Frente al escenario de desaceleración económica y posible estanflación, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador echó a andar una estrategia para impulsar la inversión privada en el país, bajo la condición de trabajar alineados con las Fuerzas Armadas en los proyectos prioritarios.

El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, es el encargado de socializar este plan con las cúpulas empresariales. El viernes se reunió con los líderes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y este martes lo hizo con la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). La idea es bajar a todas las organizaciones la promesa de que, ahora sí, se van a dar las condiciones para invertir.

El banderazo de salida es el tercer paquete de inversión en infraestructura que lleva ‘calentándose’ casi 15 meses. Ramírez de la O dijo que ya está listo, pero que el Presidente tiene sus tiempos y lo anunciará en los próximos días. Son 43 proyectos que significan recursos por 300 mil millones de pesos. Se trata de obras en los puertos de Veracruz y Salina Cruz, y de interconexión con el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec. También se incluyen 10 parques industriales y paquetes carreteros.

Una novedad es que quien tomó directamente este tercer paquete fue el secretario Ramírez de la O, a través de su jefe de Oficina, Carlos Lerma, quien ha arrastrado el lápiz con los empresarios. Los dos paquetes anteriores, que incluyeron un total de 68 obras y una inversión de 525 mil millones de pesos, fueron negociados por el entonces jefe de Inversiones de Hacienda y actual subsecretario de Infraestructura, Jorge Nuño.

Tras la inauguración del aeropuerto Felipe Ángeles y la refinería de Dos Bocas, próxima a suceder, el ojo está puesto en el Tren Maya y el Corredor Transístmico. Este último es el que va a requerir la ayuda de la inversión privada, a pesar de que el proyecto lo trae la Secretaría de Marina. La buena noticia es que, a diferencia del Ejército, esta dependencia sí subcontrata prácticamente toda la obra civil y de ingeniería con empresas del sector.

De acuerdo con el presidente de Concamin, José Abugaber, la reunión de ayer con el secretario de Hacienda fue para hablar de cómo los sectores industriales, de alimentos –maíz, trigo, aceite, leche, transporte, textil (algodón)– y de la construcción, se pueden insertar en el Corredor Transístmico. Se hicieron planes de trabajo y hoy se van a revisar los clústeres industriales que se requieren en Veracruz y Oaxaca.

El Presidente planea inaugurar el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec a fines de 2023. Y como el Tren Maya , también enfrenta problemas de derechos de vía e impacto ambiental. La obra busca impulsar el crecimiento de 79 municipios entre Veracruz y Oaxaca. Este año tiene asignado un presupuesto de 10.6 mil millones de pesos, que se suman a los 7.6 mil millones de 2020 y 2021. Para 2023 se espera un incremento considerable y ahí es donde viene el problema: no hay dinero, por lo que a pesar de que la Marina lo tiene a su cargo, buena parte de la inversión será privada.

La industria más golpeada por la crisis económica , la falta de obra pública y la injerencia de la Fuerzas Armadas, ha sido la construcción. En febrero, este sector cayó 8.2%, tirando también la inversión fija bruta. Así ha sido la tónica de los últimos tres años.

Este sector, que encabeza Francisco Solares, presidente de la CMIC, acusa que mucho tiene que ver con la certidumbre. Según el Inegi, para invertir en construcción se necesitan 50 puntos en el límite de la confianza, pero actualmente ese indicador es de 30 puntos.

Posdata

El Ejército mexicano es hoy la principal empresa constructora del país. El año pasado tenía cerca de 25 mil civiles contratados para terminar el aeropuerto Felipe Ángeles. Ellos no subcontratan empresas, sino que administran al personal y compran directamente los insumos a los proveedores, lo que abre la puerta a la opacidad… y algo más.

@MarioMal
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