Los avances en la construcción de un Estado de bienestar deben medirse a nivel nacional, pero también pueden analizarse desde lo local.

De hecho, fue la Ciudad de México, a finales del siglo pasado y principios de este, la que colocó nuevamente en el centro del debate nacional a la política social.

El gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas (1997-2000) incorporó el enfoque de derechos en la fundamentación ideológica de la política social. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2000-2006) creó grandes programas sociales universales. En la administración de Marcelo Ebrard predominaron los programas universales por encima de los apoyos focalizados. Con Miguel Ángel Mancera no se impulsaron nuevas políticas universales, sino que proliferaron programas focalizados de efímero impacto; y aunque se mantuvieron los programas universales de las administraciones que le antecedieron, aparecieron las listas de espera para acceder a algunos de ellos, como en el caso de la pensión de adultos mayores.

En la etapa de gobierno de Claudia Sheinbaum, encontramos las siguientes características: nuevo entendimiento con la Federación en relación a ciertos programas sociales; recuperación de la orientación universalista y de derechos de la política social; colocación de la educación y la cohesión social como ejes temáticos de su política, y de la infancia, adolescencia y juventud como población objetivo prioritario.

El gobierno federal atrajo tres programas que iniciaron en la capital: la pensión de adultos mayores, la beca para personas con discapacidad y la beca en bachillerato; y los integró en programas federales con las mismas características.

Sobre el amplio conjunto de políticas y programas que siguieron a cargo de la Ciudad de México, fue decisivo el rescate que realizó el gobierno local para recuperar el enfoque universalista y de derechos.

Entre las decisiones más novedosas de la política social de Claudia Sheinbaum se encuentran las siguientes:

-Aumentó el monto de recursos destinados a los padres y madres de familia para la compra de útiles y uniformes escolares.

-Sustituyó la beca “Niños Talento”, de carácter focalizado y discriminatorio, por una beca universal para niñas y niños de preescolar, primaria y secundaria denominada “Mi primera beca”.

-Implementó un programa para el mantenimiento menor de los planteles de educación básica con la participación directa de padres y madres de familia en la ejecución directa de los recursos.

-Eliminó las cuotas de recuperación en los centros de desarrollo infantil del gobierno de la ciudad, para establecer la plena gratuidad.

-Creó una universidad de la salud, directamente dependiente del gobierno de la ciudad.

-Instrumentó un programa, denominado Pilares (Puntos de Innovación, Libertad, Artes, Educación y Saberes) orientado a incorporar a jóvenes y adolescentes a actividades artísticas, recreativas y educativas a través de ciberespacios integrales. Este se convirtió en el proyecto social estratégico de la administración.

Además, el Instituto de las Mujeres se transformó en Secretaría de las Mujeres y se construyeron los senderos seguros para el tránsito de las mismas.

La política social de la capital retoma su orgullosa distinción: universalista y de derechos. Y contribuye a construir, desde lo local, un Estado de bienestar, que propicie la cohesión social, combata desigualdades y redistribuya más justamente la riqueza.



Senador de la República

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