En 1937, en el marco de la realización de la Convención de Sindicatos Médicos Confederados de la República, se estableció que el 23 de octubre de cada año se celebraría el Día del Médico, en homenaje al doctor Valentín Gómez Farías, destacado médico mexicano que se desempeñó como Presidente de la República, quien además de ser un fiel defensor del federalismo, fundó un 23 de octubre el Establecimiento de Ciencias Médicas en la Ciudad de México.

En este orden de ideas, la celebración del Día del Médico representa una gran oportunidad para reconocer la labor de todos los médicos de nuestro país que día a día trabajan incansablemente desde diversas áreas para salvar vidas y ofrecer a todos una mejor calidad de vida.

Lo anterior se acentúa en una coyuntura sanitaria sumamente complicada, sacudida por la llegada del virus SARS-CoV-2, que representa el mayor reto de salubridad general en el último siglo para los sistemas de salud del orbe.

Es así, que la conmemoración de este año debe estar marcada por un acto de reconocimiento, sensibilidad y congruencia con las y los médicos que se encuentran en la primera línea de batalla para salvaguardar la salud de los mexicanos. Pues a pesar de contar con un amplio número de limitaciones técnicas y presupuestarias —debido a criterios de austeridad inentendibles—, no han cesado su labor.

Cabe señalar que es deplorable el nivel de desatención, inexperiencia y desvaloración que ha brindado la administración pública federal para el sector de la salud, lo que ha llevado a nuestro país a obtener la tasa de mortalidad de los trabajadores de salud más alta del mundo. En México, el personal de salud muere seis veces más que en China, cinco veces más que en Estados Unidos y el doble que en Italia.

De forma paralela, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud México enfrenta la pandemia con un escaso número de profesionales de la medicina y enfermería. Destacando que en nuestro país tan sólo hay entre 20 y 29 enfermeros y enfermeras por cada 10 mil habitantes, mientras que países como Brasil, Chile, Costa Rica y Panamá superan los 100 por cada 10 mil habitantes. Mientras que en el caso de los médicos, de acuerdo con datos del gobierno federal prevalece un déficit de alrededor de 200 mil médicos.

Dichas situaciones son hechos inaceptables que urgen sean revertidos, pues los trabajadores de la salud demandan una necesaria protección a su labor, que les permita desempeñar cabalmente sus funciones en el cuidado de la salud de las personas, que hoy tanto se necesita.

Es menester resaltar que la medicina es uno de los campos de conocimiento indispensables para la humanidad que ha prevalecido en todas las épocas, al concebirse no solo como una ciencia, sino como un arte que desde hace siglos es valorado como el conjunto del dominio de conocimientos teóricos con las habilidades técnicas que con el paso de los años se van perfeccionando en favor de brindar mayor esperanza de vida para las personas.

No cabe duda que durante esta pandemia, los trabajadores del sector salud se han caracterizado por su alto nivel de entrega y compromiso con sus valores e ideales. Por ello es indispensable trabajar en favor de las acciones y estrategias gubernamentales que cuiden su labor y se les otorgue la certeza requerida para que sus conocimientos y habilidades se aprovechen al máximo y sin riesgo alguno en favor de la población mexicana.

Senador de la República. @manuelanorve

Google News

TEMAS RELACIONADOS