La estrategia de Morena y de Andrés Manuel López Obrador hacia 2024 está cantada. El mandatario buscará influir en las elecciones presidenciales, y en las ocho gubernaturas que van a votarse en 2022 y 2023, no solo a través de los posibles candidatos que ha ido destapando, sino dividiendo a la oposición.

La invitación a gobernadores salientes del PRI y el PAN para sumarse a su gobierno, además de impactar los fundamentos de la alianza opositora, se lee también como una estrategia del Ejecutivo para influir en los cuadros con los que esos partidos competirán en la próxima elección federal, a la que también se apuntaron este fin de semana Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, como una dupla que busca hacer contrapeso al dedo que apunta hacia la favorita del Presidente: Claudia Sheinbaum.

Más allá de las invitaciones confirmadas que López Obrador extendió al priísta Quirino Ordaz y al panista Antonio Echevarría, en Palacio Nacional corren versiones de que se pretende extender estas cortesías a perfiles políticos que dejarán encargos como gobernador en los siguientes dos años; algunos de ellos considerados para posiciones mucho más cercanas al primer círculo, del tamaño de una secretaría de Estado.

Entre los nombres de futuros exgobernadores que se barajan están los de Alejandro Murat, de Oaxaca, y Carlos Joaquín González, de Quintana Roo; incluso, en una apuesta más aventurada, suena el de Alfredo del Mazo, del Estado de México –este último con muy pocas posibilidades de llegar realmente al gabinete por terminar su gubernatura en 2023–. Los tres guardan una buena y cercana relación con el Presidente, misma que se ha visto reflejada en algunos apoyos y concesiones que no se ven hacia otras entidades.

En esas versiones, provenientes de fuentes del gobierno, se habla además de las carteras que podrían ocupar algunos de estos personajes, como es el caso de Sedatu para Alejandro Murat o la Secretaría de Turismo para Carlos Joaquín González; ambas dependencias han pasado desapercibidas en el ámbito político y también económico bajo la titularidad de Román Meyer Miguel Torruco, respectivamente.

La fortaleza que toman estas figuras con el cobijo presidencial, si bien no les abre la puerta para una candidatura y mucho menos una sucesión, sí les concede de entrada la posibilidad de influir en sus relevos, principalmente en el caso del estado que gobierna Alejandro Murat, en el que se habla principalmente de que el PRI tiene posibilidades de llevarse la victoria con una fórmula aprobada por Palacio Nacional. Si no es así, Morena se quedaría sin mayores problemas con dicha entidad.

La deferencia de López Obrador los coloca como una cerradura para minar también las esperanzas de funcionarios morenistas que empiezan a dibujar rutas alternas para competir por la silla presidencial, como los casos de Ebrard y Monreal, que habrían sellado este fin de semana en Zacatecas un pacto para que al menos uno de ellos aparezca en la boleta electoral en 2024.

Tanto el canciller como el senador saben que la única aspirante que tiene el apoyo asegurado del Ejecutivo es la jefa de Gobierno de la CDMX y que, para defender la imagen de su candidata, López Obrador no tendrá problema en sacrificar a sus propios colaboradores. Ebrard debió aprender muy bien esta lección con el caso del desplome de la Línea 12 del Metro, en el que se pretendió responsabilizar al actual secretario de Relaciones Exteriores antes incluso que al senador de oposición Miguel Ángel Mancera.

Monreal, por su parte, también debe tener claro que en la mente de López Obrador no se ha borrado el recuerdo de la derrota electoral en la CDMX, y mucho menos la idea de que el exgobernador de Zacatecas fue factor importante para que la alianza opositora se posicionara con fuerza en el más grande bastión con que cuenta la izquierda en el país.

La operación política del nuevo supersecretario Adán Augusto López está en marcha. Junto con Mario Delgado, el objetivo es llegar a 2024 con 24 gubernaturas; es decir, siete adicionales a las que ya tiene. Si lo consiguen, la aplanadora de Morena y el Presidente será imparable.

Corte de caja en Concamin

El próximo martes en la Confederación de Cámaras de Industriales (Concamin), que encabeza Francisco Cervantes, habrá corte de caja, pues el Consejo Directivo contará las menciones positivas en pro de los tres candidatos a discusión.

Mientras tanto, desde sus trincheras cada uno hace la tarea por situarse como la carta más fuerte. En este sentido, los esfuerzos del expresidente de la CMIC, Netzahualcóyotl Salvatierra, han sido para que tanto la inversión como el empleo sean las directrices del crecimiento, en cada una de las regiones que integran el país. El reto no es menor, pues habrá que picar piedra con el objetivo de crear uniones en los tres niveles de gobierno, así como interestatales. Habrá que esperar a que los resultados se anuncien oficialmente el viernes 24 de septiembre.
 


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