El secretario de Gobernación está en el ánimo y corazón del presidente Andrés Manuel López Obrador , y a pesar de que ha dado señales disímiles respecto a si será o no precandidato hacia 2024, lo cierto es que la agenda de Adán Augusto López está enfocada en allanar el camino para que el movimiento de la autodenominada Cuarta Transformación trascienda otro sexenio.

El hijo del notario Payambé López Falconi –quien en los años 80 apoyó a López Obrador en la fundación del PRD de Tabasco, dando fe de las asambleas para la confirmación del partido–, se apresta a hilar fino con los legisladores para que la iniciativa de reforma electoral sea discutida y consensuada con la oposición, a pesar de que hoy esa tarea luce como una misión imposible.

La presentación de la reforma, la semana pasada en Palacio Nacional, fue encabezada por Adán Augusto López , quien estuvo acompañado del actual titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez, y del director de la Agencia Nacional de Aduanas, Horacio Duarte, ambos considerados operadores políticos del Presidente y otrora representantes de los partidos en los que AMLO ha participado ante las autoridades electorales.

A pesar de que la iniciativa presidencial incluye asuntos intransitables para la oposición política, como la transformación total del Instituto Nacional Electoral, la votación popular de sus consejeros y la reducción del número de diputados y senadores, entre otros, la idea es la misma de las anteriores reformas: echar el caballo por delante para poder negociar, esta vez sí con apertura y con intención de conciliar posturas para alcanzar la mayoría calificada.

Así como lo hizo con los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en torno a la votación de inconstitucionalidad de la Ley de la Industria Eléctrica , el secretario de Gobernación buscará acuerdos con los presidentes de los partidos de oposición y con los legisladores en lo particular para alcanzar los 57 votos que necesitan Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados.

Si la reforma electoral se aprueba, Adán Augusto se catapultaría, ahora sí, como la “corcholata” indiscutible del Presidente en 2024. Y así como lo ha hecho poco a poco la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, el secretario de Gobernación también ha aumentado sus visitas a los estados de la República para presentarse en mítines públicos, la mayoría de veces acompañado por AMLO.

Una muestra del músculo de Adán Augusto se vio la semana pasada, cuando el Presidente preguntó a los legisladores de Morena, Verde Ecologista y Partido del Trabajo sobre su desempeño como secretario de Gobernación, lo que desató una ovación y gritos a quien consideran un presidenciable. Días después, López Obrador volvió a subir a Sheinbaum y al canciller Marcelo Ebrard a la contienda.

La precampaña de 2024 ha estado presente en la discusión política y en los eventos del Presidente desde hace varios meses, durante los cuales López Obrador ha ido midiendo a sus “corcholatas”, poniéndolas a prueba en los eventos públicos y político-electorales.

Ya se verá cuánto pesa en realidad la lealtad que la familia de Adán Augusto le ha mostrado al Presidente desde hace varias décadas, cuando lo blindó de la persecución priísta.

Posdata

El pacto antiinflacionario que anunciará hoy el presidente Andrés Manuel López Obrador con los empresarios incluye una reducción en los márgenes de ganancia de algunos de los productos que se venden al consumidor final, de hasta 20%, para intentar contener la inflación.

El acuerdo con grandes corporativos y productores, más que aliviar el problema de los altos precios –que en buena medida dependen de las cotizaciones de insumos y materias primas a nivel internacional– será para la foto y con un mensaje de fondo: o se ajustan el cinturón los empresarios para no trasladar todos los incrementos a los consumidores, o vendrá un control de precios.

@MarioMal
mario.maldonado.padilla@gmail.com