“Aprobación de vacuna anti-covid19 de Pfizer y BioNTech es una noticia realmente positiva y nos da la esperanza de que haya luz al final del túnel para todos”, sentenciaba hace unas semanas la directora técnica de la OMS, Maria Van Kerkhove. El júbilo mundial ante el indiscutible éxito de la ciencia despertó un mosaico de emociones ante lo que ha sido esta pandemia para la humanidad. El filósofo esloveno Slajov Zizek ha sostenido que la pandemia despertó el carácter sagrado de lo social que a su vez hizo evidente el carácter profano del mundo de la política y la economía a escala mundial. A su parecer emergió una solidaridad global, pintada con un carácter de sublime pureza, que podría ser la salvación en la coyuntura de las teorías de la conspiración, racismo exacerbado, cierre de fronteras, confinamientos con medidas draconianas y la contención espacial de los enemigos políticos. 

El mundo luchando contra un enemigo invisible obligando la creación de una red global de atención médica gracias al rol del multilateralismo, y en la vida cotidiana la distancia, así como el aislamiento como actos de profunda solidaridad social. 
 
México no ha estado ausente en estos largos meses de la madurez por parte de una ciudadanía que se siente triste y decepcionada por su gobierno. La respuesta de López Obrador al inicio de esta trágica y dolorosa pesadilla fue menospreciarla y minimizarla. Igual que la del “experto” convertido ya en un grotesco títere político manipulado por el capricho presidencial. El país suma muertos, contagios y un evidente caos ante el repunte de una curva que jamás fue aplanada. Un modelo Centinela presumido y desechado. Un semáforo coqueto presentado como ejemplo ¡mundial! a seguir fue tirado al basurero del palacio tildándolo de “intrascendente” cuando la ciudad está convertida en el rojo infierno de contagios. Los hechos pintan de cuerpo entero a la cuatroté en el manejo de esta crisis sanitaria. La tenue luz al final del túnel que quizá vislumbran varios países con la llegada de la vacuna Pfizer BioNTech, aquí parece un espejismo. 

En la eterna disputa por el reflector, el dr. López-Gatell, responsable de la fallida estrategia contra el virus —cuya estimación en marzo era de 6 mil decesos y en un escenario “catastrófico” de 60 mil muertos— es hoy el responsable de la hoja de ruta y la compleja logística de la vacunación para millones de mexicanos.  

El epicentro del debate político se centró en el anuncio de que únicamente el gobierno federal podrá adquirir la vacuna desencadenando una línea de tensión adicional entre Palacio Nacional y la Alianza Federalista, mientras miles de mexicanos mueren diariamente. Mientras los hospitales se saturan ante tibias y contradictorias medidas por parte de la autoridad. Mientras el uso del cubrebocas se politiza ni más ni menos que por el Ejecutivo. Mientras a nuestros héroes de la salud los aplasta el agotamiento, la tristeza, ansiedad y depresión. Mientras se le pide a la iniciativa privada —a la que por cierto no se le consulta para consensuar el incremento al salario mínimo en esta delicada coyuntura económica— que amplíe su hospital provisional instalado desde marzo. Todo ello debido a las pésimas decisiones en el manejo de la pandemia. No hay cifra alegre ni curva aplanada ni control de la misma.  
 
El virus del covid19 ha puesto en evidencia el agotamiento del mito progresista de la izquierda y la derecha por igual, de tal manera que después de la pandemia se necesitarán otros discursos, mitos y nuevas narrativas para encantar al mundo. La salida de México del interminable túnel necesitará de un profundo análisis para comprender los estragos de la crisis en sus efectos diferenciados y no tanto en especulaciones para estructurar u organizar su futuro. 
 
Lo irreversible es el resultado de la falla crónica que resultó del problema de diseño para enfrentar este monstruo. Y habrá un costo político. Y no será intrascendente.

POR LA MIRILLA

1.Guerrero como botón de la eterna disputa morena. 
 
2. Las señales entre López Obrador y Biden están lejos de ser cordiales.  

T-MEC, Ley de Seguridad Nacional y el último epicentro en Banxico abren una agenda bilateral muy compleja.  

@GomezZalce