24 meses después de ganar las elecciones el gobierno tropezó nuevamente exhibiendo las consecuencias de la peligrosa improvisación en los operativos. El patrón de la orquesta de errores de los militares en el culiacanazo que obligaron al presidente López Obrador a mentir en su versión de los hechos para finalmente aceptar que dio la instrucción de liberar al delincuente fueron repetidos en el operativo llevado a cabo en Guanajuato el pasado 20 de junio.

Una vez más los militares y elementos de la Guardia Nacional incurrieron en errores, precipitación, descoordinación e improvisación que terminaron con la liberación de integrantes de la familia del líder del cártel de Santa Rosa de Lima que libra una feroz batalla con el CJNG y que ha desatado una espiral de violencia sin control en la región.

Dentro de los pasillos de palacio se comenta no sólo lo mal planeado del operativo militar sino la falta de información verídica que se le dio al Ejecutivo quien espetó hace días que “la liberación de la madre de “El Marro” está ligada a ineficiencias y corrupción” desatando el debate político jurídico frente a un rotundo fracaso de autoridades federales y locales para pacificar Guanajuato.

El gabinete de seguridad conoce perfectamente bien la cadena de equivocaciones que empezó nuevamente con la orden de cateo y que no le fue informado una vez más, con exactitud al Presidente. Las consecuencias de los tropiezos y el desconocimiento de implementar con eficacia operativos estratégicos expone la magnitud del desorden en la esfera de la cadena de mando en seguridad.

A este inestable contexto debe sumarse el hecho excepcional y la sofisticación en la planeación del atentado que sufrió el titular de la policía capitalina, Omar García Harfuch, donde la disposición de recursos de la organización criminal del CJNG ha exhibido el mensaje desafiante a cualquiera que ame nace y estorbe en la expansión de sus negocios ilícitos. Sean funcionarios federales, locales o jueces serán objetivos que deben ser eliminados.

Esto debiera orillar al gobierno a revisar su estrategia, actuar y acusar recibo de estas nuevas capacidades de confrontación que requieren una respuesta para la viabilidad del Estado de derecho.

Esta organización criminal ha evolucionado estos últimos dos años no sólo colocándose en el radar de autoridades estadounidenses que han hecho una petición expresa al gobierno mexicano para atacar la estructura financiera mediante el congelamiento de cuentas, sino que además han desarrollado un proceso propagandístico y de labor social retando al Estado en tiempos de pandemia en diversas regiones.

El mensaje presidencial desde el recinto parlamentario de Palacio Nacional con motivo del contundente triunfo electoral del 2018 sobre avances en materia de seguridad presumiendo que ya no suceden masacres justo cuando se ejecutaban a 24 personas en Irapuato, vuelve a mostrar los golpes de una realidad que rebasa los buenos deseos de narrativas y discursos.

En este delicado contexto ante un abierto desafío al Estado por parte del crimen organizado, desorden en las áreas de inteligencia federal, descontrol en el manejo de la pandemia y la entrada en vigor del T-MEC se enmarca el primer viaje al extranjero de López Obrador para reunirse con Donald Trump en pleno torbellino electoral. Y la agenda de seguridad bilateral.. estará sobre la mesa.

@GomezZalce

Google News

TEMAS RELACIONADOS