Desde el mes de abril varios científicos de Estados Unidos han sugerido el uso obligatorio de cubrebocas, para evitar el contagio por coronavirus, SARS-CoV-2. Sin embargo, en varios países, incluido México, el uso obligatorio de cubrebocas ha sido desestimado por los responsables de atender la epidemia. En México, por ejemplo, el presidente López Obrador ha mencionado en varias ocasiones que el subsecretario López-Gatell le ha comentado que no es necesario usar cubrebocas e incluso, públicamente en medios, se ha negado a hacer obligatorio el uso del cubrebocas, argumentando que se violarían los derechos humanos de la población. También, se ha mencionado que el uso de cubrebocas solo funciona para no infectar a otros en caso de estar enfermo, sin embargo, la evidencia científica muestra que el uso de cubrebocas también ayuda a reducir el riesgo de contagio y la gravedad de la enfermedad en caso de contraer el coronavirus.

Desde hace varios meses, estos investigadores han sugerido que una de las principales vías de contagio es a través de aerosoles, es decir que el coronavirus puede estar presente en el aire, sobre todo, de lugares cerrados y que puede permanecer suspendido por horas. De ahí la recomendación de evitar lugares cerrados y el uso obligado y correcto del cubrebocas. Hasta hace unos días, los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos reconocieron a esta vía como una vía de contagio. Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha negado a reconocerla, pese al aumento de evidencias científicas. Sin duda el que la OMS no reconozca este medio de transmisión conlleva a que tomadores de decisiones tampoco le den la importancia necesaria y entonces no tomen las medidas adecuadas para mitigar los efectos. Desafortunadamente, esto se traduce en una mayor cantidad de enfermos y muertos, por ello pese a no tener el reconocimiento de la OMS deberíamos establecer mejores canales de comunicación explicando a la población está vía de exposición, para que la gente esté más consiente de por qué usar el cubrebocas y entonces pueda usarlo correctamente. Por cierto, que es una medida más eficiente y menos costosa que tomar la temperatura y desinfectar los zapatos a la entrada de los establecimientos.

Esta semana llegamos a la cifra oficial reportada de casi 88 mil personas fallecidas por Covid-19 en México, pero se ha sugerido que en realidad está cifra podría ser, por lo menos, tres veces mayor. Pensando en el escenario de 88 mil personas, no se debe olvidar o minimizar el impacto que tienen estás muertes, pues hay abuelas (os), madres, padres, hijos (as), que sufrieron no solo la pérdida de un ser querido, sino una fuente de cuidado y de ingreso económico, poniendo en riesgo el presente y futuro de esos miles de familiares que perdieron a sus seres queridos.

Mientras no haya una vacuna, la cual se estima estará accesible a mediados del 2021, tenemos que seguir usando de manera obligatoria la mascarilla para tratar de hacer nuestras actividades de manera más normal y con un riesgo mínimo de contraer covid-19. Para esto, necesitamos primero que las autoridades de salud reconozcan la transmisión del coronavirus por medio de aerosoles y que expliquen a la población como se lleva a cabo dicha transmisión por aerosoles. Se puede hacer uso de la siguiente analogía: pensar en el coronavirus como en el humo de cigarro y tratar de evitar su presencia al interior de lugares cerrados y que la gente lo respire.

Dicho lo anterior, la estrategia podría consistir en dos medidas principalmente, 1) evitar asistir a lugares cerrados y favorecer las actividades al aire libre, preferir salir a los parques a jugar, pasear o hacer ejercicio que asistir a centros comerciales, cines, bares o cualquier lugar cerrado, sobre todo si no tienen buena ventilación natural o mecánica. En el exterior, el riesgo de contagio es bajo porqué hay un flujo constante de aire ocasionando que la presencia del virus sea mínima o nula y si usamos mascarilla y mantenemos sana distancia, el riesgo será aún más bajo. 2) Pedir a los establecimientos cerrados que además de mantener la sana distancia y un número reducido de personas al interior, además cuenten con sistemas de ventilación mecánica o natural y en caso de no poder contar con alguna de estas que cuenten con purificadores de aire con filtros HEPA. Cualquier tipo de ventilación y los filtros ayudarían a disminuir o evitar la presencia del virus al interior.

Favorecer actividades al aire libre, evitar actividades en espacios cerrados y una adecuada campaña de información de por qué y cómo usar los cubrebocas podría evitar miles de contagios y muertes adicionales a las 85,000, reportadas oficialmente.

Postdoctor en Salud Ambiental por la Universidad de Harvard
@MarcoSanchezGue

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