Expresión mexicana muy necesaria en época de decrecimiento económico derivado de la pandemia y también de las propias circunstancias políticas que viven una desalineación entre; el como pretende la iniciativa privada corregir el rumbo y lo que el gobierno ofrece como alternativa; son agendas a veces muy distantes, como es muy notorio en México.

La cruda realidad futura avizora, que al menos hasta el fin de 2021 seguirá la tendencia decreciente y con la base de que el crecimiento fue bajo en alrededor de 2 puntos anuales del Producto Interno Bruto en México hasta 2019; presagia preocupantemente que el crecimiento del último lustro, pudiera ser borrado por el decrecimiento anual que se pronostica para finales de 2020 y recuperarlo se llevará bastantes años.

Empezar a darle requiere acción inmediata, pues cualquier proyecto se compone de pequeños logros diarios y como diríamos cualquiera que hayamos corrido un maratón; el viaje de más de 42 kilómetros, inicia a partir del primer paso. Abordar uno tras otro, marca la diferencia entre el fracaso y el éxito; recordando que el primer movimiento cuesta tanto, como cubrir el recorrido completo.

Sobre todo, si se trata de algo que no hemos hecho nunca, como recuperarnos de una pandemia mundial y que implica acto seguido, visualizar todo lo que merece nuestra gratitud: el hecho de estar vivos, poder experimentar placeres, tener un trabajo o al menos la oportunidad de usar nuestras habilidades, disfrutar de personas que nos cuidan o que dotan de sentido nuestra existencia en momentos duros.

Constantemente alguien nos recuerda que no olvidemos que puede suceder lo inesperado, hagamos esfuerzos por orientarnos con tendencias y proyecciones.

Ya sean favorables o desfavorables lo juzgaremos, pero generalmente ofrecerán una lección. Está en nuestra naturaleza encontrar caminos de solución, discernir sobre el porvenir y establecer la posición personal y de la organización de cara al futuro.

Hoy, más que nunca es una de las labores más importantes del consejo de administración, de los ejecutivos y colaboradores, comprender si es necesario un cambio sustancial, algún escalamiento, transformarnos y/o ajustar el modelo de operación y de negocio.

Cada organización debe determinar dónde está situado el camino de recuperación para su sector, pues, por ejemplo los diversos diagnósticos sobre la industria turística que incluye entre otras las aerolíneas, las tiendas departamentales, los hoteles, restaurantes y el entretenimiento que incluye deportes y espectáculos artísticos como el toreo, se les pronostica una disminución de la demanda prolongada derivada -del distanciamiento social- y es impostergable definir si se cuenta con el recurso suficiente para un cambio sustancial y soportar la crisis.

Los viajes, los productos duraderos, los servicios de salud, los bienes raíces, la construcción y algunas manufacturas industriales requieren capital para resistir y transformar sus modelos operativos con base en la digitalización e innovar el modelo de negocio, reduciendo el contacto físico.

Los servicios financieros, los artículos de consumo, la agricultura y el transporte se tenderán a recuperar más rápido conforme la demanda crezca su volumen actual y seamos capaces de construir canales digitales de atención y esto, también aplica a los servicios gubernamentales, en sus múltiples trámites.

En el caso de las ventas en línea, las telecomunicaciones, entrega de comida a domicilio, medicina a distancia, ciencia de la salud y farmacéuticas –en riesgo por el tema de las compras gubernamentales en el extranjero-, plataformas de interacción y digitales, pudieran crecer con base en ser eficaces y ágiles.

Es importante delinear la agenda. En el caso de eventos de discontinuidad se pierden y ganan fortunas, por ello, es importante considerar en el marco de la decisión futura, aquello que concebimos vaya de lo inimaginable a lo más claro.

Lo que estoy pretendiendo impulsar, es la posibilidad de que las organizaciones tomen en cuenta escenarios de distinta índole y en la medida de lo posible intuir cuales serían las consecuencias positivas, negativas o neutras.

En los escenarios, cual sería nuestra propuesta de estrategia a futuro en el corto, mediano y largo plazos. Parece crucial tomar en cuenta aquello que nos atañe y prepararnos para que lo que sigue -ese tiempo que nadie sabe cuánto sería- lo transitemos caminando y no parados.

No hay de otra, a darle que es mole de olla, en mi caso con camarón tal y como lo prepara Carmen Hernández Oropeza viuda de Ramírez Degollado.

Los que la queremos, la conocemos como Titita y su restaurant El Bajío -obligado como todos a repensar su futuro- a dos años de cumplir 50 de haber abierto, fue reconocido por Ferran Adriá: “Como el mejor del mundo” Por algo sería, ahora, como a todos toca reinventarse. No hay de otra.

Profesor de asignatura del ITAM, Consultor y Consejero de empresas y miembro por varios años del Consejo Internacional de The Strategic Leadership Forum. 
 
luisracarazopreciado@gmail.com 

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