El robo de las 38 mil piezas de fármacos para dar tratamiento a niños con cáncer tiene en principio dos responsables: el secretario de Marina, Rafael Ojeda Durán, como encargado de la compra y el resguardo de los medicamentos, y el titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), José Alonso Novelo, por retrasar durante cinco meses el inicio del trámite para su registro sanitario.

Esta semana dimos a conocer que el laboratorio argentino Kemex, productor de estos fármacos, es proveedor de la Semar desde principios de sexenio, y ahora confirmarnos que la compra del lote que se comercia presuntamente en el mercado negro se hizo también a través de la Marina.

Se trata del procedimiento de Adjudicación Directa AA- 013000999-E340-2020, correspondiente a la “Adquisición de medicamentos oncológicos de diferentes características y medidas. Para los tratamietos de cáncer, leucemia y medubloblastoma, para atenciones de la SSA, ISSSTE, PYRS, INSABI y PEMEX”.

El acuerdo entre Semar y la firma argentina se concretó el 13 de abril de 2020, para amparar una compra con valor de 1,011,600 dólares americanos, es decir, más de 22 millones de pesos de medicamentos genéricos para el tratamiento del cáncer, el más grande negocio que Kemex había obtenido hasta ese momento con el gobierno mexicano.

Como encargada de la compra, la Marina era también la responsable del resguardo de los productos que finalmente fueron hurtados de las bodegas del laboratorio mexicano Novag Infancia, que fungió como socio importador y de almacenamiento en el país, y que también ha sido beneficiado con contratos millonarios por adjudicación directa durante el presente sexenio.

Otra gran parte de la culpa se la lleva la Cofepris, quien no solo mostró incapacidad para analizar y registrar el cargamento de fármacos que provenía del extranjero, sino que ni siquiera dio entrada al trámite para su aprobación.

En este espacio le hemos platicado del cuello de botella en que se ha convertido la comisión que encabeza José Alonso Novelo, y no únicamente para el sector salud, sino para la economía mexicana en general. El organismo tiene un rezago de 14 mil trámites de aprobación de productos, según los cálculos de las industrias farmacéutica, de alimentos y de cosméticos.

En los tiempos en los que el Presidente escuchaba a su jefe de Oficina, Alfonso Romo, éste le hizo saber que la falta de experiencia de funcionarios como Novelo Baeza estaba paralizando más de 17% de la economía, debido a que la Cofepris es la encargada de regular casi 50% de los productos de consumo.

También los laboratorios farmacéuticos levantaron la mano para señalar que los trámites, que anteriormente se liberaban en un periodo promedio de tres meses, ahora se estaban llevando más de un año de duración, lo que representaba un riesgo para el sistema de salud mexicano.

Pero el presidente Andrés Manuel López Obrador no lo entendió, y el resultado es este rezago en procesos de aprobación y distribución de medicamentos, lo que facilitó que estos fármacos llegaran a manos de la delincuencia para engrosar un mercado negro valuado en unos 10 mil millones de pesos.

Tampoco puede restarse responsabilidad sobre este atraco el secretario de Salud, Jorge Alcocer, a los titulares del IMSS, Zoé Robledo; del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez; del Insabi, Juan Antonio Ferrer; de Pemex, Octavio Romero, y el encargado de Reclusorios, José Ángel Ávila Pérez, quienes debieron haber presionado para tener en tiempo y forma los medicamentos de sus respectivos derechohabientes.

mario.maldonado.padilla@gmail.com
@MarioMal

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