La renuncia de Alfonso Romo a la Oficina de la Presidencia dejó abierta la puerta a dos personajes que ya en los hechos tenían mucha mayor influencia que el jefe de gabinete en las decisiones económicas y en la relación con los empresarios: Andrés Manuel López Beltrán , mejor conocido como ‘Andy’, y su inseparable amigo Carlos Torres Rosas , quien se desempeña como secretario Técnico del gabinete.

Se trata de dos jóvenes que impulsan el relevo generacional en el gabinete, como lo describimos hace un par de meses en dos entregas publicadas en este espacio. “Andy es el más interesado en colocar piezas incondicionales en la administración federal, en una especie de súper gabinete por el que deben pasar todos los proyectos y decisiones de los secretarios de Estado que nombró su padre”, publicamos el 24 de septiembre.

La pieza clave de esta superestructura es el secretario Técnico del gabinete, Carlos Torres, quien despacha desde Palacio Nacional como parte de la Oficina de la Presidencia, pero cuya influencia superaba desde hacía más de un año a la del entonces jefe de ese departamento, Alfonso Romo. Torres Rosas está emparentado con la familia del general Lázaro Cárdenas del Río.

Paradójicamente, la presentación en público de Torres Rosas fue de la mano de Romo, a principios de 2020, cuando se dio a conocer la creación del Gabinete para el Crecimiento Económico. Ya para entonces, el secretario Técnico del Gabinete tenía poder y era señalado como responsable de la renuncia del titular de Hacienda, Carlos Urzúa.

Torres Rosas es un administrador de empresas proveniente de Durango, pero egresado de la Universidad Bath, del Reino Unido, de la que apenas se tituló en 2019. Tiene 34 años y le reporta permanentemente a su amigo ‘Andy’ López Beltrán.

El otro personaje que se apunta a tomar el lugar de Romo, además de la dupla López Beltrán-Carlos Torres, es el coordinador de Asesores de la Presidencia, Lázaro Cárdenas Batel, de alguna forma también relacionado con Torres Rosas y con el propio Andy.

La tercera opción es que el Presidente, quien no ha tomado la decisión de qué hacer, decida suprimir el puesto Jefe de Oficina y delegue a los funcionarios que ya trabajan con él en Palacio Nacional funciones específicas. En esta opción estarían considerados Carlos Torres y Lázaro Cárdenas, así como otros funcionarios de Hacienda, en específico Jorge Nuño , el jefe de la Unidad de Inversiones, y la secretaria de Economía, Graciela Márquez.

La salida de Alfonso Romo coincide también con el próximo relevo en el Consejo Coordinador Empresarial, pues el plazo de su actual presidente, Carlos Salazar , está por vencer. Romo y Salazar no tenían la mejor relación, puesto que vienen de dos grupos empresariales de Monterrey, Nuevo León, que no son afines.

La gota que derramó el vaso y precipitó la salida de Romo del gabinete fue la iniciativa radical que mandó el Ejecutivo para cancelar y criminalizar el esquema de subcontratación laboral, conocido como outsourcing.

Por otro lado, la renuncia de Romo es una mala noticia para la relación de los empresarios con el gobierno y para la reactivación de la economía mexicana. No sólo porque era un puente entre el Presidente y la iniciativa privada, sino porque confirma que la radicalización de la administración actual no cesará.

Ganan los radicales, pierden los moderados.

Licitaciones en la Sedena

Mucho ruido ha causado al interior de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de Luis Cresencio Sandoval, la compra de placas balísticas. Hace unos días, la empresa México Montecitos fue declarada ganadora de un contrato por 257 millones 753 mil pesos. Sin embargo, en el sector se asegura que las medidas requeridas en la licitación eran muy específicas (25x30 y 18x18, cuando en el mercado se manejan en 6x6, 10x12, 8x8 y 8x12), lo que la dejó sin competencia.

Dichas especificaciones hacen sospechar que la compañía de Cesáreo José Quintana Ortega y Jesús Eduardo Quintana Ortega tuvo información de avanzada, o bien que ya tenía los productos fabricados. No hubo otra compañía que pudiera participar en el concurso LA-007000998-E209-2020.

La complejidad para conseguir las piezas hizo que empresas como CIMA V, Techtex y Sedicoemp no entregaran muestras para ser revisada por el jefe del Laboratorio Balístico de la Jefatura de Ingeniería, Víctor Pérez Hernández . Por su parte, la firma Power Hit no firmó electrónicamente y KGB Servicios de Protección Integral, Protective Materials Technology, Arsenal Protection México, así como RCU Sistemas, no acreditaron la evaluación técnica.

Información de Compranet revela que en 2015, 2016 y 2017, México Montecitos se quedó, por adjudicación directa, paneles y placas balísticas para la Sedena; el primero por 22 millones de dólares; y el segundo por 47 millones de pesos, y un último por 94 millones de pesos.

 
@MarioMal
mario.maldonado.padilla@gmail.com

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