H.R. McMaster, exasesor de seguridad nacional en EU, cuenta en su libro Dereliction of Duty que, durante la crisis de los misiles de 1962, el secretario de defensa estadounidense McNamara quiso mantener un férreo control sobre cada buque, cada submarino y cada aeronave que mantenía el bloqueo sobre Cuba. Temía que los militares malentendieran el objetivo del bloqueo. El Almirante Anderson, jefe de operaciones navales, irritado, dijo a McNamara que la marina estadounidense sabía cómo llevar a cabo bloqueos exitosos desde el siglo XVIII. McNamara respondió que esa operación “no era un bloqueo, sino un medio de comunicación entre Kennedy y Kruschev”. De eso se trata precisamente lo que actualmente está sucediendo entre Irán e Israel, todo un complejo sistema de comunicación, sujeto a interpretaciones imprecisas, errores de cálculo y riesgos elevados, pero al final del camino, un sistema de comunicación de mensajes y contra mensajes. El sábado 13 de abril, Teherán, a través del lanzamiento de cientos de misiles y drones hacia territorio israelí, intentó mandar una señal de fuerza que busca cambiar la ecuación en la conflictiva que ese país sostiene con Israel desde hace años.

Israel entiende su confrontación con Hamas y la Jihad Islámica, como una parte de su enfrentamiento mayor con Irán.

Con eso en mente, el 1 de abril Israel bombardeó instalaciones consulares iraníes en Siria. El ataque resultó en la muerte de varios miembros de las Guardias Revolucionarias Islámicas, incluido el oficial de más alto rango de las Fuerzas Quds que Israel ha eliminado en el curso de todos estos años de enfrentamiento, Mohammed Reza Zahedi.

La represalia sobrevino el 13 de abril. Resumo los elementos:

1. Había un gran abanico de opciones mediante las que Irán podía haber respondido.

2. Además, los hutíes desde Yemen, las milicias proiraníes en Irak, y Hezbolá desde Líbano, también enviaron misiles.

3. Podemos asumir que el mayor significado del evento tiene que ver con la evaluación de Teherán de que no responder ante el asesinato de Reza Zahedi, hubiese sido más costoso que tomar acción, a pesar del riesgo de escalamiento que su represalia representa.

4. Según el ejército israelí, los ataques iraníes parecen haber sido dirigidos contra bases militares dentro de su territorio, pero distantes de centros poblacionales.

5. La represalia elegida por Irán y la forma como los hechos se desenvolvieron, ofrecen distintas lecturas. De un lado, en una parte de la comunidad militar y de análisis en Israel y en EU, los hechos han sido considerados como un éxito estratégico por parte de Israel.

6. Vale la pena considerar que los recientes hechos tienen el efecto político de una especie de “restauración” de las relaciones entre Washington y Netanyahu.

7. Por otro lado, sin embargo, hay otras lecturas.

Bajo ciertas interpretaciones, Irán sí consiguió enviar el mensaje que deseaba enviar. Uno de los componentes de ese mensaje es el de sus capacidades.

8. El segundo factor es la limitante que impone el formar parte de una coalición.

9. Esto nos lleva entonces a evaluar la potencial respuesta por parte de Israel.

10. El riesgo acá está en los cálculos. En la medida en que ambos países se mantienen calculando sus opciones, y buscando disuadirse, existe siempre la posibilidad de cometer errores.

11. Imposible obviar el contexto, pues todo esto ocurre mientras el conflicto en Gaza continúa.

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