El tiempo no cambia su inexorable paso, las condiciones son las que nos obligan a su mejor aprovechamiento.

Renato Leduc en su memorable soneto definió: “Sabia virtud de conocer el tiempo, a tiempo amar y desatarse a tiempo, como dice el refrán; dar tiempo al tiempo, que de amor y dolor alivia el tiempo”. (“Tiempo”), fragmento.

A seis meses de haber registrado los primeros casos de Covid-19 en México, esta larga cuarentena nos ha obligado a realizar cambios a la vida cotidiana.

Hoy la vida en pantalla es lo cotidiano. Mientras una vacuna o una combinación de medicinas no logre el control de este virus, el modelo presencial no será posible restaurarlo totalmente en el corto plazo. Por ello, estamos obligados a evolucionar en los diversos órdenes de la vida personal, educativa, laboral, cultural, administrativa, en los servicios públicos y hasta en la forma de hacer política.

Los hogares concebidos como espacios de descanso temporal entre trabajo, educación y actividades lúdicas, se han tenido que reorganizar para un confinamiento permanente, y no siempre armónico, entre los integrantes de una familia, que en ocasiones llegan a tener tres generaciones bajo el mismo techo, y las ha obligado a diversificar sus fuentes de ingreso en la búsqueda de nuevas oportunidades laborales.

Por ahora, la sociedad del Covid puede ser una remembranza de los talleres familiares de la época medieval donde la familia, el trabajo, la educación y la transmisión de valores y cultura se desarrollaban bajo el mismo techo y por las mismas personas, con la diferencia de que hoy los horizontes de acceso a información, tecnologías y mercados son de alcance global.

Las actividades presenciales, de carácter cultural, entretenimiento y deportivas han sido sometidas a un estado latente o de rediseño para su transmisión en medios de comunicación sin público presente.

También las empresas y sus empleados han tenido que adaptarse a nuevas formas de colaboración a distancia, donde las jerarquías laborales se simplifican y la toma de decisiones es más eficiente.

La administración de toda organización pública o privada habrá de adaptarse a un nuevo modelo operativo con nuevos parámetros para medir la rentabilidad de los factores productivos con mayor innovación, menos rutina, mayor inclusión, equidad de género y responsabilidad social.

La robotización, la inteligencia artificial, los vehículos operados a distancia o autónomos surgen de manera disruptiva en aras de una renovada productividad innovadora que interprete y anticipe las necesidades del consumidor en una red digital más competitiva para lograr el mejor sistema y así distribuir eficientemente un producto o servicio hasta la puerta del consumidor.

Requerimos definir la nueva forma de vivir el tiempo para capacitarnos en los procesos que demandarán los nuevos mercados y aprovechar la gran oportunidad que tenemos de concebir juntos una nueva visión de país, donde todos tengamos oportunidades para desarrollar el talento y un futuro próspero. La nueva forma de vivir el tiempo debe permitirnos crecer como personas y como nación.

Rúbrica


El 29 de septiembre es el primer debate de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos. Veremos qué define el futuro de la democracia más reconocida del mundo, ¿las ideas de uno, o el dinero del otro?

Político y escritor.
@AlemanVelascoMarticulo
@alemanvelasco.org

Google News

TEMAS RELACIONADOS