Luisa María Alcalde, la secretaria más joven del gabinete de Andrés Manuel López Obrador, transitó los primeros dos tercios del gobierno con altibajos que estuvieron a punto de dejarla fuera del puesto: el presidente ofreció esa cartera a por lo menos dos personas que no la aceptaron. La suerte y asuntos favorables como la reforma laboral, el aumento de los salarios, la cancelación del outsourcing y la apertura a la democracia sindical permitieron a la morenista consolidarse y fortalecerse en el cargo.
Sus aspiraciones políticas –que coinciden con el renovamiento de sus redes sociales y su imagen– son tan altas que apuntan a la jefatura de la CDMX, donde su actual titular, Claudia Sheinbaum, la ve como una candidata competitiva y se refleja en ella, aunque no tiene experiencia como gobernante. Sin embargo, los últimos días han sido malos para Luisa María, tras el derrumbe de una mina en Coahuila y los resultados del programa estrella de la STyPS, Jóvenes Construyendo el Futuro, lo que podría sepultar sus sueños.
Diseñado para combatir el desempleo y la falta de capacitación en los jóvenes de entre los 18 y 29 años, el programa Jóvenes Construyendo el Futuro ha registrado números que se venden como un éxito en cuanto a la dispersión de recursos; no obstante, más allá del enfoque electoral, arrastra carencias que abren la puerta a la corrupción e impiden eliminar el estigma en el que se ha convertido desde hace muchos años el concepto de “NiNi”.
En los últimos cuatro años, el gobierno de AMLO ha destinado 81 mil millones de pesos al proyecto estrella de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, una cifra similar al presupuesto que se ha designado para la operación de esta misma dependencia desde el inicio de la administración. Dichos recursos han servido para acercar al mercado laboral a 469 mil beneficiarios de los apoyos, mientras que unos 550 mil egresados del programa se mantienen en el desempleo, sin posibilidades de acceder a capacitación y sin protección social, de regreso al estatus en el que “ni se estudia, ni se trabaja”.
En proceso de capacitación se encuentra otro millón 300 mil jóvenes, hombres y mujeres, quienes reciben mensualidades de 5 mil 300 pesos para emplearse en más de un millón empresas registradas, mientras son beneficiarios temporales de los servicios de salud del IMSS, aunque no de los programas de seguridad social a los que tienen derecho los trabajadores que están dados de alta en el Instituto.
Según las estadísticas que se expusieron en el informe por el cuarto año de gobierno, el destino de uno de cada dos jóvenes que cursan este programa será otra vez el desempleo y la falta de oportunidades, con una pérdida de inversión pública calculada en más de 40 mil millones de pesos, los cuales habrán servido como paliativo para un problema que afecta en el país a seis millones de personas, pero que se mantiene en crecimiento pese a que el presidente asegura haber alcanzado sus metas.
Además, se han reportado cientos de denuncias sobre irregularidades y actos de corrupción, desde los jóvenes que aseguran haber sido enviados a promover el voto en favor de candidatos morenistas o en la consulta revocación, hasta señalamientos de la Auditoría Superior de la Federación en los que se expone que el programa transfería recursos a personas que ya habían fallecido, que eran beneficiarios de otros programas de apoyo para la educación o que laboraban para empresas sin operaciones ante el SAT.
Así que el éxito de Jóvenes Construyendo el Futuro únicamente puede medirse en los 17 triunfos electorales que ha acumulado Morena desde diciembre de 2018 o en parte de los 16 millones de votos que López Obrador obtuvo durante la consulta de Revocación de Mandato. Sus responsables, Luisa María Alcalde y Horacio Duarte, están aún lejos de sus aspiraciones políticas.
El actual encargado de las aduanas del país quedó descartado para competir por el Estado de México, a pesar de que consolidó a su entidad como una de las cuatro con mayor número de beneficiados por los apoyos, la única de ese grupo no ubicada en el sureste del país. Luisa María, por su parte, va muy abajo en las encuestas para la CDMX, además de que empieza a pesarle su indiferencia ante la tragedia en Sabinas, Coahuila, que cobró la vida de 10 mineros.
Crédito Real y Unifin, bajo la lupa de Hacienda
La instrucción del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, fue seguir de cerca los procesos de Crédito Real y Unifin, dos empresas líderes en sus respectivos nichos de negocio que devinieron en crisis y que podrían generar una acción en cadena por la desconfianza de los inversionistas hacia este tipo de instituciones.
En el proceso de liquidación de la financiera Crédito Real, Ramírez de la O pidió al subsecretario Gabriel Yorio revisar el caso puntualmente, pues de los 2 mil 500 millones de dólares que adeuda cerca de 5% es capital de Nacional Financiera, lo que compromete la de por sí alicaída promoción de negocios gubernamental.
La autoridad regulatoria ha sido paciente ante las discrepancias de los accionistas, quienes se dividen entre buscar la quiebra, someterse a concurso mercantil o acudir al Capítulo 11 en los Estados Unidos. Las señales que se han mandado, sobre querer cubrir los adeudos con bienes inmuebles, abren la posibilidad de que se tomen acciones más drásticas.
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