Más que preguntarnos cómo cerramos el año, conviene detenernos a ver cómo vamos, y para ello el referente obligado es el reporte Indicadores Mundiales de Propiedad Intelectual (WIPI 2025), publicado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual el 12 de noviembre, con cifras consolidadas a fines de 2024. El informe confirma que la propiedad intelectual (PI) es uno de los indicadores más claros de dinamismo económico, tecnológico y creativo a nivel global.
En patentes, 2024 marcó un nuevo máximo histórico mundial. Las solicitudes crecieron cerca de 5%. El protagonismo de Asia vuelve a ser contundente: la región concentra la mayor parte de la actividad global y lo hace no por casualidad, sino porque la PI forma parte de su agenda pública, cuenta con respaldo político y se traduce en inversión sostenida.
México aparece en una posición intermedia que refleja luces y sombras. En solicitudes de patentes ocupamos el lugar 13 a nivel mundial y 11 en otorgamiento. Se conceden más patentes de las que se rechazan, lo cual es positivo, pero preocupa el elevado porcentaje de solicitudes abandonadas. Más delicado aún: solo una de cada 10 patentes solicitadas en México corresponde a nacionales, lo que evidencia la brecha en innovación local.
Es cierto que se ha hecho un esfuerzo por abatir el rezago en concesión de patentes, con un incremento superior a 11%. Sin embargo, al cierre de 2024 seguíamos arrastrando un rezago considerable, superior a 60 mil solicitudes pendientes. El dato es más inquietante cuando se observa el tiempo de resolución: en México una patente tarda en promedio 47 meses, frente a los 12 meses que toma en Suiza.
El contraste se explica, en buena medida, por los recursos humanos. Aunque los examinadores mexicanos tienen en promedio 14.6 años de experiencia —activo invaluable—, al cierre de 2024 el IMPI contaba con 103 examinadores de patentes. Para dimensionar: Corea del Sur tiene alrededor de mil. No hace falta mirar a Estados Unidos.
En marcas, el panorama es más sólido, no exento de retos. Casi 65% de las marcas solicitadas son de origen nacional. Destaca el incremento en marcas colectivas y de certificación, lo que confirma que las reformas de 2018 fueron acertadas.
Somos además el séptimo país con mayor número de marcas registradas vigentes en el mundo. El consumidor mexicano compra por marca, lo cual explica tanto la fortaleza del sistema como uno de nuestros grandes problemas estructurales: la piratería. Nuevamente, los registros otorgados superan a las negativas, pero aquí hay un porcentaje relevante de solicitudes abandonadas. Al cierre de 2024 había más de 194 mil solicitudes de marca pendientes de resolución.
El dato más revelador vuelve a ser institucional: solo 45 examinadores de marcas para atender ese volumen de solicitudes. China cuenta con más de mil; Estados Unidos, con más de 700. Aun así, México logra emitir una primera acción en promedio en 147 días.
El reporte da cuenta del desempeño de México en otras figuras de PI, como los diseños industriales, donde ocupamos el lugar 19 a nivel mundial; las variedades vegetales, con posición 15; y las indicaciones geográficas, con un incremento en su reconocimiento.
En México hemos recuperado impulso, pero seguimos operando con freno institucional. Es imposible no insistir en un punto: si no permitimos que el IMPI use sus recursos excedentes, cualquier avance será insuficiente.
El WIPI 2025 no solo nos dice cómo va el mundo. Nos muestra que la diferencia entre avanzar y rezagarse no está en el talento ni demanda, sino en la voluntad de fortalecer a las instituciones.
Especialista en propiedad intelectual y protección de innovación. X: @MA_Margain

