No es de sorprender el aumento en la cifra de los regalos que Santa Claus y los Reyes Magos adquirieron en línea para hacer frente a sus compromisos los pasados 25 de diciembre y 6 de enero. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), dicho incremento fue de 35% respecto del periodo navideño 2018-2019.

El comercio electrónico, la compraventa en línea de infinidad de productos y servicios, tiene un vínculo más que estrecho, existencial y necesario, con la propiedad intelectual. Desde las mismas plataformas y aplicaciones protegidas por derechos de autor, diseños industriales y en algunos países por patentes, así como por las marcas que les permiten ser distinguidas y competir por clientes en el mercado virtual, hasta los derechos de propiedad intelectual inherentes a productos o servicios que en aquellas se ofrecen, confirman este vínculo.

Al igual que el mercado real, desafortunadamente el virtual es víctima de la piratería. Para darnos idea de la gravedad del asunto, tan sólo en 2017 las pérdidas globales por la venta online de productos pirata a escala mundial ascendieron a 323 mil millones de dólares (Global Brand Counterfeiting Report 2018).

Si bien el sistema tradicional para combatirla —denuncia ante y actuación y sanción por parte de las autoridades— sigue siendo utilizado, el e-commerce ha traído nuevas armas y tácticas para hacerlo. Con el fin de erradicar este problema, las grandes plataformas como lo son Alibaba, Amazon y eBay, en las cuales convergen terceras partes vendedoras, han ideado tecnologías para atacarla con buenos resultados.

Alibaba, empresa cuyo éxito ha consistido en aprovechar y potenciar el poder del internet para apoyar a vendedores y consumidores en un mercado y competencia leal, tiene como uno de sus pilares principales el respeto a la propiedad intelectual. Ya son mas de 10 años que las tecnologías antipiratería implementadas por esta compañía han demostrado ser eficientes y eficaces.

El sistema de “aviso y retiro”, el famoso “notice and takedown” (tema ampliamente discutido en las negociaciones del capítulo de propiedad intelectual de los tratados de libre comercio recientes), implementado por este gigante chino, y en el cual no hay intervención de autoridad alguna, ha dejado contentos a muchos titulares de derechos de propiedad intelectual, pues no sólo pueden presentar y dar seguimiento a sus avisos, sino que, pueden ver resultados en muy corto plazo. Por el contrario, vendedores que no se han ajustado a sus principios y políticas pierden gran oportunidad de negocio al ser retirados de la plataforma no sólo los productos piratas en cuestión, sino ellos mismos. Tan sólo en 2018, 96% de los avisos presentados legítimamente fueron procesados y resueltos en las primeras 24 horas.

Procedimientos similares han adoptado otras grandes plataformas de e-commerce, estableciendo para ello un sistema de inscripción, principalmente de diseños y marcas registradas, para que las mismas estén siendo monitoreadas y así se facilite el comercio leal deseado. Esto no debe pasar por alto a los titulares de derechos de propiedad intelectual, hagan uso o no de las plataformas, para que en aras de eficiencia y efectividad los “re-registren” ante éstas. Es de vital importancia el registrar, pero no está de más, sino más bien resulta de suma conveniencia, utilizar y explotar todas aquellas herramientas que se ofrecen para la debida protección de los activos de mayor valor económico de una empresa: sus derechos de propiedad intelectual.

@MA_Margain

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