Los caminos de la política y los negocios se cruzan siempre en todos los gobiernos. El presidente Andrés Manuel López Obrador no solo no ha separado el poder político del económico, sino que esa relación se ha fusionado al grado de hacerse indisoluble.

Este martes, el Presidente se refirió a la firma Altos Hornos de México (AHMSA), todavía del empresario Alonso Ancira, la cual se encuentra en concurso mercantil tras el conflicto con Pemex, el escándalo de Emilio Lozoya, las pugnas con la Comisión Federal de Electricidad y en general una administración deficiente y una enemistad con el gobierno en turno, el que encabeza López Obrador.

Alonso Ancira es considerado por López Obrador como un empresario de la “mafia del poder”, surgido del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, su enemigo favorito durante varias décadas, y por lo tanto un hombre de negocios inmoral. Sin embargo, la biografía del “hombre de acero” la ha convertido en uno de esos empresarios difíciles de vencer o incluso de amedrentar.

Esta premisa debe ser del conocimiento de AMLO y de su equipo de colaboradores, quienes no acaban de creer que el personaje haya realmente abandonado la empresa que le remató a principios de los 90, por lo que toman con reserva el camino hacia el rescate de una compañía que representa hasta el 8% del PIB de Coahuila.

En su conferencia matutina, López Obrador abrió la posibilidad para reestructurar los pasivos que AHMSA mantiene con el gobierno y con las empresas productivas del Estado, los cuales llegarían hasta los 5 mil millones de pesos en deudas con la CFE, Pemex, el SAT y el Infonavit. La condicionante de esta apertura es mantener a la empresa en manos de una “administración responsable, seria, no de corruptos”.

En el primer círculo presidencial existen sospechas sobre posibles vínculos de Ancira con el fondo estadounidense Argentem Creek Partners, de Daniel Chapman, el nuevo accionista mayoritario de la acerera, quien se comprometió a reestablecer las operaciones desembolsando 200 millones de dólares a más tardar esta semana. Hasta el momento sólo se tiene registro de una inyección por una cuarta parte del capital.

No sería la primera vez que Ancira simula deshacerse de una emproblemada AHMSA para recuperarla después en mejores condiciones. En 2004, cuando los bancos acreedores se declararon incapaces para cobrar la deuda de 2 mil 300 millones de dólares que tenía la acerera, vendieron el pasivo hasta en 5 centavos por dólar a los fondos de inversión Black River Capital, Ashmore Investment Management y DE Shaw & Co.

En aquel entonces se rumoraba en los mercados financieros que detrás de los fondos compradores estaba otra vez Ancira, quien con el paso de los años logró retener la propiedad de la compañía, pasando por encima de poderosos bancos como Bank of America, Sociéte Genérale, Chase Manhattan Bank, JP Morgan, West Merchant Bank, Inverlat, Bancomer y Banamex. De ese tamaño es el colmillo del empresario coahuilense.

Las negociaciones con el gobierno de AMLO han tenido el mismo derrotero. Ancira es beneficiario de los privilegios de un acuerdo que no ha cumplido en su totalidad, para pagar 216 millones de dólares como parte de un acuerdo reparatorio por el caso de la venta de la planta de Agro Nitrogenados. El pago a Pemex es ahora responsabilidad de AHMSA y de sus nuevos o futuros inversionistas, mientras Ancira goza de la libertad que no se le ha concedido a Emilio Lozoya, su exsocio, examigo y excompañero de juergas inolvidables en los destinos más exóticos del mundo.

Entre los acuerdos que el empresario incumplió también están las promesas de apoyo que hizo a algunas de las corcholatas presidenciales, quienes facilitaron las rutas jurídicas y financieras para que pudiera cruzar la frontera y ponerse lejos del alcance de la justicia.

Posdata 1

El rescate de AHMSA, una de las empresas más importantes de Coahuila y la más relevante de Monclova, depende en parte de las elecciones del próximo 4 de junio. Si gana el candidato de la alianza PRI-PAN-PRD, Manolo Jiménez, el gobierno de la 4T condicionará aún más su recuperación. Se sabe que Morena y el Presidente aprietan a los inversionistas para que apoyen a su candidato Armando Guadiana.

Posdata 2

Hablando de empresarios ligados al salinismo, el llamado “Rey del Cobre”, Germán Larrea, asistió ayer a Palacio Nacional a una reunión con el presidente López Obrador.

Al llamado presidencial también acudieron otros integrantes de su Consejo Asesor para hablar de la situación financiera y económica del país.

Allí estuvieron el copresidente de Grupo Televisa, Bernardo Gómez; el presidente de Banorte, Carlos Hank González; el presidente del Grupo BAL, Alejandro Baillères; el mandamás de Grupo Vidanta, Daniel Chávez, y el de Bio Pappel, Miguel Rincón.

El empresario clave fue sin duda Germán Larrea, quien está a punto de cerrar la compra de Banamex. El magnate minero ya recibió el beneplácito del Presidente, pero aún está en los últimos detalles, sobre todo fiscales. Todo esto, mientras su Grupo México sufrirá dos reveses en sus negocios principales: el minero, con la Ley Minera, y el ferroviario, con la expropiación de vías por donde correrá el tren del Istmo de Tehuantepec.

@MarioMal

Google News

TEMAS RELACIONADOS