¡Mujeres y niños primero! Es una expresión que tiene más de un siglo de existir y que se ha utilizado sobre todo en la Marina y particularmente la escuchamos en las historias y en las películas que narran el momento del hundimiento de un barco. Se trata de un imperativo que garantiza la supervivencia de una sociedad. Sin embargo, en México, las mujeres y los niños han sido olvidados por este gobierno, no tienen lugar en sus planes.

Ese olvido que sufren mujeres y niños se agrava por el hecho de que Morena tiene bajo su control al Poder Ejecutivo y al Poder Legislativo. La Cámara de Diputados está integrada por una “omnipotente mayoría” que obedece al Poder Ejecutivo. Hay quienes ya dieron muestra clara que lo único que les interesa es mantenerse en el poder que obtuvieron a través de lo que hoy se empeñan en anular: el Derecho y la Democracia.

En este contexto, las primeras víctimas han sido las mujeres y los niños. En el caso de las mujeres, hemos visto cómo se han eliminado programas con el objeto de desviar los recursos previstos para ayudarlas y utilizarlos en aquello que les sirve para mantenerse en el poder. Por eso han cancelado los recursos dirigidos hacia la red de refugios, a la prevención del delito, las estancias infantiles, el presupuesto de gastos catastróficos en salud que incluía el apoyo al cáncer de mama, a las organizaciones sociales que atendían el cáncer de mama y de ovario, y a quienes han trabajado para evitar la violencia contra las mujeres. Y ya no digamos el desprecio a las manifestaciones organizadas por mujeres y el aumento del feminicidio.

Con los niños y las niñas ha pasado lo mismo. Éstos han tenido a sus papás para defenderlos y, particularmente, a muchas mamás que han señalado la importancia de los programas anulados por el partido-gobierno, el mismo gobierno que en la Cámara de Diputados no escucha a las mujeres ni a las mamás de los niños y niñas a quienes les han quitado las medicinas contra el cáncer, las vacunas, los tratamientos. El Centro de Estudios de Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados ha señalado que los recursos para la atención de niños, niñas y adolescentes han sido reducidos durante estos dos años de gobierno, además de omitir la mención a la inclusión de la niñez con discapacidad en la educación.

Si algún regalo le queremos dar a las mamás es mirar a las mujeres y a sus hijos, porque este día de las madres pierde sentido sin la vinculación directa de éstas con sus hijos, con los niños.

Pero persisten los oídos sordos. Mientras la Cámara de Diputados tenga como consigna que el Poder Ejecutivo es lo primero, no será posible mirar a las mujeres y a la niñez que hoy, que no son lo primeros sino los últimos en poder salvarse ante el naufragio de nuestra democracia.

Ahora bien, aquí está lo que usted y yo SÍ podemos hacer. Si cambiamos la ecuación política de la Cámara de Diputados, si logramos darle un respiro a la amenaza dictatorial, aplicará aquello de que los últimos serán los primeros, permitiremos que los niños y las mujeres puedan poner pies en tierra firme. Es decir, garantizaremos la supervivencia de nuestra sociedad. Lo único que hay que hacer es VOTAR.

Escribo estas líneas para ser publicadas precisamente en el día de las madres. A todas las mamás les digo “felicidades”, incluyo a la mía que me hizo descubrir la vocación humana del servicio.

Abogada.