No es por intrigar pero... Teatromex, podría estarse jugando su última carta para salvar el teatro mexicano, mañana en la tarde, cuando se sesione una resolución final a la iniciativa de reabrir los foros escénicos de la CDMX.
Serán representantes de las secretarías de Salud, Cultura y Finanzas, a quienes se trate de sensibilizar, ante la agonía del espectáculo vivo en México.
En junta virtual, escucharán a los realizadores del histrionismo en vivo para juntos lograr el milagro de ganarle el desafío económico al Covid.

La Sociedad Mexicana de Productores de Teatro (Teatromex) es un proyecto que emprendieron hace más de 40 años don Manolo Fábregas, doña Silvia Pinal, Enrique Gou, Salvador Varela (QEPD) y el actual titular de la Fiscalía General de la República (FGR) doctor Alejandro Gertz Manero.
En esa época Susana Alexander, Julissa y muchos otros grandes del teatro estaban en su apogeo.
Todos se agruparon en Protea para representar al mundo del teatro y el entretenimiento, en vivo… Trasladado a la actualidad y con motivo de la pandemia que vivimos en el mundo, se formó un consejo consultivo del que forman parte 11 productores de los escenarios actuales.
Este órgano es presidido por Tina Galindo, Tito Dreinhüffer (director general) y Guillermo Whiechers, quien hace las veces de presidente interino, mientras Tina se recupera del todo, de una cirugía de rodilla a la que fue sometida en marzo pasado.
También hacen equipo, en este cuerpo de resistencia del arte contra los embates del cierre de teatros, empresarios de la escena viva, de la talla de Jorge Ortiz de Pinedo, Alejandro Gou, Morris Gilbert, Sergio Gabriel, Juan Torres, Gerardo Quiroz, Claudio Carrera y Rubén Lara.
Las cifras son espeluznantes. Son más de 10 mil familias que dependen directamente del trabajo teatral. Sus sueldos se pagan de quienes compran boletos en taquillas.
Al estar a punto de completarse 23 semanas de permanecer cerrados los teatros de la CDMX, se ocasiona una merma económica de más de 22 mil millones de pesos… Los más de 128 socios activos de Teatromex no han podido detener (ni ampararse) ante gastos inevitables, como renta de inmuebles, servicios básicos (agua, luz, teléfono, gas, derechos autorales, etcétera).
Un musical de gran formato, al estilo de Hoy no me puedo levantar, Sugar, Chicago, Fiebre de sábado por la noche y Jesucristo superestrella (que estaban en cartelera cuando llegó la plaga) generan un promedio de 250 empleos directos.
En teoría, hace tres meses, los miembros de Teatromex recibirían un apoyo de la Secretaría de Desarrollo Económico de la CDMX, pero hasta el cierre de esta edición no se había concretado… Se había gestionado que los más vulnerables (acomodadoras, taquilleros, empleados de estacionamiento, meseros, seguridad, intendencia, entre otros) recibieran 25 mil despensas, por parte de la dependencia del licenciado Fadlala Akabani (secretario de Desarrollo económico), pero tampoco se hizo efectiva esta iniciativa.
Había surgido la idea de adaptaciones tecnológicas, sanitarias y de espacio para reabrir las puertas de los 163 teatros de nuestra capital mexicana. Pero no hubo respuesta positiva.
Oficialmente no será sino hasta que el semáforo esté en verde, respecto al contagio y propagación del Covid-19, cuando se autorice la reapertura de las salas teatrales.
Si esto sucediera en octubre, como se proyecta para ese momento, según los cálculos financieros ya no podrían reactivarse ni 50% de los teatros en México, debido a la fractura financiera, sin posibilidad de arreglo.
Otro paleativo fallido fue una conexión que se intentó con Nacional Financiera, quienes ofrecieron un financiamiento de rescate para algunos productores de 200 mil pesos, con un interés anual de 13.9%, es decir una cantidad con la que no se rescataría ni a la empresa más chica que pudiera producir el espectáculo más modesto en nuestro país.
A mediados de la semana que hoy termina, los productores de teatro se reunieron con la prensa nacional, ejerciendo la presión mediática conducente, a fin de que su propuesta sea escuchada por las autoridades responsables.
Quisieran poder abrir con un afore de 50% (no 30% que se permitiría). Garantizarían tecnología de punta para sanitizar sus recintos.
Habría termómetros, separaciones entre butacas, circulación del aire, entre muchos otros cuidados que respeten las medidas preventivas reglamentarias.
Evidentemente, agregando a sus gastos de operación, pruebas periódicas de detección de Covid, para talento y el resto de empleados.
A fin de cuentas, mañana se resolverá la fecha en la que se pudiera llevar a cabo una cita virtual con Claudia Sheinbaum (jefa de Gobierno de la CDMX) para acelerar acuerdos que saquen de la precariedad a la industria del entretenimiento.
Es muy lejano el sueño de que algún día la cultura en nuestro país pudiera ser considerado artículo de primera necesidad. Pero el antecedente existe, en países como Alemania, España y Francia.
Si esto sucediera, podría haber un fondo de rescate económico, como sucede en algunas industrias del entretenimiento de otras latitudes mundiales.
Broadway (New York), por ejemplo, a través de sus sindicatos, cuenta con un seguro de desempleo, que cubrirá 39 semanas, una parte proporcional del sueldo de la totalidad de sus trabajadores del espectáculo.
Mientras, en México la moneda está en el aire, para volver a vivir el milagro de subir el telón.
Más se tardaron en hacer pública su “historia de amor” la hermosa Belinda y el talentoso Cristian Nodal, que en sepultarlo, en las catacumbas de sus redes sociales.
Como si fuera ficción de telenovela, los coaches del reality La voz estuvieron y dejaron de estar “enamorados” en un suspiro.
Televisión Azteca se dio a la tarea de reforzar promocionalmente su fuerte inversión financiera, en el concurso de voces, emitido en su barra nocturna. Todos los programas y conductores de esa televisora justificaban, argumentaban y convencían a la audiencia de la sinceridad del idilio Beli-Nodal.
Todo se descontroló cuando de repente el veinteañero cantautor de regional mexicano olvidó sus mensajes de “amor eterno” y borró de su Instagram todo vestigio del “beliterremoto”.
Así pues, ya no importa, si lo que pudo haber sido no fue… La verdad siempre llega sola.
Pregunta de la semana pasada: ¿Nombre de la actriz y cantante, quien en breve dará a conocer un sorprendente romance de su pasado?
Respuesta de la semana pasada: Laura Flores.
Pregunta de la semana: ¿Nombre del cantante boricua, quien prepara concierto virtual a beneficio de los empleados del entretenimiento musical, que se quedaron sin sueldo con la pandemia?
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