De nueva cuenta el sector empresarial comandado por Claudio X. González se empeña en colocar la evaluación estandarizada como eje para definir políticas educativas y reactivar el papel de la OCDE en el impulso a la mercantilización del derecho a la educación. En el sexenio de Enrique Peña Nieto, fue a través de “Mexicanos Primero”, ahora es por medio de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.

Según esta asociación, Tue Halgreen, analista senior de las oficinas centrales del PISA en Francia les informó que el gobierno mexicano no estaría aplicando la prueba piloto para preparar la aplicación de la prueba PISA en 2022. Ante este anuncio el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que no es cierto que su gobierno vaya a dejar de aplicar la prueba PISA, añadiendo que “toda prueba que ayude al desarrollo educativo en México perdurará”.

Lo cierto es que estamos en un momento crítico. Las afectaciones de la pandemia, en la salud, la economía y la educación son enormes, demandan políticas asertivas que las atiendan. En Educación es momento de una evaluación profunda de cuáles son los instrumentos que se han usado para definir las políticas educativas en los últimos 20 años y al Presidente y a la Secretaria de Educación preguntamos ¿es una prioridad la aplicación de una onerosa prueba que no sirve para construir políticas educativas que respeten la cultura e historia de los pueblos? Una prueba que no contribuye a la construcción de sistemas educativos integrales, que potencien las capacidades de generación de ciencia y tecnología para el desarrollo nacional ¿Debemos seguir alimentando, con recursos públicos, el negocio de la “evaluación” favoreciendo a grandes transnacionales como Pearson? a quien le concesionó la OCDE el diseño y aplicación de la prueba Pisa en 2018.

¿Qué es el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (prueba PISA)?

PISA es una prueba estandarizada aplicada cada tres años a estudiantes de 15 años. En el año 2000 inició su aplicación, desde esa fecha se han incorporado más de 70 países. Para poder participar, cada país debe contar con un equipo técnico especializado y pagar por su uso. La OCDE es la Corporación transnacional que se encarga de su diseño y aplicación.

¿ Cuáles son sus impactos y para qué ha servido?

En 2017, más de 50 organizaciones sociales, sindicales y mil académicos de América y Europa, emitieron un manifiesto en el que resumen las principales críticas que se pueden hacer a esta prueba estandarizada:

1 Político-educativa: La estandarización ha impulsado la fuerte entrada de empresas privadas que han desplazado a los gobiernos, a las y los docentes, a sindicatos y escuelas de la conducción de sus proyectos educativos.

2 Técnica: PISA no es confiable, ni cumple con los mínimos criterios de validez. Promueve rankings de países en virtud de los resultados. Anula las enormes diferencias culturales, cosmovisiones y características lingüísticas propias de cada contexto nacional.

3) Pedagógica: es una evaluación externa a los procesos educativos, transforma radicalmente el quehacer de las escuelas. Para dar cabida al entrenamiento para tener éxito en estas pruebas.

4) Social y Psicológica: la medición PISA y sus variantes nacionales discriminan, presionan, y estigmatizan a regiones, países y pueblos en sus comparaciones.

Es hora de la evaluación social sobre la prueba PISA y sus resultados.

Profesora de la Facultad de Economía de la UNAM e Integrante del Centro de Análisis de Coyuntura Económica, Política y Social, CACEPS. caceps@gmail.com

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