Son varias las funciones que desempañan las marcas, siendo la más importante y punto de partida el distinguir productos o servicios de otros de su misma especie o clase en el mercado, para luego identificar la procedencia de éstos y con ello garantizar la calidad esperada por el consumidor. Esto se logra a través del vínculo recíproco entre publicidad y marcas, pues a través de ella, se logra la lealtad que todo titular de marca pretende generar.

En tiempos extraordinarios, duros y difíciles como los que hoy vivimos, la solidaridad no se hace esperar. Las empresas de todo tamaño acuden generalmente con donaciones económicas y recursos materiales y humanos. En la presente situación, la cual rebasa cualquier otra, han aparecido muestras solidarias que llaman la atención, pues, además de actualizar la responsabilidad social de todo empresario, demuestran que la lealtad que se tiene hacia las marcas opera en doble vía y de manera efectiva.

Son dos ejemplos los que hay que destacar. En el primero, titulares de marcas de diferentes ramos han alterado el giro de su producción para ahora fabricar productos necesarios para enfrentar al enemigo. Así, Bacardi y el Grupo LVMH, titular de las marcas Givenchy y Christian Dior, además de producir destilados de caña de azúcar y perfumes respectivamente, están fabricando gel antibacterial; productos tan necesarios como lo son los cubrebocas están siendo elaborados en las líneas de producción de GAP y, por qué no, en las de General Motors.

Respecto al segundo ejemplo, sin ser un experto en el tema, a lo largo de estas semanas he escuchado, comprendido y grabado en mi mente que el distanciamiento social es la mejor manera de combatir al virus. A la cruzada en su contra han acudido varias marcas para predicar, con el ejemplo, sobre la importancia y necesidad del distanciamiento al grado de actuar de manera más que imprevisible, inimaginable, con el fin de ser empáticos y convencer a sus leales seguidores.

¿Cuándo hubiésemos imaginado que marcas insignes fuesen modificadas? Sí, logotipos cuyos manuales de uso y reproducción no permiten desviación alguna por más mínima que ésta sea. El distanciamiento social lo ha conseguido y tan lo hizo que vemos que McDonald’s ha separado sus arcos dorados; Audi lo ha hecho con sus aros; V y la W de Volkswagen guardan distancia; los brazos de Mercado Libre ya no se entrelazan; Coca-Cola, la marca inmodificable por excelencia, luce con una separación entre cada una de sus letras y guión, acompañada de una frase que, tomando en cuenta las circunstancias actuales, refrenda la unidad que siempre ha promovido: “Hoy, estar separados es la mejor manera de estar juntos”.

Sea cual sea la manera en que correspondan a la lealtad de sus consumidores, las marcas efectivamente tienen un sentido social y de servicio del cual se puede echar mano, Susana Distancia lo está haciendo. Son estas marcas con corazón, como las ha definido la Asociación para la Defensa de la Marca de España (ANDEMA) a las que hay que brindar, por el momento, aplausos y reconocimiento virtuales.

@MA_Margain

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