Hace unos días se publicó el estudio anual de ciber-crimen para consejos directivos (Cyberwarfare in the C-Suite), con un contundente reporte que resalta alarmantes hallazgos que a las empresas deben encenderle focos de color rojo incandescente; aquí un breve resumen:

En el 2021, el crimen cibernético se estima costará a la humanidad la cantidad de $6 Trillones de dólares; como perspectiva de dimensión te doy las siguientes comparativas:

Si el crimen cibernético fuese un país sería la tercera economía más grande del mundo, apenas detrás de Estados Unidos y China (y 5 veces la economía mexicana).

Es exponencialmente mayor al daño económico de cualquier desastre natural registrado.

Su valor es mayor que el tráfico de todo tipo de drogas a nivel global.

El costo del crimen cibernético se refleja en el robo y destrucción de datos, robo de dinero, productividad perdida (por paros cibernéticos), robo de identidad y compras fraudulentas, y daño reputacional principalmente. Hoy afecta a 93% de las empresas en México (según el Cyberthreat Defense Report 2020).

La mayoría de los datos robados se trafican en una red web no indexada llamada la red obscura (DarkWeb), en la cual es dificilísimo rastrear a los criminales. Se estima que el Deep y Darkweb es 5,000 veces más grande que el internet que todos conocemos y sigue creciendo a pasos incuantificables, así que buscar a los atacantes, resulta más complicado que la famosa aguja en el pajar. Según el reporte de riesgos del Foro Económico Mundial (WEF 2020), la persecución exitosa de delitos cibernéticos en países tan avanzados como estados unidos es apenas 0.05%.

Warren Buffet ha llamado al crimen cibernético el problema número uno en la humanidad, y el tema preocupa ciertamente a todos los presidentes ejecutivos de las grandes empresas del mundo, y a sus juntas directivas que reconocen saber y entender muy poco del tema, y estar reaccionando mayormente tarde.

Se estima que este tamaño de mercado es apenas el principio:

Con el crecimiento exponencial de conexiones inteligentes en el mundo a través del Internet de las Cosas; hoy casi 6 billones de personas están conectadas, y Cisco estima que en 2022 existirán 1 trillón de dispositivos/conexiones inteligentes a nuestro alrededor (si, 1,000,000,000,000,000,000); cantidad que se antoja difícil de parar.

Para 2025, 50% de los datos del mundo habrán migrado a la nube, lo cual incrementa dramáticamente nuestra dependencia de la tecnología para seguir funcionando.

Tristemente más del 50% de los ataques sucede en PYME’s, las cuales carecen de recursos financieros, pero especialmente de capacidades y conocimientos para contrarrestar los riesgos.

Lo preocupante es que mientras el ciber crimen crece a pasos agigantados, las estadísticas nos inundan de evidencias de ataques presentas todos los días, y México consistentemente aparece como uno de los 5 países más atacados del mundo; todo esto no parece ser una llamada de atención suficiente para que el sector productivo y el sector público tomen medidas mucho más contundentes en la prevención del riesgo y en la rápida mitigación del mismo.

La respuesta está en educarnos digitalmente, en tomar este problema en serio:

Sin duda, el crimen cibernético es el riesgo más grande para la continuidad de los negocios en el mundo.

Es indispensable tener en cada empresa e institución gubernamental federal y estatal un líder de seguridad cibernética para atacar el problema.

Tenemos que reducir el llamado “analfabetismo digital” en nuestro gobierno y en nuestras empresas, si no queremos ver su valor afectado. Solo es cuestión de tiempo.

CEO y Socio fundador de NEKT Group, empresa especializada en servicios de ciberseguridad en Las Américas. 

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