La pandemia ha puesto sobre la mesa debates fundamentales que develan los principios esenciales de los países. Los discursos humanistas son puestos a prueba cuando los intereses nacionales y particulares salen a flote. En este sentido, un tópico impostergable es el de la liberación de las patentes de las vacunas contra la Covid-19.

El pasado 5 de mayo, la Secretaría del Comercio de Estados Unidos emitió un comunicado en el que el gobierno estadounidense se posiciona a favor de liberar las patentes de las vacunas y otros medicamentos contra el Covid-19. México, desde la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), emitió un reconocimiento a la postura, por su contribución al objetivo de combatir la pandemia, protegiendo a los más desfavorecidos.

Días antes de este anuncio, India y Sudáfrica anunciaron que presentarán ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) una nueva propuesta la segunda quincena de mayo en este mismo sentido. Ésta fue bien recibida en primera instancia por el presidente del Consejo sobre los Acuerdos de Propiedad Intelectual (ADPIC) de la OMC, el noruego Dagfinn Sørli, y cuenta con el apoyo de 60 gobiernos, la mayoría de renta baja.

La iniciativa de India y Sudáfrica no fue del todo bienvenida en otros países miembros de la OMC, donde destaca la posición de la Unión Europea (UE) que se opone a esta liberalización. Aunque el presidente del Consejo Europeo se pronunció a favor del debate, y pidió al gobierno estadunidense concretar su propuesta para liberar las patentes y explicar hasta dónde propone llegar. Sin embargo, líderes como Angela Merkel sugieren que la exención sería contraproducente ya que pondría en riesgo la innovación y los esfuerzos de colaboración que la industria ha adoptado, como los acuerdos entre compañías conocidas como licencias voluntarias.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reiteró que el debate sobre las patentes debe abrirse y analizar el tema de las licencias, pero como un asunto de largo plazo. La apertura a una posible discusión del tema deberá dar prioridad al levantamiento de otras barreras que limitan en estos momentos que las vacunas lleguen a determinados lugares del planeta así como facilitar las exportaciones de ciertos fármacos.

Ahora bien, ¿por qué es este un debate tan importante a nivel mundial? De acuerdo con Oxfam (https://bit.ly/3eRgLeE), cuatro de cada cinco personas no estarán vacunadas para finales de año en los países en desarrollo. Al liberar las patentes de forma temporal, se generará un aumento directo en la producción de vacunas, que proporcionaría dosis más asequibles para los países de renta baja. En resumen, este debate tiene como objetivo salvar vidas.

Nadie está en contra de que los líderes protejan a sus ciudadanos ni las corporaciones sus intereses económicos legítimos. Sin embargo, en momentos de crisis donde la vida de millones de personas está en juego, es cuando realmente se pone a prueba la estatura moral de las personas y de las naciones. Como bien dice Muhammed Yunus, premio Nobel de la Paz y uno de los líderes de la Alianza ‘People’s Vaccine’, “este es un acto solidario para lograr que la vacuna llegue a toda la humanidad”. La liberación de las patentes podría darse solo de forma temporal durante la emergencia sanitaria, más aún aquellas que fueron logradas bajo esquemas de financiamiento público millonario.

Subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, SRE

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