Cuando no encontramos referente en la historia es porque estamos escribiendo un capítulo nuevo.

En los libros del futuro, al reflexionar acerca de la situación que vive el mundo con motivo de esta pandemia, se podrán definir estos tiempos como el periodo pre-Covid-19 y post-Covid-19.

Hasta ahora, el aislamiento domiciliario es la única fórmula de prevención del contagio. Es tiempo de hacer todo aquello para lo que no se tenía tiempo.

Es pues momento de tolerancia, comprensión, comunicación y paciencia, mucha paciencia.

Hoy está cambiando radicalmente el modelo de organización social, con repercusiones económicas, y en su momento se habrán de hacer evidentes las profundas transformaciones políticas que esta etapa está generando.

Cuando la vida vuelva a la normalidad, la normalidad no será igual. Los códigos de conducta, la organización social, las actividades económicas y las aspiraciones políticas serán diferentes. Será un mundo nuevo.

Es pues momento de aceptar que tenemos la responsabilidad de diseñar una nueva etapa de nuestro proceso de civilización; es la gran oportunidad de construir un mundo nuevo para cuando volvamos a repoblar calles, operar fábricas, hacer producir empresas y revolucionar la forma de hacer gobierno cuando superemos las graves deficiencias de la vida pre-Covid-19.

En esta etapa, a puerta cerrada, aceptemos ser la crisálida de una nueva era de progreso con mayor impulso y sin confrontaciones estériles, donde la primera puerta que abramos sea la de la imaginación, para reconstruir un nuevo modelo de vida más tolerante, solidario, corresponsable y ante todo libre y justo.

Hoy la sociedad está confinada, pero no prisionera, está aislada, pero con libertades. Así reconocemos la diferencia entre lo fundamental y lo superficial, entre lo necesario y lo superfluo.

Al regresar a la convivencia abierta, muchas de las fórmulas anteriores las veremos obsoletas o anacrónicas.

Habrá quienes quieran restaurar el pasado, cuando lo que nos corresponde es empezar a concebir novedosas maneras de impulsar la innovación, la creatividad, la productividad laboral, la vitalidad económica, y comprender que entraremos a una era de competencia global más agresiva.

Un mundo nuevo donde se modernicen los procesos burocráticos para simplificar procedimientos, para dar servicio de manera mas ágil, directa, y en línea en tiempo real.

El reto es superar las tentaciones totalitaristas que sugiere George Orwell en 1984 o felicidades superfluas basadas en lo material, que destruyan el tejido fundamental de la familia y los valores éticos que imaginó Aldous Huxley en Un mundo feliz.

La percepción de los conceptos de libertad, naturaleza, emoción son quizá los términos más anhelados de la vida confinada.

La frase má s repetida en las conversaciones cuando esto termine será: ¿Qué vas a hacer? A lo que se podrá responder: Salir al parque, ir por la comida preferida, a la afición deportiva, abrazar al ser amado distante o emprender el viaje anhelado.

Pero quizá la mejor pregunta será: ¿Quién vas a ser?, cuyas respuestas podrán ser aún más valiosas: dominar un nuevo conocimiento, aprender un idioma, tocar un instrumento, lograr una nueva destreza mental, mejorar la condición física, rescatar la unidad de la familia, fortalecer los valores éticos. En suma, tenemos la gran oportunidad de invertir nuestro tiempo para ser mejores.

La fatalidad nos llevó al confinamiento involuntario por el Covid-19, por ello, amigos lectores, es momento de demostrar que el prodigio de nuestra mente nos libere para emprender la tarea de construir un mundo nuevo que supere las defic iencias del pasado y que sea ejemplo de cómo superar un reto que no tiene precedentes.

Rúbrica

Calvario virulento. Días de guardar, unos por la Corona de Espinas y otros por el coronavirus.



Político y escritor.
@AlemanVelascoM
articulo@alemanvelasco.org

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