Las Ciudad de México como muchas otras grandes ciudades del mundo, se fundó en torno a un centro político, económico y religioso que fue la gran Tenochtitlán y posteriormente fue el epicentro del poder colonial cimentado literalmente sobre los restos de la antigua Ciudad Azteca. Con el curso del tiempo concurrieron toda una gama de dinámicas urbanas, económicas y sociales que han impulsado procesos de despoblamiento del centro original y de repoblamiento de las zonas intermedias y periféricas, hasta conformar la colosal urbe que ha rebasado sus propias fronteras políticas y por ello hablamos ahora de una megalópolis. No obstante ello, el centro original de la Ciudad no ha dejado de tener relevancia simbólica, política o económica, pero se han creado muchas otras centralidades, es decir, otros centros alrededor de los cuáles la vida urbana crece y se desarrolla.

Un centro urbano urbana abarca al menos tres aspectos: el espacio geográfico no siempre muy bien delimitado y que desempeña una función simbólica y de integración; la dimensión social, que permite la coordinación de actividades esenciales para la vida como son las viviendas o los espacios públicos para la recreación y las relaciones sociales; y el aspecto económico, pues las personas encuentran en dicha centralidad una buena parte de los bienes y servicios que requieren para habitar, como son los mercados de abasto.

Las razones y dinámicas por las que se crean nuevos centros son muy diversas. Cambios demográficos y poblacionales al recibir migración de las áreas rurales y expulsar población del centro original; cambios en los procesos productivos desde el artesanal, al industrial y a las maquilas; cambios en los patrones de mercado y de estructura económica al surgir nuevas economías como el turismo; cambios legislativos que decretaron nuevas regulaciones en materia vial o ambiental por ejemplo; así como el incremento del precio del suelo que orillan a fenómenos de despoblamiento.

La Ciudad de México ha tenido periodos de crecimiento muy importantes que rápidamente fueron absorbiendo los antiguos asentamientos que rodeaban al centro político original, como los pueblos de Mixcoac, San Ángel, Tacuba, Popotla y muchos otros. Del mismo modo, diversas colonias fueron producto de una planeación urbana proyectada, tal es caso de la colonia Roma o la Condesa, que desde sus orígenes fueron dotadas con alumbrado público eléctrico, saneamiento de agua y calles pavimentadas.

Las nuevas centralidades urbanas se caracterizan por albergar una concentración de bienes y servicios como vivienda y fuentes de empleo, centros de abasto y de recreación, así como infraestructura urbana de abasto de agua, drenaje, abasto de energía eléctrica, gas, transporte y movilidad, que permiten a una determinada población asentarse y permanecer en la zona. De hecho, se considera que la Ciudad de México cuenta actualmente con 11 centralidades urbanas que son el Centro Histórico, la zona de Insurgentes-Universidad, el Paseo de la Reforma, Polanco-Lomas, Santa Fe, Bosques-Lomas Altas, Cuicuilco-Perisur, Azcapotzalco, World Trade Center, Insurgentes-Viaducto y Televisa San Ángel.

El fomento de nuevas centralidades es hoy una de las principales estrategias de los urbanistas y planificadores, para poder resolver problemáticas urbanas como la saturación del tránsito y la movilidad, la falta de oportunidades laborales, la falta de construcción de viviendas en zonas diversas, así como para mejorar la calidad de vida de las personas. Ello es así, toda vez lo que las nuevas centralidades pretenden es ofrecer dentro de una misma zona o territorio, la construcción de vivienda nueva, disponer de todos los servicios, centros recreativos y de abasto, a fin de que las personas no deban trasladarse demasiado ni en tiempo ni distancia, para satisfacer todas sus necesidades.

Impulsar nuevas centralidades significa apoyar la instalación y creación de nuevos negocios o industrias que tengan potencial de crecer en determinada zona, a fin de que se multipliquen las oportunidades laborales. La creación de siete nuevas centralidades en la Ciudad de México, es uno de los grandes proyectos que inició la Dra. Claudia Sheinbaum cuando fue Jefa de Gobierno de la Ciudad de México y que requerimos seguir promoviendo, pues constituye uno de los proyectos de transformación de nuestra Ciudad más relevantes para llevar bienestar y calidad de vida a los capitalinos.

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