El intelectual italiano Norberto Bobbio sitúa las causas de los trabajadores y de las mujeres como dos de las grandes luchas por la igualdad de nuestro tiempo. De forma virtuosa, ambas agendas coincidieron en el trabajo de comisiones del Senado de la República. Por un lado fue aprobada la iniciativa para que el salario mínimo nunca aumente por debajo de la inflación y, por otro, se dio luz verde a la iniciativa que establece que ante la realización del mismo trabajo, hombres y mujeres tengan salario idéntico.

Ambos proyectos responden a demandas históricas de la sociedad mexicana y, al mismo tiempo, dan un soporte legal concreto al programa de cambios abanderado por la Cuarta Transformación. Estas decisiones se toman en el contexto de la iniciativa presidencial para acabar con la subcontratación, mejor conocida como outsourcing y con la puesta en marcha de la primera etapa del nuevo modelo laboral.

Asegurar que el salario mínimo incremente siempre por encima de la inflación facilita que se cumpla con el mandato establecido en el artículo 90 de la Ley Federal del Trabajo que establece:

"El salario mínimo deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”.

Históricamente, el salario mínimo sufrió depreciaciones. De 1976 a 2016 perdió el 70 por ciento de su poder adquisitivo. Es decir, para que pueda alcanzar el valor que tenía en 1976 tendría que crecer, por lo menos, tres veces su valor actual. Por supuesto, esta alza se tiene que dar de forma paulatina. El actual gobierno ya ha dado importantes avances en esta materia, pues durante los dos primeros años de gestión el salario mínimo tuvo un crecimiento histórico del 36 por ciento y se prevé que para 2021 haya otro incremento significativo.

No obstante, la historia tiene muchos vaivenes, las coyunturas cambian y las políticas gubernamentales también. Es necesario proteger el poder adquisitivo de las personas trabajadoras; que el salario alcance, cuando menos, para el mínimo de bienestar.

Pensando en esto es que quien esto escribe propuso que se modifique el artículo 90 de la Ley Federal del Trabajo, con el objeto de que quede plasmada la idea de que: “El incremento del salario mínimo vigente en el país nunca estará por debajo del índice inflacionario".

Se trata de establecer un límite hacia abajo para que la actualización al minisalario crezca por lo menos al mismo nivel que el costo de la vida.

Por otro lado, las comisiones unidas de Trabajo y Equidad de Género aprobaron un dictamen por el cual se modifican diversos ordenamientos legales para establecer igualdad salarial y no discriminación entre mujeres y hombres.

Desde hace más de un siglo se ha escuchado la idea de que “a trabajo igual, corresponde salario igual” sin que se haya concretado materialmente en la vida real esta demanda histórica de las mujeres trabajadoras, que ahora podrán contar con instrumentos legales más minuciosos para defender y hacer efectivo este derecho, que hasta ahora ha sido sólo declarativo.

Si bien falta que ambas reformas sean aprobadas por el pleno del Senado y, posteriormente, por la Cámara de Diputados, apuntan hacia un paso importante para fortalecer las condiciones de vida de las personas trabajadoras.

Senador de la República

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