El presidente Andrés Manuel López Obrador se alió con algunos de sus adversarios empresariales con tal de anunciar un pacto para contrarrestar la inflación de precios que afecta a las familias más pobres del país.

Ayer, en Palacio Nacional, el Presidente alineó a su gabinete económico-financiero para anunciar un plan para combatir el aumento generalizado de los precios de la canasta básica, con el objetivo de reducir la inflación.

Si bien el llamado Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic) no representa un control de precios, sí se basa en el compromiso de los empresarios por construir una economía ficticia, en la que productores y cadenas comerciales absorberán durante seis meses los incrementos en los costos de los insumos para intentar construir un acercamiento con el gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación.

El éxito del llamado Pacic dependerá de la buena voluntad de quienes durante más de tres años han sido adversarios del régimen, o por lo menos así los ha considerado el Presidente. Hablamos de personajes como Claudio X. González Laporte con su empresa Kimberly-Clark; de Eduardo Tricio con su firma Lala; de la familia Bours y su empresa Bachoco, y hasta de cadenas comerciales como Chedraui, ligada a políticos desdeñados por el morenismo, como Miguel Ángel Yunes Linares , y Oxxo, de José Antonio Fernández , El Diablo.

Se suman a esta lista empresas como Ragasa, Schettino, Grupo Porres, La Moderna, SuKarne, Pilgrim’s, Alpura, Maseca y Bimbo; además de supermercados como Soriana, Casa Ley, La Comer, Marza, Súper del Norte y HEB, que en lo que resta del año congelarán precios de productos de la canasta básica.

El Pacic se lanza de manera urgente ante una inflación interanual que en abril superó las expectativas de los analistas, al llegar a 7.72%. El asunto es que los empresarios tendrán que absorber los incrementos acelerados de la canasta básica, en un promedio de 18% anual, según los estudios a los que tuvo acceso esta columna, en los que se observan incrementos de precio en productos que alcanzaron una proporción de hasta 114% en el último año.

Los productos que se dispararon de abril de 2021 a la fecha son la tortilla de maíz, que incrementó 17%; el precio de la carne de res, que se elevó en 17%, mientras que la carne de cerdo subió 10%. El limón se incrementó en 47% y el aceite vegetal 37%; el jitomate 27% y el chile 23%. La cebolla se duplicó.

La curva de incrementos se aceleró este año y la tendencia se mantiene en el mismo ritmo ante un escenario de guerra internacional y frente al incremento en los costos de los energéticos. Este es el precio que deberá pagar el sector empresarial: absorber incrementos que impactarán directamente en utilidades y de proveedores, y que pondrán en riesgo las cadenas de producción.

Las grandes cadenas de supermercados son conocidas por exprimir a sus proveedores al máximo, con plazos de pago de 120 días. También son comunes las políticas de descuento con cargo directo o parcial al proveedor. Por lo tanto, se teme en la industria que el Pacic de AMLO afecte más a las pequeñas y medianas empresas.

La esperanza del programa contra la inflación está depositada también en dos proyectos y en estructuras que han demostrado estar contaminadas por la corrupción, como las tiendas Diconsa y los Precios de Garantía. Con estos elementos, los resultados del Pacic levantan pocas expectativas, a pesar de que el esfuerzo del gobierno y la Secretaría de Hacienda, a cargo de Rogelio Ramírez de la O , es, como se dice popularmente, peor que nada.

@MarioMal
mario.maldonado.padilla@gmail.com

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