Alfonso Romo está de regreso. El exjefe de la Oficina de la Presidencia se reunió ayer con Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional, como lo ha hecho cada mes desde que salió formalmente del gabinete; sin embargo, dentro de los enroques que planea hacer el Presidente para la segunda mitad de su sexenio está contemplado que vuelva a tomar un rol preponderante en la relación con los empresarios y en las decisiones de política económica.
La reunión de Romo con el Presidente fue específicamente para hablar del mensaje en materia económica que enviará este miércoles con motivo de su Tercer Informe de Gobierno. López Obrador confía mucho en la relación del empresario avecindado en Monterrey con los grupos de la iniciativa privada. Lo ve como su principal termómetro del sentir de los inversionistas sobre su gobierno y sus políticas.

La reunión también sirvió para pedirle su apoyo total durante la segunda parte de su administración. No se ha definido si Romo volverá a integrarse formalmente al gabinete, pero el mensaje del Presidente fue que él será su principal interlocutor con la iniciativa privada del país, mientras que el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, se ocupará más bien de la relación con los mercados y las calificadoras.

Es sintomático de la mala relación que persiste entre el Presidente y la iniciativa privada que no hayan sido convocados a escuchar el mensaje de su Tercer Informe de Gobierno ninguno de los integrantes de su Consejo Asesor Empresarial. La convocatoria fue para unas 40 personas que forman parte de su gabinete legal y ampliado, así como de otros funcionarios de su primer círculo que despachan en Palacio Nacional.

La última reunión de AMLO con los empresarios fue el 9 de junio pasado, tras las elecciones intermedias. El Presidente se sentó con algunos de los integrantes del Consejo Mexicano de Negocios para enterarlos de por lo menos tres reformas que propondrá en la segunda parte de su gobierno. La primera de ellas es en el sector eléctrico. El Ejecutivo federal enviará en las próximas semanas una iniciativa para modificar la red nacional integrada, con el objetivo de aumentar las tarifas de transmisión a los generadores de energía. La segunda es la electoral. Se buscará reformar el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Y la tercera, que no enfrentará resistencias, es que la Guardia Nacional forme parte de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Aquella reunión que se llevó a cabo en el Museo Kaluz de la Ciudad de México fue convocada también por Alfonso Romo, quien, pese a que su salida del gabinete no fue del todo tersa, nunca dejó de tener contacto con el Presidente, ni tampoco de asesorarlo en temas económicos.

Todo parece indicar que la intención de Rogelio Ramírez de la O de tomar por completo el rol de interlocutor con los empresarios no será posible. En su comunicado de presentación como nuevo titular de Hacienda dijo que promovería “el buen clima económico y la confianza con los empresarios e inversionistas”. Una de sus solicitudes fue tener injerencia en el sector energético, principalmente en Pemex y CFE, lo cual ahora se ve aún más complicado.

También dijo que su objetivo sería promover nuevos programas de inversión, así como retomar los proyectos público-privados en infraestructura. Ramírez de la O tiene otra cuña en este tema: Jorge Nuño, el otrora jefe de la Unidad de Inversiones de Hacienda que fue enviado a la subsecretaría de Infraestructura de la SCT para coordinar los anuncios de inversión en este sector.

Lo cierto es que Poncho Romo está de vuelta, y de lleno, en el gabinete… aunque por lo pronto de forma externa.

Sale Scherer; se perfila nueva consejera

Como lo adelantamos en este espacio la semana pasada, Julio Scherer deja la Consejería Jurídica de la Presidencia, luego de presentar su renuncia a Andrés Manuel López Obrador. La relación del Presidente con su abogado se desgastó principalmente por cuatro razones: la primera fue la fallida ampliación de mandato del presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, que le encargó AMLO; la segunda, el “golpe de Estado” contra el presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial, José Luis Vargas, aliado de la 4T; la tercera fue la rebelión del empresario Alonso Ancira para devolverle a Pemex 216 millones de dólares por la compra de la planta de Agro Nitrogenados, pues Scherer negoció todo y ahora el empresario les dice desde Texas que, si saben contar… y la cuarta, que derramó el vaso, fue la llegada de Adán Augusto López a la Secretaría de Gobernación. El tabasqueño será el enlace con el Poder Judicial y con los grupos de poder con los que solía tratar el Consejero Jurídico.

La relación de Scherer con AMLO se lastimó tras los rumores de una cercanía con “personajes ajenos a la 4T”, con los que el consejero habría hecho acuerdos. La información sobre los pasos de Scherer llegó desde el ahora poderoso Grupo Tabasco, en el que los datos fluyen a través del general retirado Audomaro Martínez Zapata.

Entre los nombres que suenan para llegar a la Consejería se encuentran perfiles de toda la confianza de AMLO, mismos que estaban en la antesala para ser ministros y que ahora integran el Consejo de la Judicatura Federal, como Eva Verónica Gyvés, Loretta Ortiz y, más difícilmente, Bernardo Batiz.

@MarioMal
mario.maldonado.padilla@gmail.com