Xóchitl tuvo una pésima semana. Todo empezó en el debate. Desde que llegó a la explanada del INE y saludó a los medios, se veía fuera de lugar. Se nota que sus asesores la obligaron a llegar feliz, animada y buena onda. Me imagino cómo le habrán dicho una y otra vez “llega y haz lo tuyo”, “aviéntate un chascarrillo”. Y de ahí saltó a la fama el video donde dijo “¡chido, con todo, contenta, animada!” sin contexto, sin que su semblante reflejara lo que decía. Luego ya en el set la vimos nerviosa, desordenada, confundida con un montón de papeles. Trató de noquear a Claudia, pero, por más que lo intentaba, ningún golpe entraba. También lo intentó con Máynez y tampoco le funcionó.

Varios miembros de los partidos fuimos invitados a acompañar a nuestros candidatos al debate. Yo fui a acompañar a Máynez. Todos y todas vimos el debate en un auditorio adjunto al ejercicio. Y tan mal le fue, que al final ningún integrante del PRIAN le aplaudió. Mientras los de Morena y los del Movimiento Ciudadano vitoreábamos a nuestros candidatos, el PRIAN parecía salir de un sepelio. El PRI ni siquiera se subió al escenario montado para atender a los medios después del debate, nadie decidió apoyarla. Es clarísimo que Xóchitl no sabe cómo lidiar con la mala reputación de los partidos que la postulan. Ciertamente no es cosa fácil, pero tuvo un año para armar una estrategia y un discurso para hacerlo. No lo hizo. Ahora su plataforma se ha vuelto un grillete. Bueno, tres grilletes.

Luego vino el postdebate. Hay una máxima en comunicación política: si tienes que explicar algo, ya perdiste la jugada. Si tienes que explicar por qué hiciste tal o cual cosa, es porque la primera ejecución no estuvo bien pensada. Si tienes que explicar por qué enseñaste la bandera al revés, es porque cometiste un error al enseñarla así, punto. Pues Xóchitl tuvo que salir a explicar no sólo eso, sino por qué le fue tan mal en todo el debate. Dijo que el formato no fue el previamente pactado y que era malo en sí mismo. Lo primero es simplemente falso, lo segundo debe corregirse, pero también es un hecho con el que hay lidiar. Esa es la chamba. E insisto: si lo tienes que explicar, ya perdiste.

Después se les ocurrió a Xóchitl y los dirigentes del Frente pedirle al INE que cancelaran las mañaneras. Con un semblante fúnebre (vean las fotos) acudieron a las oficinas del INE a aferrarse a algo contraproducente. Las mañaneras son un éxito mediático. A mí me parecen soporíferas y tramposas, pero a la mayoría de la gente le gustan, las ve y las comenta. Claro que el presidente abusa de su poder y que ha hecho mucho daño desde ese escaparate. Pero pedir en este momento su cancelación es dar la nota de que estás en contra de las mañaneras cuando una gran mayoría de mexicanas y mexicanos está a favor: en 2023 era el 68% de la población. Lo que le quedará en la cabeza a millones de mexicanos es que “Xóchitl está en contra de las mañaneras” no que “Xóchitl pide cancelación en aras de garantizar la equidad en la contienda”. Además, dudo que el INE tenga facultades jurídicas para hacer lo que le piden. Otro error.

Y la cereza del pastel fue la puntada de los “60 años”. No entiendo cómo se le ocurrió decir que “si a los 60 no has podido hacer un patrimonio, eres bien güey”. ¿En qué país viven sus asesores? En ese momento insultó a millones de mexicanas y mexicanos. Muchas personas estamos indignadas con lo que dijo. En un país de 50 millones de pobres, tener una casa es un gran privilegio. La gran mayoría vive una precarización laboral donde el derecho a una vivienda es una ilusión. Y los que la pueden conseguir lo hacen a través de créditos a 25 o 30 años. Cualquiera que pretenda gobernar debe partir de esa realidad. Xóchitl ya trató de explicar que se refería sólo a Claudia, pero otra vez: si tienes que explicar, ya perdiste.

Mala semana para Xóchitl y el Frente.

Abogado y analista político

@MartinVivanco

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