La soberanía reside en el pueblo y se legitima por medios democráticos. Las revoluciones comienzan tiempo antes de la fecha que marca la historia porque las ideas como fuentes de inspiración de los actos políticos requieren años de incubación en la conciencia de la colectividad.

Años antes del inicio de la Revolución Mexicana las ideas de renovación democrática, así como de recomposición de las estructuras de poder político y económico, se empezaron a expresar y a sembrar en toda la población.

La población en México ha tenido una tendencia creciente, con la excepción del periodo revolucionario cuando en el año 1900 rebasó levemente los 15 millones de habitantes y en 1920, se redujo a poco más de 14 millones, que predominantemente era rural y con un equilibrio a mitades entre hombres y mujeres.

Un siglo después nuestro país está cerca de alcanzar una población diez veces mayor, es predominantemente urbana, escolarizada, mayoritariamente femenina (51%), democrática y con un anhelo de legalidad y justicia.

Al concluir la revolución, el nuevo proyecto de nación avanzó de la mano con una dinámica de crecimiento poblacional de más del 3% anual, y a partir de la década de los 70 se impulsó una política de reducción de la natalidad hasta los niveles actuales, compatibles con el crecimiento económico.

Fue así que los gobiernos en turno aplicaron los recursos públicos para atender a la población en temas de salud, educación, agua potable, seguridad, infraestructura, creación de empleos, etc., bajo la premisa de asegurar la gobernabilidad con paz social.

Este año, la pandemia del covid-19, que amenaza ser el mal del siglo, ha cobrado más de 91 mil vidas en nuestro país y aumentará antes de contener la cadena de contagios y aplicar las medicinas adecuadas para su control o la llegada de una vacuna que tendrá mucho de preventivo y poco de milagroso.

La pandemia y la recesión económica han provocado migración, así como reducciones importantes de la población, en diversas regiones del país por la muerte de personas mayores, con efectos más agresivos en hombres que en mujeres. Esto implica que, en la antesala de las elecciones del próximo año, los resultados del censo de población mostrarán una estructura demográfica muy distinta, y en términos electorales se deberán evaluar los distritos que no alcancen a tener la población que se requiere por ley. No habrá tiempo de realizar una reordenación de dichos distritos, lo que requerirá definir las condiciones que den certidumbre jurídica a los comicios en distritos cuestionados, por lo que será conveniente prever la solución para que una norma legal no le reste los derechos democráticos para ejercer su soberanía a las poblaciones más afectadas.

En estos tiempos de reflexión, hagamos el mejor esfuerzo para construir una sociedad orgullosa de nuestra identidad y dispuesta a preservar una soberanía moderna, abierta al mundo, plural, tolerante y convencida de la importancia de prepararse para contribuir al engrandecimiento de nuestro país, sin dependencias permanentes de subsidios o recursos públicos.

Si la soberanía reside en el pueblo, avancemos para que cada ciudadano sea a la vez soberano de su destino.

Rúbrica


Covid fecundo. La proliferación de embarazos en tiempos del Covid tiene sorprendidos a los epidemiólogos, pero más aún a las parejas que los han concebido.

Político y escritor. @AlemanVelascoM articulo@alemanvelasco.org

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