrían enfrentar las siete tecnológicas? Uno sería la disponibilidad de electricidad para sus nuevos centros de datos, que compiten con el consumo privado (de empresas y de viviendas). Otro sería una eventual escasez de chips o microprocesadores, afectados no sólo por una demanda elevada, sino por los aranceles que el Sr. Trump ha anunciado recientemente, del 100% en su guerra comercial con China y con Taiwan.

Por ejemplo, Apple produce la mayor parte de sus dispositivos en China, que además es un gran mercado para sus celulares y tabletas. Por su parte, Taiwan es el principal productor de chips del mundo con la empresa TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company), incluyendo las micro procesadoras más avanzadas (GPUs llamadas Blackwell) diseñadas en los Estados Unidos por Nvidia. Trump ha propuesto que la mitad de la producción de chips se traslade a su país y casi ordenó a Apple mover la producción de celulares a los EE. UU.

De dientes para afuera, los dueños de Apple y de Nvidia le ponen buena cara a Trump y le prometen que si van a invertir en los Estados Unidos. Incluso, Tim Cook de Apple y Jensen Huang de Nvidia, se han comprometido para invertir ciertas cantidades en el país. En la realidad, trasladar su producción a los EE. UU. (o a cualquier otro país) sería costoso y sólo factible en el largo plazo. Basta mencionar que los celulares modernos contienen miles de partes que provienen de 187 proveedores en 28 países, incluyendo a China misma y a la India. No sólo eso: actualmente Apple tiene 700 ubicaciones en China, en las que se fabrican o se ensamblan componentes de celulares. Nada fácil de desarmar.

Claro, en un escenario extremo de conflicto entre las dos economías más grandes del mundo, ya sea por la terquedad del Sr. Trump en destruir las cadenas mundiales de comercio o por la locura del Sr. Xi Jinping de invadir o bloquear Taiwán, las empresas tecnológicas no se podrían sostener en China. Su salida obligada ante un clima de guerra provocaría una catástrofe económica mundial.

En conclusión, aunque los riesgos son reales, la AI no es por ahora una burbuja, sino una rama en expansión, y las políticas voluntaristas del presidente norteamericano todavía no han generado una crisis, pero si han logrado ralentizar el crecimiento de su economía. Como dicen en los noticieros, seguiremos comentando.

La aparición de Google fue un avance notable para la internet. Le metió orden a una red prácticamente infinita y permitió encontrar información precisa y relevante. Se convirtió en la principal herramienta para buscar información, y luego la empresa creció para incorporar mapas, tiendas, imágenes, videos y, en años recientes, eficientes modelos de LLM llamados Gemini, que compiten con ChatGPT y con Copilot de Microsoft. Su buscador es todavía la página web más visitada del mundo. YouTube es la segunda, y Facebook la tercera.

Revista Time Ed. Especial “Artificial Intelligence The promise and the perils””, p. 63

Fuente: Latest ChatGPT Users Stats 2025 (Growth & Usage Report) By Shubham Singh / October 7, 2025

Apple preferiría trasladar su producción a la India que a China, lo cual sería tal vez razonable en términos económicos, pero habría que ver si esa solución sería del agrado del mercurial y variable presidente de los EE. UU., que también ha impuesto elevados aranceles a la India.

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